Las verduras son alimentos determinantes en una dieta diaria. Los especialistas recomiendan que estos productos se consuman de forma regular con el fin de que el organismo pueda obtener sus nutrientes y beneficios.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) sugiere que se ingieran al menos cinco raciones al día de frutas y verduras, las cuales le aportan al cuerpo vitaminas, minerales, fibra e incluso agua que ayuda a mantener el cuerpo hidratado.
Dentro de los muchos beneficios que brinda el consumo de verduras es que ayudan a prevenir el desarrollo de enfermedades como la obesidad, sobrepeso, cáncer, diabetes, presión arterial elevada y colesterol alto, entre otras.
Una de las tantas opciones a las que se puede recurrir es la berenjena. Este vegetal es bajo en calorías, aporta fibra y una variedad de nutrientes, además de tener un alto contenido de agua. Sin embargo, es importante aclarar que no debe consumirse cruda debido a que contiene una sustancia alcaloide llamada solanina, que es tóxica. Con la cocción, queda inactiva.
Hecha esta aclaración, se puede decir que la berenjena es fuente de fibra, minerales como potasio, calcio, azufre, hierro, vitaminas B y C, serotonina, antioxidantes. Dentro de los muchos beneficios que le aporta al organismo, esta hortaliza está que ayuda a regular la presión arterial, fortalece los huesos y es buena para la digestión.
Buena para la estructura ósea
Al ser un alimento rico en potasio, magnesio, calcio y hierro, su consumo en el marco de una dieta equilibrada ayuda al fortalecimiento de los huesos. Esto hace que ayude a prevenir la aparición de enfermedades como la osteoporosis y la artritis.
Es de recordar que la osteoporosis es un padecimiento que adelgaza y debilita los huesos. Cuando se presenta esta afección, estas estructuras se vuelven frágiles y se quiebran fácilmente, especialmente los de la cadera, la columna vertebral y la muñeca, precisa la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos.
La berenjena también es saludable para la presión arterial. Posee propiedades antiinflamatorias que ayudan a relajar los vasos sanguíneos, facilitando la circulación de la sangre y ayudando a prevenir inconvenientes de hipertensión. Además, gracias a su riqueza en potasio promueve la excreción de sodio a través de la orina, disminuyendo la presión que ejerce la sangre contra las paredes de los vasos.
El portal Medical News Today refiere una investigación, en la cual los científicos concluyeron que las mujeres que consumían cantidades suficientes de antocianinas parecían tener una presión arterial significativamente más baja y menos rigidez de las arterias que aquellas que consumían menos de estos compuestos, los cuales abundan en esta hortaliza.
Aliadas de la digestión
Las berenjenas son ricas en agua y bajas en glúcidos, lípidos y prótidos; por ello, se digieren muy bien, precisa una publicación de la revista Mejor con Salud, escrita por Valeria Sabater. Se dice que esta verdura tiene hasta un 55 % de sales minerales básicas que hacen que los órganos lleven a cabo sus funciones de forma óptima.
A esto se suma que es una buena fuente de fibra, lo que permite reducir el riesgo de problemas asociados con el tránsito intestinal, según datos de la revista Alimentary Pharamcology & Therapeutics.
Otras bondades
El portal Cuerpo Mente indica que tanto la fibra como las sustancias químicas que se encuentran especialmente en la piel y las semillas de esta hortaliza contribuyen a mantener el colesterol en niveles óptimos. Algunos compuestos de la berenjena inhiben la síntesis de colesterol en el hígado, mientras que otros evitan que se oxide y se adhiera a las paredes arteriales.
Adicionalmente, ayuda a controlar la glucosa en la sangre, por lo que su consumo es apropiado para diabéticos porque contiene muy pocos hidratos de carbono, mucha fibra, que reduce la velocidad de absorción de los azúcares de otros alimentos, y sustancias que ayudan a mantenerlo bajo control, como la trigonelina.
Un beneficio más es que los polifenoles de la berenjena pueden ayudar a proteger al cuerpo del cáncer. Las antocianinas y el ácido clorogénico protegen a las células del daño causado por los radicales libres. A largo plazo, esto puede ayudar a prevenir el crecimiento de tumores y el crecimiento de células cancerosas, precisa Medical News Today.