Los vasos sanguíneos hacen parte del sistema vascular y se caracteriza por ser tubos huecos como cañerías que transporten la sangre a través del cuerpo. Como tal, sangre es una sustancia que suministra oxígeno y nutrientes a todos los órganos y también se encarga de eliminar los productos de desecho como el dióxido de carbono.
De acuerdo con el Manual MSD, existen dos tipos principales de vasos sanguíneos, las venas y las arterias. El primero se encarga de devolver la sangre sucia con desechos al corazón y el segundo, transporta la sangre limpia desde el corazón hasta los órganos. En cuanto a las arterias específicamente, estas tiene paredes gruesas forradas de músculo y deben ser fuertes porque la presión arterial es más elevada en este tipo de vaso sanguíneo.
Normalmente, cuando un vaso sanguíneo se corta o se desgarra, la persona puede desangrarse, ya sea por fuera o por dentro de los órganos. Sin embargo, se pueden presentar otros problemas debidos a la falta de circulación en la sangre, como la arterioesclerosis, que también se conoce como endurecimiento de las arterias. Esta patología se da por el cúmulo de depósitos de grasa que obstruyen las arterias, lo que puede provocar un infarto, ictus, accidente cerebrovascular, entre otros.
Para prevenir estos problemas de salud, es fundamental tener buenos hábitos de vida desde temprana edad como una alimentación balanceada, actividad física regular, evitar fumar y consumir alcohol en exceso, entre otros. Asimismo, también es importante consumir ciertos suplementos vitamínicos para regular la salud vascular, por lo que la revista Mejor con Salud destaca las propiedades de la vitamina A, un nutriente que tiene acción antioxidante que ayuda a mejorar la circulación sanguínea.
“La vitamina A es encontrada en alimentos de origen vegetal, como la calabaza, tomate, berro, espinaca, y también en alimentos origen animal, como el hígado, yema de huevo y aceite de pescado, y es responsable de mantener la salud de la vista y promover el crecimiento y renovación de las células del cuerpo”, indica el portal en mención.
Entre sus beneficios, este nutriente, al poseer propiedades antiinflamatorias, ayuda a aumentar los niveles de óxido nítrico en el organismo, una sustancia que promueve el relajamiento de los vasos sanguíneos, mejorando la circulación de la sangre y ayudando a controlar la presión arterial.
También, la vitamina A logra neutralizar el exceso de radicales libres en el organismo, “impidiendo la oxidación de las células de grasas y controlando los niveles de colesterol y triglicéridos en la sangre, evitando enfermedades, como infarto, derrame y aterosclerosis”.
Dosis recomendada de vitamina A
Como tal, los requerimientos de vitamina A varían de una edad a otra. Estos son algunos indicadores a tener en cuenta:
- Bebés de 0 a 6 meses: 400 mcg/día
- Bebés de 7 a 12 meses: 500 mcg/día
- Niños de 1 a 3 años: 300 mcg/día
- Niños de 4 a 8 años: 400 mcg/día
- Niños de 9 a 13 años: 600 mcg/día
- Hombres a partir de los 14 años: 900 mcg/día
- Mujeres a partir de los 14 años: 700 mcg/día
- Embarazadas: entre 750 a 770 mcg/día
- Período de lactancia: 1200 a 1300 mcg/día
Otros beneficios de la vitamina A
- Mejora la salud visual: este nutriente en la forma de carotenoides, como la luteína y zeaxantina, ayuda a combatir los radicales libres y a proteger la retina, previniendo la degeneración macular y las cataratas, que son enfermedades asociadas con la edad.
- Fortalece el sistema inmune: gracias a sus propiedades inmunomoduladoras, participa del crecimiento, renovación y fortalecimiento de las células de defensa del organismo, ayudando a combatir virus, bacterias y hongos.
- Ayuda a bajar de peso: este nutriente promueve el adelgazamiento, dado que inhibe la formación de las células de grasas en el cuerpo. Asimismo, “la vitamina A ayuda a aumentar el tejido adiposo pardo, un tipo de grasa que acelera el metabolismo, estimulando la eliminación de grasa corporal y pérdida de peso”.