A lo largo de los años se le hizo mala fama al colesterol, llegando al punto en que las personas creían que tenerlo era algo malo, pero lo cierto es que el cuerpo realmente lo necesita, solo que en unos niveles moderados, y lo que es dañino para el organismo es cuando estos son demasiado elevados.
Así, MedlinePlus, registra que el colesterol es un compuesto de textura similar a la cera que se encuentra en todas las células y se necesita para la producción de vitamina D, hormonas y sustancias que ayudan la digestión de los alimentos.
Por lo cual, es claro que el colesterol, en sí mismo, no es malo. La Fundación del Corazón, registra que gran parte del necesario en el cuerpo se produce en el hígado. Desde la organización explican que existen dos tipos de colesterol:
- De baja densidad (LDL). “Se encargan de transportar nuevo colesterol desde el hígado a todas las células” del organismo (por debajo de 130 mg/dl, según Semi).
- De alta densidad (HDL). “Recogen el colesterol no utilizado y lo devuelve al hígado para su almacenamiento o excreción al exterior a través de la bilis” (menos de 200 mg/dl, informa Semi).
Además, se aclara cuándo llega a convertirse en algo dañino, y cuándo en el organismo está lo que el mismo cuerpo necesita:
- Colesterol malo. “El colesterol al unirse a la partícula LDL se deposita en la pared de las arterias y forma las placas de ateroma”.
- Colesterol bueno. “El colesterol al unirse a la partícula HDL transporta el exceso de colesterol de nuevo al hígado para que sea destruido”.
En ese sentido, la hipercolesterolemía, que es el elevado nivel de colesterol en la sangre, según el grupo de Educación en Salud para la Ciudadanía de la Sociedad Española de Medicina Interna (Semi), puede afectar directamente a pacientes que padezcan alguna enfermedad cardiovascular, como ictus o enfermedad coronaria.
De acuerdo con Harvard Medical School, esta enfermedad causa cerca de 4,4 millones de muertes al año en el mundo. De otro lado, la vitamina D es clave para evitar enfermedades cardiovasculares, pues los bajos niveles están directamente relacionados con las mismas, conforme lo reveló un estudio de la Tehran University of Medical Sciences Iran.
Asimismo, la falta de vitamina D está ligada al aumento del colesterol y la parathormona, la obesidad, además de síntomas relacionados con el infarto, registra Nuevas Evas. Sumado a ello, de acuerdo con investigaciones de la Thomas Jefferson University, las concentraciones de dicha vitamina –en la mujer– favorecen la producción de colesterol bueno y necesario (HDL) y disminuyen el malo (LDL).
Mientras que si la vitamina D se une al calcio, puede ayudar a reducir el LDL, como lo dio a conocer una investigación realizada en Ruhr Universitat Bochum Alemania. Así como un estudio hecho por Tabriz University of Medical Science demostró que “la vitamina D disminuye el colesterol entre 10 y 20 mg/ dl en solo 20 días”, informa Nuevas Evas.
Este nutriente se encuentra de modo natural tomando sol, y en las grasas de ciertos productos animales. Los huevos, el queso, la leche y la mantequilla también son buenas fuentes en dietas normales. La carne y el pescado contribuyen en cantidades pequeñas y los cereales, hortalizas y frutas no tienen vitamina D.
El Instituto Nacional de la Salud de los Estados Unidos revela cuáles son los alimentos que contienen dicha vitamina:
- Los pescados grasos, como la trucha, el salmón, el atún y la caballa, así como los aceites de hígado de pescado.
- El hígado de ganado vacuno, la yema de huevo y el queso contienen cantidades pequeñas de vitamina D.