Las biopsias liquidas serán en el futuro una manera de detectar el cáncer. Pero mientras eso sucede este tipo de pruebas están mostrando ser de gran utilidad para guiar el tratamiento oncológico. Eso quedó demostrado con un amplio análisis de muestras de sangre de más de 15.000 pacientes con diferentes tipos de cáncer, incluidos pulmón, mama y colon. Los científicos encontraron que al tomarles pruebas de sangre y analizarlas genéticamente para ver rastros del tumor se lograba tener información relevante sobre la enfermedad tanto como si hacían una biopsia de tejido. Actualmente los pacientes con cáncer deben someterse no solo a una sino a varias biopsias  de sus tumores para monitorear si este está progresando o haciendo resistencia al medicamento y saber si las mutaciones que este tiene pueden ser blanco de ciertos medicamentos. Para esto se requiere someter al paciente a un cirugía pero en ocasiones, el enfermo no está lo suficientemente saludable para someterse a ella. En otras ocasiones el tumor es de difícil acceso.En estos casos la biopsia líquida sería de gran ayuda porque solo requiere de una toma de sangre. Esto es posible gracias a que en etapas avanzadas el cáncer deja rastros de su ADN en el flujo sanguíneo del paciente. Por lo tanto, extraer una muestra de sangre y analizar con métodos genómicos las mutaciones hace la biopsia menos dolorosa, invasiva y riesgosa.Para el estudio, Philip Mack, profesor y director de farmacología molecular del centro de cáncer de la Universidad de California en Davis, reclutó a 15,000 pacientes con 50 diferentes tipos de cáncer y les tomó pruebas de sangre. Al final de la investigación el experto observó que la información que brindaba este tipo de prueba era tan precisa como la que se puede obtener de una biopsia del tumor.“Este hallazgo sugiere que el análisis del ADN del tumor encontrado en la sangre del paciente  puede ser una gran alternativa de información mínimamente invasiva cuando una biopsia de tejido no es suficiente o no puede ser sacada de manera segura”, dijo el experto en la presentación de su trabajo durante la reunión anual de la Asociación Americana de Oncología Clínica (Asco), en Chicago..El estudio empleó la que se considera la muestra más grande de biopsias liquidas a la fecha. Por lo tanto brindó esperanza a los médicos sobre la posibilidad de que en un futuro no muy lejano no solo se podrá diagnosticar el cáncer de esta manera sino también monitorear la progresión de la enfermedad. Esto último es importante porque si el cáncer regresa o hace resistencia a un medicamento, el oncólogo puede cambiarlo por otro que tenga mejor efectividad. Mientras más rápido tenga esa información mejor para el pronóstico de la enfermedad.Recientemente la Agencia de medicamentos y alimentos de Estados Unidos  (FDA) aprobó el primer test genético basado en una prueba de sangre para detectar mutaciones genéticas en pacientes de cáncer de pulmón. Para este estudio, sin embargo, Mack y sus colegas usaron uno desarrollado por Guardant Health que cuenta con capacidad para detectar  hasta 70 genes relacionados con el cáncer.  En 400 pacientes de los reclutados para el estudio fue posible hacer la comparación entre las biopsias liquidas y las de tejido pues se contaba con ambas. De esta manera se logró establecer que por cada mutaciones que se encontró en la sangre también se hallaba en el tumor en 94 a 100 por ciento de las veces. En algunos, sin embargo, el tumor no fue detectado en la sangre debido a que no dejan rastros de su ADN a niveles que esta tecnología pueda detectarlos.Si bien muchos oncólogos clínicos ven con esperanza este tipo de avances en el cáncer consideran que las biopsias tumorales permiten hoy mucho más análisis que las de la sangre pero en casos en que esto no sea posible, las liquidas podrán ser de gran ayuda para guiar el tratamiento de esta enfermedad.