La anemia es un padecimiento que se desarrolla cuando la sangre produce una cantidad inferior a la normal de glóbulos rojos sanos. Cuando una persona tiene esta enfermedad, su cuerpo no obtiene suficiente cantidad de sangre rica en oxígeno, lo que hace que se sienta cansada o débil.

Cuando se presenta de manera leve puede tratarse y, de acuerdo con los expertos, muchas veces puede ser causada por la ingesta de una dieta poco balanceada y pobre en alimentos ricos en hierro. Sin embargo, en ocasiones esta enfermedad es posible que sea crónica, lo que significa que dura mucho tiempo y en ocasiones puede que no desaparezca por completo. El tipo más común de anemia se presenta por deficiencia de hierro.

Algunas personas corren mayor riesgo de padecer anemia, incluidas las mujeres durante sus períodos menstruales y el embarazo. Quienes no obtienen suficiente hierro o ciertas vitaminas y los que toman ciertos medicamentos o tratamientos tienen una mayor probabilidad de enfrentarse a esta situación.

La anemia se presenta por escasez de glóbulos rojos sanos. | Foto: El País

Según National Heart, Lung and Blood Institute, este padecimiento puede ser un signo de una afección más grave, como sangrado en el estómago, inflamación por una infección, enfermedad renal, cáncer o enfermedades autoinmunes.

Los expertos indican que la ingesta de verduras es muy saludable y sirve para evitar o prevenir este padecimiento. Una de las que se debería consumir con frecuencia es la espinaca, un vegetal que destaca por su riqueza en hierro, un mineral determinante para producir hemoglobina, una parte de las células sanguíneas. El cuerpo no puede producirlo, por lo que debe ingerirse con los alimentos.

La Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos indica que el cuerpo humano necesita hierro para producir las proteínas hemoglobina y mioglobina que transportan el oxígeno. La primera se encuentra en los glóbulos rojos, mientras que la segunda se halla en los músculos.

¿Cómo prevenirla?

Como ya se mencionó, los tipos más comunes de anemia se pueden prevenir y tratar consumiendo alimentos ricos en hierro. Las mejores fuentes de este mineral son las carnes rojas (especialmente la de res y el hígado), la carne de ave, el pescado y los mariscos.

La anemia puede ser leve o crónica. | Foto: Getty Images

Otros productos que contienen este nutriente son los guisantes, las lentejas, los fríjoles, el tofu, los vegetales de hojas verdes como la espinaca, las frutas secas como las ciruelas y las pasas, y los cereales y panes fortificados con hierro.

Factores de riesgo

Hay algunos factores que pueden aumentar el riesgo de anemia y en la lista se encuentran los siguientes.

  • Problemas con el intestino delgado. Tener una enfermedad que afecte el modo en que el intestino delgado absorbe los nutrientes aumenta el riesgo de anemia. Algunos ejemplos son la enfermedad de Crohn y la celíaca.
  • Períodos menstruales. En general, tener menstruaciones abundantes puede aumentar el riesgo de anemia. La menstruación causa la pérdida de glóbulos rojos.
La anemia genera debilidad y cansancio. | Foto: Archivo
  • Embarazo. Las personas embarazadas que no toman un multivitamínico con ácido fólico y hierro tienen mayor probabilidad de padecer anemia.
  • Enfermedades crónicas. Tener cáncer, insuficiencia renal, diabetes u otra enfermedad crónica aumenta el riesgo de anemia, debido a que estas enfermedades pueden derivar en una escasez de glóbulos rojos.
  • Antecedentes familiares. Tener un familiar con un tipo de anemia que se transmite de padres a hijos, denominada hereditaria, puede aumentar el riesgo de enfrentar el tipo que se conoce como células falciformes.

Referencias: