La Luna, ubicada a más de 380 mil kilómetros de la Tierra, es el cuerpo espacial más cercano a nuestro planeta. Con sus características físicas que asombran a los ciudadanos del común, aficionados astronómicos y a los profesionales de estudiar el universo, es un referente de la majestuosidad del gran espacio que rodea al planeta.
Esta gran roca celeste es famosa, no solamente por ser protagonista de espectáculos astronómicos como los eclipses totales o parciales, o también como los cambios de colores, los cuales causan toda una serie de teorías religiosas y paganas, también se destaca por la serie de mitos que culturalmente se le han asociado a la compañera de la Tierra.
Unas de las creencias más divulgadas ha sido referente a sus sus fases lunares: Luna nueva, cuarto creciente, luna llena y cuarto menguante, a las cuales se les atribuye diferentes supersticiones y creencias que de seguro ha escuchado alguna vez.
Desde la astrología, más que todo, se ha tratado a la Luna como un cuerpo de naturaleza femenina, representación de la familia, el hogar y el rol maternal. También se le atribuye la capacidad de manejar las emociones, el amor propio, el autoestima y los sueños. Incluso se le concede el título de regente en el cuerpo humano del estómago.
Queda claro que la Luna tiene gran valor para esta disciplina, por tal motivo cada uno de sus cambios, las fases lunares, también conciben creencias en específico.
Con la Luna nueva comienza el ciclo lunar, por ende es el mejor periodo para reflexionar y tomar la iniciativa de proponerse nuevos retos y crear planes para materializarlos. Es igualmente una época idónea para crear nuevos hábitos y salir de costumbres perjudiciales.
El cuarto creciente marca la continuación de la fase lunar, se cree que en esta fase el individuo está muy receptivo para engendrar emociones positivas, lo cual se demuestra a través del mejoramiento de la salud física y mental. También se cree que durante esta fase se debe cortar el cabello para que crezca más y mejor.
Continúa la luna llena, que es una de las fases que más causa admiración porque allí se observa la magnitud de este cuerpo al verla sumamente iluminada y, por ello, según los astrólogos, es donde la energía se manifiesta de una manera enorme, en donde también la naturaleza demuestra toda su fuerza. Es un momento para que el cambio y la regeneración se hagan tangibles en el individuo.
Los comportamientos colectivos no son ajenos a las asociaciones con la luna llena. Por medio de la percepción del ambiente, las personas siguen creyendo que los robos y suicidios incrementan en la fase de luna llena e incluso, algunas dolencias corporales se hacen más fuertes cuando la luna se encuentra completamente iluminada.
Finalmente, el cuarto menguante representa el fin del ciclo lunar y con este la atribución a la muerte y a la transformación. Los astrólogos aseveran que esta es la fase ideal para tomar decisiones relacionadas con temas importantes para el individuo como el dinero, el amor, las relaciones sociales y el trabajo, ya que los pensamientos negativos disminuyen en esta fase. También se cree que es la fase ideal para regar y plantar vegetales que crezcan bajo tierra.
Cada 28 días este ciclo se repite, y para el mes de junio el calendario lunar es el siguiente: La luna llena da la bienvenida al sexto mes del año el 4 de junio, el cuarto menguante se dará el 10 de junio, la luna nueva el 18 y el cuarto creciente el 26.
La Luna seguirá siendo un ente de admiración, misticismo y romance por el tiempo que la humanidad siga habitando el planeta, por lo cual cada día seguirán escribiéndose más creencias a este cuerpo celeste que cada año se aleja casi cuatro centímetros de la Tierra.