Las vitaminas y nutrientes en su mayoría son adquiridos por el cuerpo por medio de la ingesta de los alimentos que se consumen a diario. Por eso, los profesionales de la salud insisten con frecuencia en la importancia de llevar un plan de alimentación sano y equilibrado donde estén presentes alimentos de todos los grupos (proteínas, carbohidratos en su estado natural, frutas, verduras, grasas saludables y frutos secos), en las cantidades adecuadas.

El portal GQ en su sección de bienestar, cuidado personal y salud habla de los beneficios y de la importancia de la vitamina K para el organismo. Ya que es un nutriente del que se suele hablar poco, pero que es de gran relevancia para el buen funcionamiento de la salud del cuerpo en general.

La vitamina K contiene diferentes nutrientes liposolubles cuya tarea principal es ayudar a que sea posible la coagulación de la sangre dentro del organismo y a su vez mejora la salud del metabolismo óseo. Esta vitamina también ayuda a que el calcio sea absorbido por los huesos de manera adecuada.

Cuando un paciente presenta déficit de vitamina K suele tener mayor riesgo de desencadenar enfermedades que afectan de manera directa la salud del hígado y el páncreas, ya que las grasas de los alimentos no son procesadas de la manera más adecuada.

La falta de este compuesto también puede generar la aparición de moretones en la piel o en algunas zonas del cuerpo sin razón aparente. También puede ocasionar “problemas de sangrado o dificultad para cicatrizar y aumentar el riesgo de osteoporosis y enfermedades cardíacas”.

El déficit de vitamina K puede generar complicaciones en el páncreas y el hígado. | Foto: Getty Images

Tipos de vitamina K

  • Vitamina K1: esta es la que más se consume por medio de la alimentación y se le conoce como filoquinonas o fitonadionas y son sintetizadas por las plantas.
  • Vitamina K2: este compuesto es producido por algunas bacterias y se encuentran en alimentos que contiene grasas. Esta se conoce como menaquinona.

Dónde encontrar vitamina K

  • Este compuesto se encuentra en grandes cantidades en algunas verduras y hortalizas de color verde como los berros, la espinaca, el brócoli, la col y la lechuga.
  • También está presente en frutas como el aguacate, las uvas verdes, el kiwi, los arándanos azules y el higo.
  • En hierbas como el cilantro y el perejil.
  • En aceites vegetales, principalmente de soja y de oliva
  • Y en proteínas animales como el pescado, los riñones e hígados de pollo y vaca.

Los pacientes que toman anticoagulantes deben abstenerse de ingerir esta vitamina por medio de suplementos o cápsulas, igual se recomienda que a la hora de tomar la decisión de consumir cualquier vitamina por esta vía; se debe contar con la aprobación de un profesional de la salud, ya que el déficit de uno de estos compuestos puede generar síntomas, pero niveles desmedidos del mismo también pueden poner en riesgo la salud.

“También se debe tener en cuenta que si se toma algún suplemento de vitamina E, esta puede interferir con la manera en que la vitamina K se procesa en el cuerpo”.

La falta de vitamina K hace que se presenten sangrados. | Foto: Getty Images

Ingesta adecuada de vitamina K

La biblioteca de salud y medicina de los Estados Unidos Medlineplus menciona cuáles son las cantidades adecuadas que debe consumir cada persona de esta vitamina teniendo en cuenta su edad.

Lactantes:

  • 0 a 6 meses: 2.0 microgramos por día (mcg/día).
  • 7 a 12 meses: 2.5 mcg/día.

Niños:

  • 1 a 3 años: 30 mcg/día.
  • 4 a 8 años: 55 mcg/día.
  • 9 a 13 años: 60 mcg/día.

Adolescentes y adultos:

  • Hombres y mujeres de 14 a 18 años: 75 mcg/día (incluyendo aquellas mujeres que están embarazadas o lactando).
  • Hombres de 19 años en adelante: 120 mcg/día.
  • Mujeres de 19 años en adelante: 90 mcg/día (incluso aquellas que estén embarazadas y lactando).
La vitamina K es importante para la salud ósea, pues participa en la regulación del metabolismo del calcio. | Foto: Foto: Getty Images.