La glucosa o el azúcar en sangre es el combustible inmediato que el cuerpo necesita para funcionar adecuadamente y las personas la requieren para llevar a cabo sus actividades diarias de manera óptima, tanto a nivel físico como mental. Cuando los niveles se elevan, es probable que puedan aparecer afecciones como la diabetes o problemas que afectan el sistema cardiovascular.

De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), aproximadamente 62 millones de personas en las Américas (422 millones de personas en todo el mundo) tienen diabetes, la mayoría vive en países de ingresos bajos y medianos, y 244 084 muertes (1,5 millones en todo el mundo) se atribuyen directamente a la diabetes cada año.

“La diabetes es una enfermedad que se presenta cuando el nivel de glucosa en la sangre, también conocido como azúcar en la sangre, es demasiado alto”, precisa el Instituto Nacional de la Diabetes y las Enfermedades Digestivas y Renales (NIDDK, por sus siglas en inglés).

Así las cosas, es importante mencionar que con el tiempo, el exceso de glucosa en la sangre puede causar problemas de salud. Si bien la diabetes no tiene cura y se caracteriza por ser una enfermedad crónica, los pacientes que la padecen pueden tomar medidas para mantenerla bajo control. Una de ellas es la alimentación saludable que depende de una dieta rica en vitaminas y minerales, junto con buenos hábitos de vida como el ejercicio físico.

La alimentación es clave para controlar los niveles de glucosa en la sangre. | Foto: Getty Images

Con respecto a la alimentación, el portal web Medical News Today destaca las propiedades de las verduras, especialmente de las espinacas, ya que está cargada de nutrientes y es baja en calorías. Asimismo, su antioxidante conocido como ácido alfa lipoico, ayuda a reducir los niveles de glucosa, aumentar la sensibilidad a la insulina y prevenir los cambios oxidativos inducidos por el estrés en pacientes con diabetes. También, los estudios sobre el ácido alfa lipoico también han demostrado una disminución de la neuropatía periférica y la neuropatía autónoma en personas con diabetes.

Por otra parte, su alto contenido en potasio hace que la espinaca beneficie a personas con presión arterial alta. Este nutriente como tal puede ayudar a reducir los efectos del sodio en el cuerpo, ya que el consumo bajo de potasio podría ser un factor de riesgo de presión arterial alta tan importante como el alto consumo de sodio.

La espinaca tiene vitaminas y minerales que fortalecen el cuerpo. | Foto: Getty Images

Otros beneficios de las espinacas

Una cualidad a destacar de las espinacas es su aporte en calcio, fósforo, y magnesio, que, según menciona el portal, pueden reducir el riesgo de osteoporosis o alguna complicación en los huesos.

Además, un artículo publicado por Mejor con Salud, escrito por Elisa Morales, señala que el folato que contiene esta planta contribuye con la prevención en la aparición de alzhéimer, lo que no quiere decir que elimine las posibilidades de desarrollar deterioro cognitivo, sino que las reduce.

Otra de las bondades que se le atribuyen es que ayuda a cuidar el hígado. Una publicación del medio digital Business Insider cita una investigación, según la cual consumir espinacas crudas reduce el riesgo de contraer la enfermedad del hígado graso no alcohólico. Al igual que con las coles de bruselas, no se pudo probar que mantuvieran todas sus propiedades si se cocinaban.

Es entonces que, si bien muchas son las afecciones que se pueden prevenir con el consumo de este vegetal, es importante recordar que para aprovechar sus beneficios se debe incluir a una dieta balanceada.

Crema de espinaca. | Foto: Semana

“Muchos estudios han mostrado que comer muchas verduras es extremadamente saludable y se recomienda comer de 3 a 5 porciones cada día”, menciona la enciclopedia médica. Incluso también sugiere la ingesta de frutas de 2 a 3 porciones al día.