Por lo general, las enfermedades del corazón como el colesterol alto y presión arterial alta, una infección, lesiones o el consumo de ciertos medicamentos alteran la salud del sistema vascular, el cual está compuesto por una red de vasos sanguíneos en el cuerpo que incluyen las arterias, las venas y los capilares.
Según Medline Plus, sitio web de la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos, cuando hay algún problema en el sistema vascular surgen ciertos problemas circulatorios, también llamados enfermedades vasculares, que pueden generar aneurismas, que es el ensanchamiento o abultamiento en la pared de una arteria; arterioesclerosis, una enfermedad en la que se acumula placa dentro de las arterias; coágulos sanguíneos que incluye trombosis venosa profunda y embolia pulmonar; enfermedad de las arterias coronarias y enfermedades de las arterias carótidas; entre otras.
Entre los síntomas que caracterizan una mala circulación sanguínea está la sensación de entumecimiento y hormigueo, que suele producirse en las extremidades, como los dedos de las manos, los pies y las manos. También puede presentarse calambres en los músculos, generalmente en las piernas, los pies, los brazos y las manos, e hinchazón en las principales extremidades del cuerpo.
Para prevenir este problema de salud, es fundamental llevar buenos hábitos como una dieta saludable, hacer ejercicio, evitar fumar, reducir el consumo de azúcares o grasas saturadas, tener una buena movilidad durante el día y consumir ciertos suplementos vitamínicos que regulen la circulación sanguínea.
En relación con el consumo de vitamina, los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades destacan el consumo de la vitamina K, un nutriente que el cuerpo necesita para formar coágulos y para detener los sangrados. Además, es una de las vitaminas imprescindible para la asimilación de las proteínas, por lo que da una mayor oxigenación de todas las venas, los órganos y las arterias del cuerpo humano.
Tipos de vitamina K
Ahora bien, este nutriente tiene dos versiones y se encuentra presente de forma natural en muchos alimentos:
- La vitamina K1 o filoquinona: tiene la particularidad de que su absorción es de solo el 15%, expulsándose a través del hígado y se encuentra principalmente en los vegetales de hoja verde, brócoli, col rizada, col lombarda, lechuga romana o perejil.
- La vitamina K2 o menaquinona: esta vitamina se distribuye con el colesterol LDL, por lo que permanece más tiempo en la sangre, facilitando su absorción por los vasos sanguíneos y el tejido óseo y ayudando a cumplir su función. Se puede encontrar en productos cárnicos y en los alimentos fermentados.
Cabe mencionar que, “la deficiencia grave de vitamina K puede provocar hematomas (moretones) y problemas de sangrado debido a que la coagulación de la sangre es más lenta. La deficiencia de vitamina K podría reducir la fuerza de los huesos y aumentar el riesgo de osteoporosis, ya que el cuerpo necesita la vitamina K para la salud ósea”, indica National Institutesof Health
Cantidades adecuadas de vitamina K en el cuerpo
- Bebés hasta los 6 meses de edad: 2.0 mcg
- 7 a 12 meses de edad: 2.5 mcg
- 1 a 3 años de edad: 30 mcg
- 4 a 8 años de edad: 55 mcg
- 9 a 13 años de edad: 60 mcg
- 14 a 18 años de edad: 75 mcg
- Hombres adultos mayores de 19 años de edad: 120 mcg
- Mujeres adultas mayores de 19 años de edad: 90 mcg
- Mujeres embarazadas o en período de lactancia: 90 mcg