La demencia es un síndrome que implica el deterioro de la memoria, el intelecto, el comportamiento y la capacidad para realizar actividades de la vida diaria, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Además, Medline Plus, la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos, explicó que la demencia por lo regular ocurre a una edad avanzada y la mayoría de los tipos es poco frecuente en personas menores de 60 años.

Adicionalmente, la mayoría de las clases de demencia es irreversible (degenerativa) y el mal de Alzheimer es el tipo más común de demencia, pues acapara entre 60 % y 70 % de los casos, pero otro tipo común es la demencia vascular, que es causada por un flujo sanguíneo deficiente hacia el cerebro, como con un accidente cerebrovascular.

Por su parte, cuando no hay suficientes glóbulos rojos sanos en la sangre, suele aparecer una enfermedad denominada anemia. Esto quiere decir que en la sangre hay bajos niveles de hemoglobina, siendo esta la parte del glóbulo rojo que transporta el oxígeno a todas las células en su cuerpo.

Por lo general, esta afección puede aparecer con algunos síntomas como latidos rápidos del corazón, frecuencia respiratoria acelerada, dificultad para respirar, mareos o aturdimiento, dolor en el pecho, hinchazón de las manos y/o los pies y cansancio extremo. De acuerdo con la American Cancer Society, la anemia puede variar de grave a letal, dependiendo del nivel de hemoglobina en el organismo y la sintomatología.

Teniendo en cuenta estas dos afecciones, el portal Alimente recomienda el consumo de la vitamina B12 porque esta previene la demencia y la anemia, dado que, este nutriente mejora de forma considerable la función cerebral y fortalece la memoria, además, al promover el funcionamiento celular, estimula la producción de glóbulos rojos sanos en la sangre.

Vitamina B12: estos son los frutos secos que la contienen

Las personas pueden obtener las cantidades recomendadas de vitamina B12 consumiendo una variedad de alimentos, que incluyen: las vísceras (hígado de res); mariscos, principalmente las almejas; la carne de res, de aves, huevos, leche y otros productos lácteos.

También se puede hallar en algunos frutos secos, tales como las almendras que, además, proporcionan importantes cantidades de ácidos grasos de buena calidad; los anacardos; las avellanas, que son ricas en vitamina E y calcio; el maní; la castaña, que aporta energía y las nueces, que ofrecen una serie de nutrientes no solo para el cuerpo, sino para el cerebro.

Según la Biblioteca Nacional de Medicina, el cuerpo absorbe mejor la vitamina B12 de las fuentes animales que de las pocas vegetales que la aportan. Los especialistas aseguran que no es muy común que una persona tenga deficiencia de esta vitamina, pero se puede presentar en quienes son mayores de 50 años, aquellas personas que siguen una dieta vegetariana o vegana, las que han tenido una cirugía de estómago o intestinal, como aquellas que se practican para bajar de peso o tienen afecciones digestivas como la enfermedad celíaca o la de Crohn.

¿Qué pasa si hay deficiencia de esta vitamina?

Según los Institutos Nacionales de Salud, el cuerpo almacena entre 1.000 y 2.000 veces la cantidad de vitamina B12 que ingiere en un día. Por este motivo, los síntomas de deficiencia de vitamina B12 pueden tardar varios años en manifestarse.

Cuando el organismo no cuenta con las cantidades adecuadas de este nutriente, es posible que la persona se sienta cansada o débil. “Estos son síntomas de la anemia megaloblástica, que es característica de la deficiencia de vitamina B12″, precisa la citada fuente.