Cuando se habla de apetito, se hace referencia al deseo psicológico de ingerir alimentos. La expresión apetito es distinta a la de hambre, pues el hambre hace referencia a la necesidad fisiológica de comer.

En la regulación del apetito interviene no solamente la necesidad fisiológica de alimentarse, sino el cerebro, el sistema digestivo, además de los depósitos grasos, factores ambientales, factores psicológicos e incluso factores genéticos.

En principio, el apetito está más relacionado con el placer, que con la necesidad biológica de consumir calorías, de acuerdo con el diario El Universo, existe una sólida teoría que habla sobre varios tipos de apetito.

Cuando se habla de apetito, se hace referencia al deseo psicológico de ingerir alimentos. La expresión apetito es distinta a la de hambre, pues el hambre hace referencia a la necesidad fisiológica de comer. | Foto: Enrique Díaz / 7cero

Tipos de apetito

De acuerdo con una investigación con langostas, que sirvió para determinar cuales son los tipos de apetito que el ser humano puede buscar satisfacer, existen los siguientes tipos. Según publica El Universo. Los tres primeros tipos de apetito hacen referencia a lo que se conoce como macronutrientes.

  • Apetito de proteínas
  • Apetito de carbohidratos
  • Apetito de grasas
  • Apetito de calcio
  • Apetito de sodio / sal.
En principio, el apetito está más relacionado con el placer, que con la necesidad biológica de consumir calorías. | Foto: Getty Images

Anemia por deficiencia de vitaminas

La anemia es una afección en la que el cuerpo humano no cuenta con suficiente cantidad de glóbulos rojos saludables. La existencia de anemia significa que el cuerpo no obtiene suficiente cantidad de sangre rica en oxígeno.

Las personas con anemia pueden sentir varios síntomas, la pérdida de apetito es uno de ellos. Otros síntomas son el cansancio extremo, la dificultad para respirar, los mareos, también se pueden sentir con frecuencia dolores de cabeza o incluso, latidos cardíacos irregulares.

Las personas con anemia pueden sentir varios síntomas, la pérdida de apetito es uno de ellos. | Foto: Getty Images

Una de las formas comunes de anemia es la deficiencia de vitamina B12. De acuerdo con el portal MedlinePlus, la falta de vitamina B12 puede deberse a condiciones como el consumo de una dieta estrictamente vegetariana, una alimentación deficiente en los bebés o desnutrición durante el embarazo.

También existen otras condiciones que pueden dificultar que el cuerpo adquiera la cantidad adecuada de esta vitamina, como el consumo de alcohol, haber tenido cirugías para extirpar ciertas partes del estómago o el intestino delgado, la ingesta de antiácidos, como las cirugías para bajar de peso o la presencia de enfermedades como la enfermedad de Crohn.

Vitamina B12

La cantidad de consumo necesaria de vitamina B12 puede modificarse con la edad, durante la niñez y hasta la llegada de la adultez suele ser de 2,4 microgramos, pero esto puede variar de acuerdo a algunos factores como el periodo de lactancia.

En algunos casos se puede requerir un consumo extra de esta vitamina, al menos hasta los 2,6 o 2,8 microgramos.

Un bajo nivel de esta vitamina puede desencadenar en la generación de anemia, de tipo megaloblástica, lo que podrá significar dificultades en la recuperación de energía por parte del cuerpo humano, al haber una disminución de glóbulos rojos.

Sin embargo, hay otros elementos más concretos que pueden causar una alerta respecto a esta falta vitamínica, como lo puede ser precisamente la pérdida de apetito, pero también el cansancio o debilidad, la constipación, la pérdida de peso, hormigueo en pies y manos, inflamación de lengua o boca, dolores de cabeza, o hasta incluso afectaciones emocionales como lo puede ser la depresión.

Algunos alimentos que se recomiendan para evitar la pérdida de apetito y los otros síntomas generados por ese déficit son: el pescado, el pollo, el hígado, la leche, o demás productos lácteos que cuentan con este nutriente dentro de su composición. | Foto: Getty Images

Algunos alimentos que se recomiendan para evitar la pérdida de apetito y los otros síntomas generados por ese déficit son: el pescado, el pollo, el hígado, la leche, o demás productos lácteos que cuentan con este nutriente dentro de su composición.