El mal aliento, también es conocido como halitosis, suele estar asociado principalmente a la higiene bucal, pero hay otras causas como la alimentación con sus vitaminas y nutrientes. Esta problemática puede generar vergüenza, incluso ansiedad.
La mayoría de veces, este caso puede mejorar al momento de tener una higiene dental adecuada y constante. Aunque si no se resuelve con esta técnica, lo más recomendable es que acuda a un dentista para asegurarse que no se trate de una enfermedad grave.
Según la Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos, MedlinePlus, “no lavarse los dientes o no usar hilo dental regularmente hace que compuestos de azufre sean liberados por las bacterias en la boca”.
La halitosis alude al conjunto de olores desagradables u ofensivos que emanan de la cavidad bucal y que le puede dar a cualquier persona en el mundo. Su aparición no solo tiene consecuencias en la salud, sino a nivel psicológico que afectan la vida diaria, las relaciones sociales, afectivas y profesionales.
Por ello, la Asociación Dental Americana indica la necesidad de cepillar los dientes al menos dos veces al día con pasta dental, por dos minutos y así eliminar los restos de comida y las bacterias que quedan atrapadas en la boca.
También, indican que es fundamental prestar atención a los alimentos que se ingieren, como lo es el ajo y la cebolla o hábitos cuestionables por los médicos, como el tabaquismo, el alcohol y el exceso de café.
De esta manera puede evitar enfermedades que aparecen por causa del mal aliento o descubrir afecciones que uno de sus síntomas es la halitosis. Por tal razón, los expertos indican que cuando surge esta problemática puede ser por falta de una vitamina.
Dicho esto, las vitaminas son fundamentales para el correcto funcionamiento del organismo y la prevención de diferentes enfermedades. No obstante, cuando hay deficiencia de la vitamina D surge el mal aliento.
Este nutriente es clave para el buen funcionamiento del sistema inmunológico. Por ejemplo, la falta de él, puede generar la acumulación de gases intestinales, lo que lleva a padecer de halitosis.
La vitamina D no solo se obtiene de la exposición del sol o los alimentos, sino que también de suplementos, así lo advierte JoAnn Manson, doctora en Medicina y profesora en la Facultad de Medicina de Harvard y jefa de la División de Medicina Preventiva del Hospital Brigham and Women’s de Boston.
Aunque, si la persona desea buscar este nutriente mediante los alimentos, los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos (NIH, por sus siglas en inglés), señalan algunos que tienen alto contenido de vitamina D, y son:
- “Los pescados grasos, como la trucha, el salmón, el atún y la caballa, así como los aceites de hígado de pescado, se encuentran entre las mejores fuentes naturales de vitamina D.
- El hígado de ganado vacuno, la yema de huevo y el queso contienen cantidades pequeñas de vitamina D.
- Los hongos aportan algo de vitamina D. Algunos hongos se exponen a la luz ultravioleta para aumentar su contenido de vitamina D”.