La enfermedad de Alzheimer es la forma más común de demencia entre las personas mayores, de acuerdo con Medline Plus, la Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos.
“El Alzheimer comienza lentamente. Primero afecta las partes del cerebro que controlan el pensamiento, la memoria y el lenguaje. Además, las personas con el mal pueden tener dificultades para recordar cosas que ocurrieron en forma reciente o los nombres de personas que conocen”, explica la biblioteca.
Asimismo, indicó que con el tiempo los síntomas del Alzheimer empeoran, ya que las personas pueden no reconocer a sus familiares. También pueden tener dificultades para hablar, leer o escribir. Adicionalmente, pueden olvidar cepillarse los dientes o peinarse el cabello y, más adelante, pueden volverse ansiosos o agresivos, o deambular lejos de su casa. Finalmente, necesitan cuidados totales.
Sobre la misma línea, señaló que el Alzheimer suele comenzar después de los 60 años y el riesgo aumenta a medida que la persona envejece, pero el riesgo es mayor si hay personas en la familia que tuvieron la enfermedad.
No obstante, hay que señalar que ningún tratamiento puede detener la enfermedad, pero algunos fármacos pueden ayudar a impedir por un tiempo limitado que los síntomas empeoren.
Existen vitaminas que ayudan con el buen desarrollo del cerebro y del buen funcionamiento de este, según El Heraldo de México, quien explicó que las vitaminas son la B12, B6, B9 y vitamina C.
Por ello, los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos (NIH, por sus siglas en inglés) señalaron que para consumir las cantidades recomendadas de vitamina B12 hay que comer alimentos variados como: pescado, carne, carne de aves, huevos, leche y otros productos lácteos; almejas e hígado de res; algunos cereales para el desayuno; levaduras nutricionales, y otros productos alimenticios fortificados con vitamina B12 agregada.
La vitamina B6 se encuentra en cereales, legumbres y huevos y la B9 en el hígado de res; en verduras como espárragos, coles de bruselas, y en hortalizas de hojas de color verde intenso, como la espinaca y las hojas verdes de mostaza.
Finalmente, todas las frutas y verduras contienen alguna cantidad de vitamina C, pero lo ideal es consumirlas sin cocinar para que no pierdan las propiedades.
Por su parte, de acuerdo con Mayo Clinic, entidad sin ánimo de lucro dedicada a la práctica clínica, la educación y la investigación, la enfermedad de Alzheimer es una enfermedad que no se puede prevenir, pero se puede modificar un número de factores de riesgo en nuestro estilo de vida para la enfermedad de Alzheimer como:
- Hacer ejercicio en forma regular. Las nuevas directrices de la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomiendan por lo menos de 150 a 300 minutos de actividad física aeróbica de intensidad moderada o vigorosa por semana para todos los adultos, incluidas las personas que viven con afecciones crónicas o discapacidad, y un promedio de 60 minutos al día para los niños y adolescentes.
- Llevar una alimentación de productos frescos, aceites saludables y alimentos bajos en grasas saturadas, como la dieta mediterránea, pero antes de empezar con alguna dieta se debe consultar a un experto de la salud para que este sea quien guíe e indique qué es lo más indicado para cada persona.
- Seguir las pautas de tratamiento para controlar la presión arterial alta, la diabetes y el colesterol alto.
- Dejar se fumar, si se hace.
“Los estudios demostraron que participar en eventos sociales, leer, bailar, jugar juegos de mesa, crear arte, tocar instrumentos musicales y otras actividades que requieren un compromiso mental y social ayudan a conservar las capacidades intelectuales en la edad adulta y reducen el riesgo de padecer la enfermedad de Alzheimer”, señaló la entidad sin ánimo de lucro.