Las vitaminas son nutrientes clave para el organismo. Se trata de sustancias orgánicas presentes en cantidades pequeñas en los alimentos, pero necesarias para el metabolismo, debido a que participan en procesos como el desempeño celular, el crecimiento y el desarrollo de las personas.

Existen dos tipos: liposolubles e hidrosolubles. Las primeras se almacenan en el hígado, el tejido graso y los músculos, y son la A, D, E y K; mientras las segundas el cuerpo no las guarda e incluyen la vitamina C y todas las del grupo B, precisa la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos.

En total son 13 las vitaminas que el organismo requiere para funcionar de manera apropiada y es a través de una alimentación que equilibrada que pueden obtenerse. La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), asegura que ponerle a los platos color verde, amarillo, naranja, rojo o púrpura ayuda a mantener a las personas sanas, además de que añade sabor y textura a las comidas.

Los jugos que aportan vitamina C son buenos para aliviar los síntomas de la gripa. | Foto: Getty Images

La vitamina C es un nutriente hidrosoluble y es necesaria para el crecimiento y desarrollo normal del organismo, de acuerdo con Medline Plus.

Este tipo de vitaminas se disuelven en agua y las cantidades sobrantes son expulsadas por medio de la orina, motivo por el cual se debe ingerir regularmente para evitar una escasez en el cuerpo.

Ahora bien, la vitamina C es necesario para el crecimiento y reparación de tejidos en todas las zonas del cuerpo y se utiliza para obtener los siguientes beneficios:

  • Permite la absorción del hierro.
  • Retrasa la caída del cabello.
La vitamina C retrasa la caída del cabello. | Foto: Getty Images
  • Regenera el cartílago.
  • Fortalece los huesos.
  • Repara los dientes
  • Sana heridas.
  • Forma el tejido cicatricial.
  • Produce colágeno.

Todas las frutas y verduras contienen alguna cantidad de vitamina C, pero las que más la contienen son las siguientes.

  • Melón cantalupo.
  • Frutas y jugos de cítricos, como las naranjas y toronjas (pomelos).
  • Kiwi.
  • Mango.
  • Papaya.
  • Piña.
  • Fresas, frambuesas, moras y arándanos.
  • Sandía o melón.

De acuerdo con el instituto de investigación Mayo Clinic, la mayoría de las personas obtiene suficiente vitamina C con una dieta saludable y su deficiencia en más probable en personas que:

  • Fuman o están expuestas al tabaquismo pasivo
Las personas que fuman de forma constante pueden carecer de vitamina C. | Foto: (c) Copyright 2023, dpa (www.dpa.de). Alle Rechte vorbehalten
  • Tienen ciertas afecciones gastrointestinales o ciertos tipos de cáncer.
  • Tienen una dieta limitada que no incluye frutas y verduras regularmente

Los especialistas aseguran que la deficiencia grave de este nutriente puede provocar una enfermedad llamada escorbuto, que causa anemia, sangrado de las encías, hematomas y mala cicatrización de heridas.

Una de las recomendaciones es que si se toma vitamina C por sus propiedades antioxidantes, es importante tener en cuenta que es posible que el suplemento no ofrezca los mismos beneficios que los antioxidantes naturales presentes en los alimentos. La cantidad diaria recomendada de esta sustancia es de 90 miligramos para hombres adultos y 75 para mujeres adultas.

Otros beneficios de la vitamina C

El sitio L´officiel resalta beneficios poco conocidos de esta vitamina.

  • Protector solar. La vitamina C actúa en defensa contra los rayos UV, por lo que es un gran protector solar natural.
  • Aporta energía. “Gracias a que ayuda a absorber el hierro de mejor manera, la vitamina C aporta energía al cuerpo y hace que la piel se vea más despierta, colorida y energizada”.
  • Repara heridas por acné. El cuerpo necesita este nutriente para producir elastina y reemplazar el tejido afectado.
  • Previene el envejecimiento. “Con su alto contenido de antioxidantes, la vitamina C combate los radicales libres, responsables del envejecimiento, y ayuda a reconstruir los tejidos de la piel desde su profundidad además de eliminar arrugas y otras marcas de la edad”, concluye.

Cabe mencionar que antes de realizar algún cambio importante en la dieta, lo mejor será consultar en primera instancia a un profesional de la salud.