El cuerpo requiere de las vitaminas para funcionar adecuadamente. Se trata de sustancias orgánicas que se encuentran en los alimentos en pequeñas cantidades, pero que son clave debido a que participan en procesos como el desempeño celular y el crecimiento y desarrollo de las personas.
Medline Plus, sitio web de la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos, explica que existen dos tipos de vitaminas: las liposolubles y las hidrosolubles. Las primeras se almacenan en el hígado, el tejido graso y los músculos, y son la A, D, E y K; mientras las segundas no e incluyen la vitamina C y todas las del grupo B.
Para tener los niveles adecuados de vitaminas en el organismo es determinante alimentarse de manera equilibrada e ingerir los alimentos que las aportan todos los días, debido a que los excedentes de estos nutrientes son eliminados a través de la orina. La única vitamina que se almacena en el hígado durante años es la B12.
En total, son 13 vitaminas claves para que el organismo funcione apropiadamente y cada una cumple una función importante. “El hecho de no consumir suficiente cantidad de frutas, verduras, legumbres, lentejas, granos integrales y productos lácteos enriquecidos puede incrementar el riesgo de problemas de salud, entre ellos enfermedad cardíaca, cáncer y salud ósea deficiente”, precisa la citada fuente.
Vitamina E, clave para la circulación
En la lista, una clave es la E. Este nutriente es un potente antioxidante que contribuye a que las personas puedan tener una buena circulación sanguínea. Una de sus principales funciones es que ayuda a formar glóbulos rojos.
Además, esta vitamina ensancha las arterias y vasos permitiendo el paso de la sangre y evitando la formación de coágulos, precisan los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos. “Al mismo tiempo, ayuda a que el cuerpo utilice efectivamente la vitamina K, encargada de la función contraria: lograr que la sangre coagule correctamente cuando lo necesita”, precisa el portal de estilo de vida unCOMO.
Según el instituto Mayo Clinic, la vitamina E es buena para proteger las células contra los efectos de los radicales libres, es decir, moléculas generadas cuando el cuerpo descompone los alimentos o cuando se expone al humo de tabaco y a la radiación. Así las cosas, este antioxidante ayuda a proteger las células de las arterias y de los vasos sanguíneos, favoreciendo la salud del corazón, gracias a que previene y evita afecciones cardiovasculares.
Otras bondades de esta vitamina para el organismo son las siguientes:
- Ayuda a mantener el sistema inmunitario fuerte frente a virus y bacterias.
- Le ayuda al cuerpo a utilizar la vitamina K.
¿Cómo se obtiene?
La mejor manera de obtener los requerimientos diarios de vitamina E es consumiendo determinados alimentos, los cuales deberían hacer parte de la dieta de cada día. Estas son las principales fuentes de este nutriente.
- Aceites vegetales de maíz (como los aceites de germen de trigo, girasol, cártamo, maíz y soya).
- Nueces (como las almendras, el maní y las avellanas).
- Semillas (como las semillas de girasol).
- Hortalizas de hoja verde (como las espinacas y el brócoli).
- Cereales fortificados para el desayuno, jugos de frutas, margarinas y productos para untar enriquecidos. Enriquecidos o fortificados quiere decir que a los alimentos les han agregado las vitaminas.
¿Qué pasa si hay deficiencia?
La deficiencia de vitamina E es muy poco común en las personas sanas. Los expertos aseguran que casi siempre está relacionada con ciertas enfermedades que causan una mala absorción o digestión de las grasas.
Algunos ejemplos incluyen la enfermedad de Crohn, la fibrosis quística y ciertas enfermedades genéticas poco frecuentes como la “abetalipoproteinemia” y la ataxia con deficiencia de vitamina E. Los Institutos Nacionales de Salud indican que el sistema digestivo necesita algo de grasa para absorber la vitamina E.
La escasez en el organismo puede causar daños a los nervios y los músculos con pérdida de sensibilidad en los brazos y las piernas, pérdida de control del movimiento corporal, debilidad muscular y problemas de la visión. Otro signo de deficiencia es el debilitamiento del sistema inmune.