El proceso de envejecimiento es una realidad inevitable, influenciada por diversos factores como la marcha del tiempo, la exposición a la contaminación, una dieta inadecuada y la radiación solar, entre otros. Entre las causas fundamentales del envejecimiento se encuentra el estrés oxidativo que afecta a las células del cuerpo.

Este estrés oxidativo provoca que los radicales libres, productos secundarios del metabolismo, puedan causar daños en el ADN, lípidos y proteínas del organismo, lo que desencadena el envejecimiento prematuro.

Según informó el portal cuerpomente.com, “cuando se sigue una dieta poco saludable que incluye grasas saturadas, aditivos químicos y carece de suficientes vegetales, y se mantienen hábitos poco beneficiosos como fumar, consumir alcohol o llevar una vida sedentaria, el cuerpo carece de la capacidad para reparar el daño celular causado por los radicales libres”.

El envejecimiento es un proceso que no se puede detener, pero los expertos aconsejan llevar una vida saludable. | Foto: Jamie Grill Photography

Por consiguiente, para prevenir y retardar el proceso de envejecimiento, es crucial adoptar una alimentación saludable adaptada a las necesidades individuales, incorporar el ejercicio físico de manera regular y gestionar adecuadamente el estrés. Estas acciones son esenciales para promover un envejecimiento más saludable y sostenible.

La importancia de la Vitamina E

En el caso concreto de la vitamina E, esta también funciona como un antioxidante importante, por lo que evita el envejecimiento prematuro, sin embargo, las presencias en gran cantidad de este suplemento vitamínico, permite proteger a la piel de los rayos UV, los cuales en ocasiones pueden ampliar los efectos del envejecimiento.

El Instituto Nacional de Salud de los Estados Unidos dice: “Es un nutriente liposoluble que actúa en el cuerpo como antioxidante, protegiendo a las células contra los daños de los radicales libres (compuestos que se forman cuando se convierten los alimentos en energía)”.

Las vitaminas y minerales son claves para prevenir afecciones como la anemia. | Foto: Getty Images

La vitamina E suele estar presente en algunos alimentos como, por ejemplo, las nueces, y las semillas, sin embargo, también puede consumirse a través de suplementos y medicamentos de carácter químico.

Por este motivo, incluir la vitamina E será fundamental con el paso de los años para prevenir el envejecimiento prematuro. No obstante, es de suma importancia acompañar esto con una alimentación sana y con hábitos saludables durante todos los días, entre los que además de una dieta saludable, debe incluirse dormir al menos ocho horas y tener actividad física o deportiva frecuente.

Otras vitaminas importantes

Las vitaminas que pueden evitar el envejecimiento prematuro, visible especialmente en las arrugas de la piel, son la C y E, aunque hay otras en el listado. Se debe a sus propiedades antioxidantes, como lo aseguran portales especializados.

“Los nutrientes y vitaminas que tienen un alto poder antioxidante, y, por tanto, frenan el envejecimiento, son los betacarotenos, las Vitaminas A, C, K y E, las vitaminas del grupo B, en especial la B12 y la vitamina D3″, documentó el laboratorio farmacéutico Probelte Pharma.

Las arrugas son parte del envejecimiento natural de la piel. | Foto: Getty Images

En el caso de la vitamina C, se puede encontrar en múltiples alimentos, como los cítricos (fresas, papaya, kiwi, naranja, mandarina, sandía, piña, granada), que no son solo para el consumo, sino cada vez más utilizados en los productos de uso tópico y cosméticos.

De acuerdo con el portal web Tua Saudé, la vitamina C “es necesaria para la producción de colágeno, dándole firmeza y elasticidad a la piel”, aunque es común que algunos acudan a este componente en cápsulas en lugar de algunas frutas como la naranja, la guayaba, la piña, la mandarina, el kiwi, entre otras.

Esta vitamina también es recomendada para quienes padecen hipertensión, de acuerdo con los resultados de un estudio publicado por la American Journal of Clinical Nutrition informó que altas dosis de ella, pueden contribuir a moderarla.

A la conclusión se llegó luego de analizar 29 ensayos clínicos aleatorios de pacientes hipertensos, a los que se recomendó ingerir vitamina C cinco veces más de lo habitual, aunque faltan otros estudios para darle mayor sustento a los resultados, según la publicación.