La masa muscular está formada por el conjunto total de tejido llamado, comúnmente, músculo, de acuerdo con Mayo Clinic, entidad sin ánimo de lucro dedicada a la práctica clínica, la educación y la investigación.

Además, explicó que el fortalecimiento muscular puede mejorar la calidad de vida y mejorar la capacidad de hacer las actividades cotidianas. Asimismo, el fortalecimiento muscular también puede proteger las articulaciones de las lesiones.

Lo ideal para aumentar masa muscular es hacer ejercicio de fuerza mínimo tres veces a la semana. | Foto: Getty Images

Sobre la misma línea, el educador físico Daniel Molina, director del centro Analítica Muscular, en Madrid, le explicó a la revista española ¡Hola! que “el músculo esquelético es un órgano que tiene como función fundamental facilitarnos el movimiento, la estabilidad articular y protección estructural de nuestro esqueleto. Esta tiene la capacidad para expandirse o abultarse, hecho que dependerá de la fuerza que le apliquemos al músculo. Cuanta más fuerza, mayor será la masa muscular del sujeto para poder oponer resistencia”.

Dicho lo anterior, para aumentar la masa muscular se debe hacer ejercicio y se debe comer muy bien, pero adicional se pueden consumir vitaminas que ayuden con el proceso.

De hecho, el diario AS, en su sección Deporte y Vida, reveló que la vitamina D es esencial para ganar masa muscular, pues un estudio explicó que “ayuda a la reparación e hipertrofia”.

La vitamina D es un nutriente necesario para la salud. | Foto: GettyImages

Ahora bien, para obtener la vitamina D, pese a que no se encuentra naturalmente en muchos alimentos, se puede obtener de leche fortificada, cereales fortificados y pescado graso, como salmón, sardinas y caballa.

Adicional, la vitamina D se puede obtener de suplementos que contienen solo vitamina D o vitamina D combinada con algunos otros nutrientes.

“Las dos formas de vitamina D disponibles en suplementos son D2 (ergocalciferol) y D3 (colecalciferol). Ambas aumentan la concentración de vitamina D en la sangre, aunque la D3 podría elevarla más y por más tiempo que la D2. Como la vitamina D es liposoluble, se absorbe mejor cuando se toma con una comida o una merienda que contenga algo de grasa”, explicaron los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos (NIH por sus siglas en inglés).

La vitamina D regula muchas otras funciones celulares en el cuerpo. | Foto: Libre de derechos

Respecto a las cantidades diarias que necesita una persona, los Institutos revelaron que depende del sexo, la edad y otras condiciones, pero las recomendaciones promedio son:

  • Bebés hasta los 12 meses: 10 microgramos (mcg).
  • Niños de 1 a 13 años: 15 mcg.
  • Adolescentes de 14 a 18 años: 15 mcg.
  • Adultos de 19 a 70 años: 15 mcg.
  • Adultos mayores de 71 años: 20 mcg.
  • Mujeres y adolescentes embarazadas o en período de lactancia: 15 mcg.

No obstante, Medline Plus, la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos, señaló que algunas personas corren un mayor riesgo de deficiencia de vitamina D como:

  • Personas de piel oscura, porque tienen menos capacidad de producir vitamina D del sol.
  • Personas con trastornos como enfermedad de Crohn o enfermedad celíaca que no absorben la grasa correctamente, porque la vitamina D necesita grasa para ser absorbida.
  • Personas que tienen obesidad, porque la grasa corporal se une a un poco de vitamina D y le impide entrar en la sangre.
  • Personas que han tenido cirugía de bypass gástrico.
  • Personas con osteoporosis.
  • Personas con enfermedad renal o hepática crónica.
  • Personas con hiperparatiroidismo (demasiado de una hormona que controla el nivel de calcio del cuerpo).
  • Personas con sarcoidosis, tuberculosis, histoplasmosis u otra enfermedad granulomatosa (enfermedad con granulomas, formaciones de células causadas por inflamación crónica).
  • Personas con algunos linfomas, un tipo de cáncer.
  • Personas que toman medicamentos que afectan el metabolismo de la vitamina D, como la colestiramina (fármaco contra el colesterol), medicamentos anticonvulsivos, glucocorticoides, medicamentos antimicóticos y medicamentos contra el VIH/SIDA.

De todos modos, la información antes dada de ninguna manera sustituye la asesoría médica y, por ello, lo primero que se debe hacer es consultar a un experto de la salud para que sea este quien guíe el proceso e indique qué es lo más adecuado para cada persona.