El dolor en los huesos y las articulaciones puede indicar artritis, una enfermedad que se debe a la inflamación o degeneración de una o más articulaciones, que es el lugar donde se unen los huesos. Sin embargo, esta no es la única causa que puede provocar dicho malestar.
Según indica Medline Plus, sitio web de la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos, el dolor en las articulaciones puede ser causado por diferentes afecciones. Las más comunes son:
- Enfermedades autoinmunitarias, como la artritis reumatoidea y el lupus.
- Bursitis.
- Condromalacia rotuliana.
- Cristales en la articulación.
- Infecciones causadas por un virus.
- Lesión, como una fractura.
- Osteoartritis.
- Osteomielitis (infección del hueso).
- Artritis séptica (infección articular).
- Tendinitis.
- Esfuerzo o sobrecarga inusual, lo que incluye distensión muscular o esguinces.
Las causas del dolor de hueso pueden incluir las siguientes:
- Cáncer en los huesos (malignidad primaria).
- Cáncer que se ha diseminado a los huesos (malignidad metastásica).
- Interrupción del suministro sanguíneo (como en la anemia drepanocítica).
- Hueso infectado (osteomielitis).
- Infección.
- Lesión (traumatismo).
- Leucemia.
- Pérdida de mineralización (osteoporosis).
- Sobrecarga.
- Fractura infantil (tipo de fractura por tensión que ocurre en niños que están aprendiendo a caminar).
Cáncer en los huesos
Este tipo de cáncer puede desarrollarse inicialmente en cualquier hueso del cuerpo humano. La mayoría de veces suele originarse en la pelvis o en las piernas y brazos.
“El cáncer de hueso es poco frecuente: representa menos del 1 % de todos los tipos de cáncer. De hecho, los tumores óseos no cancerosos son mucho más frecuentes que los cancerosos”, indica Mayo Clinic, entidad sin ánimo de lucro dedicada a la práctica clínica, la educación y la investigación.
Síntomas
Dolor
El dolor en los huesos es uno de los síntomas más frecuentes de este tipo de cáncer. En su etapa inicial el malestar puede no ser constante y empeorar solo en la noche o hacer actividades que impliquen el hueso afectado como caminar.
Hinchazón
El cáncer de huesos puede provocar hinchazón, incluso la formación de un bulto o masa que contiene el tumor. “Los cánceres en los huesos del cuello pueden causar una protuberancia o masa en la parte trasera de la garganta, que puede ocasionar problemas al tragar o dificultar la respiración”, detalla la Asociación Americana de Cáncer.
Fracturas
Este tipo de cáncer puede debilitar el hueso y aumentar el riesgo de caídas, las cuales pueden resultar como fracturas.
Artritis
La artritis es un trastorno inflamatorio crónico que puede afectar las articulaciones y, en algunas personas, puede dañar distintos sistemas corporales, incluida la piel, los ojos, los pulmones, el corazón y los vasos sanguíneos. Existen más de 100 tipos de esta enfermedad. Además, es un trastorno autoinmunitario que ocurre cuando el sistema inmunitario ataca por error los tejidos del cuerpo, de acuerdo con Mayo Clinic.
Esta entidad sin ánimo de lucro también explicó en su página web que la artritis reumatoide afecta el revestimiento de las articulaciones y causa una dolorosa hinchazón, que puede finalmente causar la erosión ósea y la deformidad de las articulaciones.
Algunos síntomas de esta enfermedad son:
- Articulaciones sensibles, calientes e hinchadas.
- Rigidez articular que generalmente empeora por las mañanas y después de la inactividad.
El ejercicio es una de las herramientas para prevenir los problemas en las articulaciones. La actividad física “fortalece los músculos alrededor de las articulaciones y les ayuda a trabajar mejor”, indica Medline Plus.
En caso de tener una afección articular, también es la mejor opción para tratar la enfermedad y aliviar el dolor. Se debe tener en cuenta que la actividad física no debe implicar esforzar las articulaciones. “Algunos ejemplos incluyen caminar, andar en bicicleta y nadar. Hacer actividad física también puede retrasar el comienzo de la discapacidad relacionada con la artritis y ayudar a las personas con artritis a manejar otras afecciones crónicas como la diabetes, la enfermedad cardíaca o la obesidad”, señalan los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC).