Las vitaminas son sustancias orgánicas que se encuentran en los alimentos en cantidades pequeñas, pero que son muy importantes para el metabolismo. Participan en procesos como el desempeño celular y el crecimiento y desarrollo de las personas.
La Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos explica que existen dos tipos de vitaminas: liposolubles e hidrosolubles. Las primeras se almacenan en el hígado, el tejido graso y los músculos, y son la A, D, E y K; mientras las segundas no se almacenan e incluyen la vitamina C y todas las del grupo B.
Normalmente, los excedentes de estos nutrientes son eliminados a través de la orina, por lo que se deben consumir a diario para evitar carencias que ocasionan problemas de salud. La única vitamina que se almacena en el hígado durante años es la B12.
Para obtener las cantidades necesarias de vitaminas es importante consumir frutas, verduras, legumbres, lentejas, granos integrales y productos lácteos enriquecidos. Una de las vitaminas clave para el organismo es la E.
Se caracteriza por ser un antioxidante, por lo que ayuda a proteger el tejido corporal del daño causado por sustancias llamadas radicales libres, las cuales dañan células, tejidos y órganos. Se cree que juegan un papel en ciertas afecciones relacionadas con el envejecimiento.
Este nutriente también ayuda a mantener el sistema inmunitario fuerte frente a virus y bacterias, a formar glóbulos rojos y ensancha los vasos sanguíneos para evitar que la sangre se coagule dentro de ellos, ayuda al cuerpo a utilizar la vitamina K y las células también usan la vitamina E para interactuar entre sí, según los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos.
Una de las bondades que se le atribuyen a esta vitamina es que fortalece el sistema inmune. La ingesta adecuada de este nutriente, principalmente en personas mayores, ayuda a mejorar su inmunidad. “Además de esto, algunos estudios científicos indican que la suplementación con vitamina E aumenta la resistencia a infecciones, incluyendo el virus de la Influenza”, precisa el portal de salud Tua Saúde.
Contra el Alzheimer
Según la citada fuente, la deficiencia de vitamina E está relacionada con alteraciones a nivel del sistema nervioso central. Por este motivo, muchas investigaciones científicas procuran incluir los suplementos de esta vitamina para prevenir o tratar enfermedades como el Parkinson y el Alzheimer o trastornos genéticos como el Síndrome de Down.
Debido a esta vitamina es rica en antioxidantes, puede prevenir el daño celular causado por el oxígeno, con lo que ayudaría a prevenir el deterioro cognitivo. El medio digital Business Insider refiere un estudio publicado en Journal of the American Medical Association, en el que se analizaron a un poco más de 560 pacientes con Alzheimer y el cual encontró que tener 2000 unidades internacionales por día de alfa-tocoferol, una forma de vitamina E, redujo el deterioro funcional. El análisis evaluó la función cognitiva a diario.
Así las cosas, se dice que la ingesta de vitamina E podría influenciar los procesos neurodegenerativos que están asociados con esta condición. Sin embargo, se requiere de más estudios científicos al respecto, debido a que los resultados de las investigaciones son mixtos.
En esta línea, los Institutos Nacionales de Salud aseguran que hasta el momento los análisis no aportan suficientes pruebas en torno al consumo de suplementos de esta vitamina para beneficiar a las personas sanas o quienes padecen problemas leves en la función mental a mantener la salud del cerebro, por lo que se requiere de mayor investigación.
Este nutriente se encuentra de forma natural en los aceites vegetales, por ejemplo, los aceites de germen de trigo, girasol y cártamo. Los de aceites de maíz y soja también la son ricos en este nutriente.
De igual forma, los frutos secos como maníes, avellanas y, en especial, almendras son buena fuente de este nutriente. Semillas como las de girasol también las aportan, así como las hortalizas de hojas verdes (espinaca y el brócol) y ciertos cereales para el desayuno, jugos de fruta, margarinas y productos para untar que son fortificados con la misma.