Las vitaminas son sustancias orgánicas presentes en cantidades muy pequeñas en los alimentos. El cuerpo las necesita para su fun­cio­na­mien­to, su man­te­ni­mien­to y cre­ci­mien­to, según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).

Entre las vitaminas más conocidas están la vitamina A, la B (tiamina, riboflavina, niacina, vitamina B12 y ácido fólico), la C y la D. Estas se agrupan en forma conjunta, no debido a que se relacionen químicamente, sino porque todas se descubrieron en relación con las enfermedades que causan su carencia.

Según el Instituto Nacional del Cáncer de Estados Unidos, las vitaminas son liposolubles (se disuelven en grasas y aceites) o hidrosolubles (se disuelven en agua). Las primeras se almacenan en los tejidos grasos del cuerpo y las segundas salen con la orina.

No todas las vitaminas sirven para todo, cada una tiene una tarea a cargo en el organismo. Pero la deficiencia de alguna de ellas puede dar paso al desarrollo de enfermedades simples o crónicas. La deficiencia de alguna vitamina debe ser determinada por un médico.

Teniendo en cuenta lo anterior, cuando se trata de enfermedades, unas vitaminas contribuyen más que otras. Por ejemplo, el portal especializado Mejor con Salud listó algunas que pueden ayudar a combatir la inflación:

Vitamina E

Un estudio de la Universidad de Illinois en Estados Unidos, citado por Mejor con Salud, reveló que el consumo de esta vitamina reduce en el organismo los niveles de citoquinas, los cuales se encargan de mediar la inflación en el cuerpo.

Igualmente, la vitamina E es vital para el sistema inmunológico, debido a que favorece la estimulación de esta unidad del cuerpo para prevenir las enfermedades causadas por virus y bacterias, detalla el Instituto Nacional de Salud (NIH, por sus siglas en inglés).

Entre los alimentos que más vitamina E contienen se encuentra el aguacate, las almendras, las espinacas, el aceite de canola, el aceite de oliva, los maníes y los derivados lácteos.

Vitamina B

Cuenta con propiedades antiinflamatorias, previniendo que los cartílagos se inflamen. El consumo de estos componentes hará que el paciente recupere parte de su estabilidad.

Según la publicación de la revista científica Elsevier, “se ha asociado la deficiencia de vitaminas del complejo B con algunas condiciones inflamatorias que se asocian con dolor, como las enfermedades reumáticas”.

Es posible encontrarla en los huevos, las carnes magras, el hígado, las nueces, entre otros productos.

La vitamina B participa en los procesos de respiración celular, desintoxicación hepática, desarrollo del embrión y mantenimiento de la envoltura de los nervios. | Foto: Getty Images

Vitamina A

Este nutriente ayuda a aliviar los dolores musculares y de articulaciones derivados de inflamaciones que se tengan por afecciones como la artritis, por haber practicado ejercicio con intensidad o tras haber sufrido una lesión.

La vitamina A es una vitamina liposoluble que se encuentra naturalmente presente en los alimentos, de acuerdo con los NIH. Entre los productos que la poseen se encuentran:

  • Hígado vacuno y otros órganos.
  • Ciertos tipos de pescado, como el salmón.
  • Hortalizas de hojas verdes y otras verduras de color verde, anaranjado y amarillo, como brócoli, zanahorias y calabacines.
  • Frutas, como melón, damascos y mango.
  • Productos lácteos, que son de las principales fuentes de vitamina A.
  • Cereales para el desayuno fortificados.

Vitamina C

La vitamina C o ácido ascórbico es un nutriente esencial para la salud del cuerpo en general. Esta es indispensable para aliviar el dolor muscular y articular gracias a que ayuda para la protección y curación de los tejidos musculares.

Es importante mencionar que el organismo no produce ni almacena este componente de manera natural, por lo que es necesario consumir alimentos que contengan dicha vitamina. El portal de salud y medicina Medline Plus menciona que todas las frutas y verduras contienen alguna cantidad de este componente.