El sistema vascular hace referencia a la red de vasos sanguíneos del cuerpo que incluyen las arterias, venas y capilares. Cuando este sistema deja de funcionar correctamente, surgen los problemas circulatorios que son muy comunes y pueden llegar a ser graves.
Entre los problemas que surgen respecto a la ciruclacion sanguínea están la trombosis y embolias, que hacen referencia a la obstrucción de un vaso sanguíneo que puede producir la muerte. Por una parte, la trombosis se origina en venas o arterias, según afirma esta información de Medline Plus, sitio web de la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos. En cambio, la embolia es la propia migración de ese trombo por el canal circulatorio.
Estas patologías se originan por diferentes factores, entre ellas, la alimentación, la genética y diversas enfermedades asociadas. Algunas causas, de acuerdo con Mayo Clinic, pueden ser:
- Tener niveles altos de colesterol y triglicéridos.
- Pasar mucho tiempo sentado.
- Tomar píldoras anticonceptivas u hormonas estrógeno (especialmente en las mujeres que fuman).
- Haber pasado por algún tipo de cirugía.
- El embarazo.
- Padecer obesidad.
- Tener problemas cardíacos o de riñón.
- Antecedentes genéticos.
Para mitigar estos problemas de salud es importante consumir alimentos ricos en vitaminas y minerales como la zanahoria, una verdura rica en betacaroteno, que el organismo lo convierte en vitamina A o retinol, lo que le confiere un poder antioxidante con beneficios probados para la salud. Adicional a ello, son refrescantes, suaves, combinan con todo y, además, ayudan a prevenir trombos y embolias.
Un estudio realizado por la Universidad Federal de Río de Janeiro detalla que los betacarotenos son una sustancia que capaz de reducir el riesgo de la aparición de ataques cardíacos y equilibrar los niveles de colesterol.
“Es un alimento que contiene pocas calorías, especialmente en su versión cruda, por lo que es muy recomendable en dietas de adelgazamiento. Se consume durante todo el año, aunque la temporada es entre primavera y verano, concretamente en los meses desde mayo hasta julio”, indica el portal web La Vanguardia.
Otros beneficios de este superalimento
El portal web La Vanguardia da a conocer algunos beneficios de la zanahoria para el organismo:
- Mejora la vista: los betacarotenos de la zanahoria son protectores que evitan el envejecimiento prematuro. Adicional a ello, protegen la retina y evitan la aparición de cataratas.
- Protege la dentadura: consumir zanahorias crudas fortalece dientes y encías. Además, contiene flúor, un mineral fundamental para cuidar el esmalte dental.
- Ayuda en los problemas intestinales: gracias a su alto contenido en fibra previenen el estreñimiento y también calman las molestias gástricas y el exceso de acidez.
- Protege los riñones: este superalimento tiene propiedades diuréticas debido a su elevado contenido en agua y ayudan a la desintegración de los cálculos renales.
- Protege el cerebro: al ser una verdura rica en potasio y fósforo, que son dos nutrientes esenciales para proteger las mentes cansadas y nervios desatados.
- Protege las uñas y cabello: la zanahoria tiene betacarotenos, un potente antioxidante que contribuye al crecimiento y desarrollo de estas zonas.
Receta y recomendaciones de consumo
Para aprovechar los beneficios del jugo de zanahoria en la limpieza de las vías respiratorias, se recomienda prepararlo con zanahorias frescas y orgánicas. Se puede utilizar una licuadora o un extractor de jugos para obtener el jugo puro de las zanahorias. Se sugiere beber de uno a dos vasos de jugo de zanahoria al día, preferiblemente con el estómago vacío o entre comidas para una mejor absorción de nutrientes.
Es importante destacar que el jugo de zanahoria no debe sustituir el tratamiento médico en caso de enfermedades respiratorias graves. Si experimenta síntomas persistentes o preocupantes, es fundamental consultar a un profesional de la salud para un diagnóstico y tratamiento adecuados.
Ingredientes:
- 5 zanahorias grandes.
- 1 limón exprimido.
- 4 cucharadas de miel.
- Agua.
Preparación:
1. Alistar los ingredientes. Limpiar cada uno de ellos y lava muy bien las zanahorias.
2. Pelar las zanahorias y cortarlas en varios trozos y hiérvelas en agua durante unos minutos hasta que las zanahorias estén blandas.
3. Dejar reposar las zanahorias hasta que la mezcla este fría.
4. Luego, machacar las zanahorias y añadir el zumo de limón y las cucharadas de miel.
5. Finalmente, batirlo bien hasta integrar los ingredientes y guardarlo en un envase de vidrio.