El consumo de verduras siempre ha sido asociado con múltiples beneficios para el organismo. De hecho, la Organización Mundial de la Salud (OMS) las incluye en sus pautas para una alimentación saludable.
Según destaca la autoridad sanitaria, una dieta saludable ayuda a que el ser humano esté protegido de la malnutrición en todas sus formas, así como de las enfermedades no transmisibles, como la diabetes, las cardiopatías, los accidentes cerebrovasculares y el cáncer.
En ese orden de ideas, la OMS precisa que una dieta sana incluye la ingesta de frutas, verduras, legumbres, frutos secos y cereales integrales. “Comer al menos 400 g, o cinco porciones de frutas y verduras al día reduce el riesgo de desarrollar enfermedades no transmisibles y ayuda a garantizar una ingesta diaria suficiente de fibra dietética”, explica.
La Fundación Española de la Nutrición (FEN) expone en su sitio web que las verduras, a nivel general, tienen unas características comunes por su composición nutritiva.
“Alrededor del 80 o 90 % de su peso es agua, contienen fibra, son ricas en vitaminas y minerales, su valor energético es bajo o muy bajo, aportan pequeñas cantidades de hidratos de carbono simples, a excepción de la patata y otros alimentos semejantes, y muy pocas o nulas de proteínas y lípidos”, detalla la FEN.
El listado de verduras es amplio, de manera que en esta ocasión se abordará puntualmente el brócoli. Se trata de un alimento rico en proteínas, potasio, vitamina C, folatos y compuestos azufrados.
También es fuente de potasio, el cual contribuye al funcionamiento normal del sistema nervioso y de los músculos. Según anota la FEN, el consumo de una ración de brócoli cubre el 28 % de las ingestas recomendadas de folatos.
Beneficios del brócoli
El portal Cocina Vital recoge que, gracias a su alto nivel de sulforafano, el brócoli brinda propiedades antimicrobianas, anticancerígenas y antiinflamatorias.
Adicionalmente, este compuesto “funciona como mecanismo de limpieza celular, liberando al organismo del estrés oxidativo”, anota la fuente consultada.
El brócoli también contiene vitaminas A, B, K y E, además de omega-3, entre otros nutrientes antioxidantes. El portal Mejor con salud sostiene que, gracias a estas propiedades, su consumo podría ayudar a mantener la piel limpia suave; además, combate los radicales libres responsables del envejecimiento celular.
Otro beneficio que se le atribuye al brócoli es su capacidad para oxigenar la sangre. Este efecto está relacionado con su contenido de clorofila, una sustancia que también está presente en verduras de hoja verde, como las espinacas, las acelgas, el perejil, los pimientos y la col rizada.
¿Cómo preparar el brócoli para que no pierda ninguna de sus propiedades?
El brócoli es un alimento con grandes propiedades y que aporta al organismo vitaminas C, B1, B2, B3, B6, además de elementos esenciales como el calcio, potasio, selenio, fósforo, magnesio y hierro; sin embargo, algunas personas prefieren evitarlo en la cocina al no saber cómo se prepara de la manera correcta.
Lo primero que se debe hacer es prestar atención a la hora de comprarlo. En caso de que presente un tono amarillo, se debe descartar. La recomendación básica es que tenga un color verde intenso, lo que indica que tiene activas todas sus propiedades y que está en el punto correcto para ser consumido.
Su textura también debe ser la correcta, no puede estar blando y debe conservarse en la nevera, especialmente, en los compartimientos destinados a las verduras.
A la hora de prepararlo, se debe colocar en un bol con agua (es bueno agregarle unas gotas de vinagre para que el olor del brócoli no se expanda por toda la casa). Otro truco es que los ramilletes que se cortan sean del mismo tamaño para que la cocción se dé por igual en todos ellos.
Esperar a que el agua alcance su punto de ebullición y agregar el brócoli cortado. Cuando hierva nuevamente, calcular entre tres y cuatro minutos para retirarlos del fogón.
A continuación, ponerlos en una bandeja para empezar a emplatar. Si se desean reservar, basta con guardarlos en un recipiente hermético dentro de la nevera.