Cuidar los riñones es clave si se quiere tener un organismo funcionando bien. Estos dos órganos, en forma de fríjol, se encargan de filtrar y conservar la sangre libre de productos de desecho provenientes de los alimentos, así como de mantener el equilibrio saludable de agua, sales y minerales, como sodio, calcio, fósforo y potasio en la sangre.
Esta última función es determinante, pues sin ese equilibrio, es posible que otros órganos como los nervios y músculos no funcionen adecuadamente, asegura el Instituto Nacional de Diabetes y Enfermedades Digestivas y Renales de Estados Unidos. Como si lo anterior fuera poco, los riñones producen hormonas que ayudan a controlar la presión arterial, producir glóbulos rojos y mantener la estructura ósea saludable.
Por otra parte, la exposición tóxica a contaminantes ambientales o a ciertos medicamentos, algunas enfermedades graves o crónicas, deshidratación grave o un traumatismo renal, pueden causar complicaciones en los riñones, de acuerdo con información del portal Healthline.
La alimentación es determinante para su cuidado y en ella no deben faltar las frutas y verduras. Uno de los vegetales clave para protegerlos es el brócoli. De acuerdo con un estudio publicado en el Journal of the American Society of Nephrology, el consumo de tres a cinco raciones de brócoli por semana minimiza la inflamación crónica y reduce el riesgo de deterioro de estos órganos, en especial de las personas que por razones genéticas no producen la enzima desintoxicante glutatión-S-transferasa M1.
De acuerdo con el Instituto Nacional del Cáncer de Estados Unidos, esta enzima participa en el metabolismo y en hacer que los compuestos tóxicos sean menos dañinos para el cuerpo.
La investigación, citada por el portal Cuerpo Mente, asegura que estas personas aprovechan más los compuestos beneficiosos del brócoli y otras crucíferas. “Al no tener esta enzima aumenta la biodisponiblidad y la acción de determinados compuestos activos protectores presentes en la hortaliza”, indica.
Este mismo sitio web refiere un estudio clínico que encontró una asociación entre un consumo elevado de brócoli y otras hortalizas de la familia de las crucíferas como las coles y los berros, con un riesgo menor de fallo renal. Una de las conclusiones fue que el efecto fue mayor en las personas que no expresan la mencionada enzima.
Otros beneficios del brócoli
Esta verdura ayuda a reducir el colesterol malo (LDL), debido a la acción de los glucosinolatos, que ejercen una acción antioxidante, inhibiendo la síntesis de estos lípidos. Además, el brócoli es rico en fibras solubles, las cuales se unen al colesterol en el intestino, disminuyendo su absorción, precisa el portal de salud Tua Saúde.
Otra de las bondades que se le atribuyen es que ayuda a que los vasos sanguíneos se mantengan más resistentes, siendo capaz de controlar la presión arterial. Asimismo, este vegetal contiene sulforafanos, unas sustancias con propiedades antiinflamatorias que previenen la aparición de lesiones en los vasos sanguíneos y el desarrollo de enfermedades en las arterias coronarias.
Es una verdura buena para la anemia, gracias a su alto contenido en hierro, clorofila y ácido fólico, según indica una publicación del diario La Vanguardia.
De igual forma, es un alimento que ayuda a proteger los huesos debido a su alto contenido de minerales tales como: calcio, fósforo, magnesio y zinc.
A esto se suman sus propiedades antienvejecimiento. Debido a sus componentes antioxidantes, el consumo de brócoli es aconsejable para cuidar la salud de la piel. Este vegetal es fuente de vitamina C que produce colágeno y mantiene la piel sana y flexible.
¿Cómo consumirlo?
Para aprovechar de la mejor forma las propiedades de este vegetal, se debe preparar de manera que no se destruyan sus compuestos beneficiosos debido a la acción de la temperatura.
Al respecto hay investigaciones de la Universidad de Illinois (Estados Unidos) según las cuales la temperatura de cocción del brócoli no debe superar los 76 º C. Una de las recomendaciones es realizar la cocción al vapor durante tres a seis minutos o prepararlo en horno de vapor, que permite una mayor precisión. Pero si lo que se quiere es que mantenga intactas sus propiedades y beneficios, lo mejor es ingerirlo crudo en ensaladas, por ejemplo.
Alimentos poco saludables para los riñones
Estos son cinco de los productos que más afectan estos órganos:
Bebidas carbonatadas
Un artículo publicado en el diario El Universal, de México, refiere un estudio según el cual el consumo de dos o más bebidas carbonatadas al día incrementa el riesgo de que una persona padezca de cálculos renales, así como de diabetes e hipertensión, dos factores ligados a la insuficiencia renal crónica. Esto se debe a su alto contenido en ácido fosfórico, una sustancia que modifica el pH de la orina y facilita la formación de piedras en los mencionados órganos.
Embutidos
El exceso de sal en los alimentos es uno de los factores adversos para los riñones, debido a que reduce la capacidad de estos órganos para eliminar el agua. La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda que el consumo diario de sodio en adultos sea menor a dos gramos de sal, cantidad que es superior en los embutidos y carnes procesadas debido a su proceso de elaboración.
Frente al tema, un artículo de la revista médica Journal of Renal Nutrition concluyó que las carnes procesadas incrementan el riesgo de insuficiencia renal crónica entre un 73 % y un 99 %, debido a su alto contenido en sodio. Aquí se incluyen las salchichas, salami, tocino, jamón y otras carnes que sean saladas, secas, curadas o enlatadas.
Alcohol
Una publicación de Alcohol Health and Research World asegura que el consumo de este tipo de bebidas puede alterar los mecanismos de control hormonal que rigen los riñones, a la vez que ocasionan desequilibrio en los electrolitos.
Productos con exceso de potasio
El exceso de potasio es eliminado por los riñones; sin embargo, en oportunidades a estos órganos les cuesta cumplir con esta función, por lo que se acumula si se consumen alimentos con mucha cantidad del mismo como guayabas, fresas, duraznos, naranja, papaya, plátano, acelgas, verdolaga, lechuga, quelites, jitomate, espinacas, champiñones, frijoles y lentejas.
La Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos asegura que los riñones ayudan a mantener la cantidad adecuada de potasio en el cuerpo, pero cuando estos órganos están enfermos no lo pueden eliminar y se requiere de medicamentos o una dieta especial para reducir la cantidad de potasio que la persona consume.
Enlatados
La mayoría de los alimentos enlatados tienen sal añadida, incrementando los niveles de sodio que podría afectar los riñones, según lo determina un artículo publicado en la revista médica Advances in Chronic Kidney Disease. Lo ideal, según los expertos, es consumir sopas, vegetales, pescados o legumbres frescas.