La tiamina (vitamina B1) ayuda a las células del organismo a convertir carbohidratos en energía. Si bien el papel principal de los carbohidratos es suministrar energía al cuerpo, especialmente al cerebro y al sistema nervioso.
Esta vitamina también juega un papel en la contracción muscular y la conducción de las señales nerviosas; además, es esencial para el metabolismo del piruvato, que es una molécula importante en varias reacciones químicas del cuerpo, según el portal especializado en salud MedlinePlus.
Larry E. Johnson, médico de University of Arkansas for Medical Sciences, señala que el déficit de la misma puede ser consecuencia de una dieta compuesta principalmente por harina blanca, azúcar blanco y otros hidratos de carbono refinados. Por lo general, los primeros síntomas son imprecisos, como fatiga e irritabilidad, pero si el déficit es grave afecta a los músculos, los nervios, el corazón y el cerebro.
Igualmente, puede provocar el trastorno neurológico beriberi o síndrome de Wernicke-Kórsakov, una afección que implica una lesión a los nervios periféricos.
Además, genera una baja agilidad mental, ya que la vitamina B1 es la que sintetiza la glucosa y, por lo tanto, cuando sus niveles descienden se presentan problemas de memoria, concentración o de estados de ánimo.
Se relaciona con enfermedades como: depresión, espasmos musculares, disfunción cognitiva, diabetes mellitus tipo 2, trastornos gastrointestinales y neurastenia, entre otras, según el portal Nutrición y Farmacia.
Por otro lado, la tiamina se encuentra en músculos, hígado, corazón, riñones y cerebro, e interviene en casi todas las reacciones celulares. En relación con su implicación sobre el sistema nervioso, resulta clave para producir acetilcolina, un mensajero químico imprescindible para la memoria.
La carencia de tiamina también puede ser resultado de:
- Trastornos que interfieren en el metabolismo de la vitamina, como las alteraciones hepáticas.
- Trastornos que impiden la absorción de la tiamina, como la diarrea de larga duración.
- Trastornos o enfermedades que aumentan el consumo de tiamina por parte del organismo, como una glándula tiroidea hiperactiva (hipertiroidismo), el embarazo, la lactancia materna, el ejercicio intenso y la fiebre.
Alimentos con tiamina
La mayoría de las personas obtiene suficiente tiamina de los alimentos que consume, entre ellos, la levadura, las legumbres, la carne de cerdo, el arroz integral y los alimentos fortificados, como los cereales para el desayuno y los frutos secos, según el portal Mayo Clinic.
La cantidad diaria recomendada para los hombres adultos es de 1,2 miligramos y para las mujeres adultas es de 1,1 miligramos.
El biólogo Agustín Reguera, responsable del Laboratorio de Embutidos España, expresa que la inclusión de alimentos ricos en ella “se convierte en un magnífico aliado para el buen funcionamiento del sistema nervioso y de la actitud mental”. Esto es elgo muy acertado ya que generalmente quienes presentan depresión tienen bajos niveles de vitamina B1.
Consumir alimentos ricos en la misma promueve una buena salud cognitiva, en vista de que ayuda a mejorar la concentración, la memoria y la capacidad de retentiva. Cuando esta falta, se abren las puertas a enfermedades como la demencia e incluso la enfermedad de Alzheimer.
Una investigación liderada por Stephan Listabarth, experto de la Clínica Universitaria para Psiquiatría y Psicoterapia de la Universidad Médica de Viena, elaboró la hipótesis de que los daños neurológicos asociados al abuso del alcohol serían causados por la existencia de depósitos de hierro en el cerebro, debido a una disminución del nivel de la vitamina B1 inducida por el alcohol.
Como se encarga de crear una barrera hematoencefálica que impide que el hierro transportado por la sangre se acumule en el tejido nervioso cerebral, su ingesta en tratamientos médicos servirá para prevenir enfermedades neurológicas.