En los primeros años de vida de un bebé es muy frecuente que se puedan dar infecciones respiratorias debido al ambiente, o infecciones en los ojos que pueden ocasionar una alta producción de lagañas.

Por lo general, estas telas son secreciones amarillentas que puede ser líquidas o secas, o también se pueden presentar como piedras en el borde interno del ojo, obstruyendo el canal lagrimal.

En muchos casos, las lagañas en el bebé pueden estar acompañadas de síntomas como comezón, enrojecimiento y lagrimeo, que hacen que el pequeño lleve continuamente sus manos a los ojos y se resequen.

Su tratamiento depende de la causa que las esté originando; en algunos casos se debe hacer una limpieza con suero fisiológico, la aplicación de colirios e incluso el uso de antibióticos.

Entre el 6 y el 20% de los bebés pueden tener obstruido y tapado el conducto nasolagrimal. Tomando el porcentaje más alto, esto significa que puede ser tan frecuente como uno de cada 5 niños. Según médicos especialistas, esta obstrucción desaparece poco a poco en más del 90 % de los bebés y no requieren tratamientos fuera de algún masaje en la zona lagrimal.

De acuerdo con el portal web Tuasaúde, da a conocer las principales causas de las lagañas en el bebé:

  • Canal lagrimal obstruido: La principal función que tiene el canal lagrimal es lubricar el ojo y mantenerlo libre de microorganismo que puedan afectarlo. De este modo, cuando este canal se obstruye, deja de producir lágrimas, lo cual ocasiona el crecimiento de bacterias que pueden ocasionar la secreción amarillenta. Por lo general. Este problema suele resolverse por sí solo en el primer año de edad del bebé, pero es importante hacer una limpieza en los ojos con suero fisiológicos, haciendo un masaje presionando la esquila de la parte interna de los ojos con el dedo.
Entre el 6 y el 20% de los bebés pueden tener obstruido y tapado el conducto nasolagrimal. | Foto: Archivo Semana

¿Cómo prevenir las lagañas en los ojos de los bebés?

Cuando un bebé tiene conjuntivitis de tipo infeccioso, es fundamental tomar las medidas necesarias para evitar contagios, por lo que hay que extremar la higiene. Saber Vivir, da a conocer algunas recomendaciones para evitar la producción de las lagañas en los ojos:

  • Lavar las manos con frecuencia.
  • No compartir toallas ni pañuelos con otras personas o familiares.
  • No utilizar la misma toalla o compresa para los dos ojos, ni compartir el colirio con otras personas.
  • Evitar que el bebé se rasque los ojos.
  • Cambiar la funda de la almohada frecuentemente.
  • Si hay secreción ocular y no ha sido tratada, no debe llevar el bebé a ninguna parte.
  • Colocarle al bebé un gorro con visera para mejorar la sensibilidad a la luz.