Las venas varicosas (várices) lucen hinchadas, retorcidas y dilatadas y se pueden ver bajo la piel. Con frecuencia, son de color azul o rojo. Generalmente aparecen en las piernas, pero pueden presentarse en otras zonas del cuerpo.
En contexto, las válvulas unidireccionales en las venas de las piernas mantienen el flujo de sangre hacia el corazón. Por eso, cuando las válvulas no funcionan correctamente, la sangre regresa por la vena y esta se inflama por la sangre que se acumula ahí, lo cual provoca las varices, según Medline Plus.
Las venas varicosas son retorcidas y agrandadas. Cualquier vena superficial puede volverse varicosa. Sin embargo, las venas afectadas con mayor frecuencia son las de las piernas. Esto se debe a que estar de pie durante mucho tiempo y caminar con una postura erguida aumenta la presión en las venas de la parte inferior del cuerpo, indica Mayo Clinic.
Además, las várices son comunes en ambos géneros, pero afectan más a las mujeres que a los hombres y no causan problemas para la mayoría de las personas.
No obstante, si el flujo de sangre en las venas empeora, pueden presentarse problemas como hinchazón y dolor en la pierna, coágulos sanguíneos y cambios en la piel.
El magazín Women’s Health señala que las mujeres son más propensas a tener venas varicosas y arañas vasculares. Además, el embarazo, el envejecimiento y la obesidad pueden aumentar el riesgo de desarrollar venas varicosas y arañas vasculares.
Incluso, los cambios hormonales durante la menstruación o la menopausia pueden ser un factor, debido a que las hormonas femeninas tienden a relajar las paredes de las venas.
Por otro lado, Cleveland Clinic señala que estas ocurren “cuando las venas saludables se hinchan y causan que la sangre permanezca y se estanque en las venas. Normalmente, la sangre fluye a través de la vena en dirección hacia el corazón. Las venas varicosas se vuelven una nueva ruta para el flujo de sangre”.
Está claro que tener varices implica que existe un problema en la circulación del cuerpo y que no solo afecta a nivel estético, sino también la salud. Por eso, la buena alimentación, realizar ejercicios y usar prendas de compresión pueden ayudar a sobrellevar la situación; sin embargo, también las vitaminas son beneficiosas para retrasar su aparición, según el portal ImadsSpain.
Actualmente hay cuatro vitaminas que mejoran la circulación:
- Vitamina B3: es conocida como niacina y ayuda a los vasos sanguíneos, haciéndolos más fuertes, así como al flujo de sangre, que lo aumenta. Esta vitamina se puede encontrar en el pollo, las lentejas y la remolacha.
- Vitamina C: las naranjas, los limones, las mandarinas o el kiwi contienen vitamina C, que no solo sirve solo para el sistema inmunológico, sino también para que no existan coágulos de sangre en el cuerpo y que las arterias y capilares estén más fuertes.
- Vitamina E: ayuda a ensanchar los vasos sanguíneos y a que no se creen coágulos. Se puede encontrar en almendras, nueces o tomates.
- Vitamina K: es la más importante para la coagulación de la sangre ya que, si no se tiene mucha, se podría tener hemorragias internas. Además, evita que aparezcan las venas varicosas y otras enfermedades circulatorias. Se puede encontrar en la lechuga, espinacas, aceite, etc.
Algunos de los consejos y medidas que se pueden adoptar para prevenir que esta situación se presente son los siguientes:
- Evitar sentarse o estar de pie, quieto, durante largos períodos.
- Dormir con las piernas elevadas.
- No usar tacones.
- No levantar pesas con los pies.
- No usar anticonceptivos hormonales.
- No fumar.
- Si el trabajo o la vida diaria son sedentarios, hay que flexionar piernas y tobillos frecuentemente, levantarse y andar.
- La actividad física regular disminuye la presión en las venas y alivia las molestias.