Una de las señales más comunes de la vejez es el deterioro cognitivo leve. De acuerdo con Mayo Clinic, entidad sin ánimo de lucro dedicada a la práctica clínica, la educación y la investigación, este “es un estadio intermedio entre el deterioro cognitivo esperado debido al envejecimiento normal y el deterioro más grave de la demencia. Se caracteriza por problemas de memoria, lenguaje, pensamiento o juicio”.
Esto puede observarse cotidianamente cuando se olvida el último lugar donde se dejó algún objeto, no recordar las actividades que se hicieron recientemente u olvidar el nombre de alguien que fue presentado horas antes.
En algunas personas, el deterioro cognitivo puede aumentar más debido a enfermedades subyacentes; en otras, puede empeorar levemente, y en pocos casos puede mejorar.
Un artículo publicado en la revista digital Vida Lúcida, señala que si bien las afecciones del cerebro, en su mayoría, son incurables, es posible evitar algunas cuidándose desde temprana edad y una de las formas de hacerlo es consumiendo vitaminas que son claves para fortalecerlo.
Las del grupo B, particularmente, son muy importantes y aquí se incluyen las B9, B6 y B12. Los estudios han demostrado que estas tres vitaminas actúan conjuntamente para ayudar a prevenir el deterioro mental, la demencia y la enfermedad de Alzheimer.
Un estudio de la Universidad de Oxford demostró que la ingesta conjunta de estas tres vitaminas redujo la atrofia cerebral, mejoró la función del cerebro y redujo significativamente la contracción del cerebro en la parte más afectada por la enfermedad de Alzheimer.
Vitamina B9
Esta vitamina también es conocida como ácido fólico, folacina, folato o ácido pteroil-L-glutámico. Consumir alimentos que la contengan es clave para evitar complicaciones con el cerebro. La vitamina B9 se puede encontrar productos como las legumbres, los garbanzos o las lentejas; los vegetales que tengan hojas de color verde, como la espinaca o los guisantes; los cereales, y los frutos secos. También se pueden consumir suplementos de la misma.
Vitamina B6
También conocida como piridoxina, esta vitamina tiene características hidrosolubles, lo que quiere decir que el cuerpo la elimina a través de la orina, así que es importante agregar alimentos ricos en este componente para reponerla. Se puede encontrar en alimentos como las sardinas, el salmón, la langosta, el atún, la trucha, las nueces, las judías blancas, el plátano, la carne de cerdo, la morcilla, el aguacate, el tocino y el maíz.
La Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos asegura que esta vitamina es necesaria para el correcto funcionamiento de los azúcares, las grasas y las proteínas del cuerpo. También es necesaria para el desarrollo del cerebro, los nervios, la piel y muchas otras partes del cuerpo.
Vitamina B12
La cobalamina o vitamina B12 es una de las más importantes en cuanto a funciones cerebrales se refiere. Puede encontrarse en productos como almejas, hígado de res, salmón ahumado, atún, cangrejo de río, langosta, camarones, cereales fortificados, carne de res, queso parmesano, huevo, pulpo, entre otros.
Según el instituto de investigaciones clínicas Mayo Clinic, la vitamina B-12 ayuda a mantener la salud de las células nerviosas y los glóbulos rojos. La deficiencia de esta vitamina, que es más frecuente en los adultos mayores y en los vegetarianos, puede causar diversos signos y síntomas, entre otros, pérdida de la memoria. En estos casos, los suplementos de vitamina B-12 ayudan a mejorar la memoria, cuando la ingesta a través de los alimentos no es suficiente.
Esta institución clínica asegura que hay estudios que sugieren que la reducción del nivel de vitamina B-12 podría estar asociada con un aumento del riesgo de demencia. Sin embargo, no se ha demostrado que los complementos de esta vitamina mejoren la función cerebral o los síntomas de la pérdida de memoria.
Aseguran los expertos de Mayo Clinic, que independientemente de su función en la memoria, la vitamina B-12 es parte fundamental de una dieta saludable.