La Organización Mundial de la Salud (OMS) asegura que las personas están alcanzando una mayor edad, en comparación con años anteriores. En octubre de 2022 situó la esperanza de vida en 60 años y bajo una tendencia de aumento a nivel global al punto que, para finales de esta década, calcula que una de cada seis personas vivirá más tiempo.
“En ese momento, el grupo de población de 60 años o más habrá subido de 1000 millones en 2020 a 1400 millones”, apuntó la entidad de las Naciones Unidas. “En 2050, la población mundial de personas de 60 años o más se habrá duplicado (2100 millones). Este cambio empezó en los países de ingresos altos (...), pero los cambios más importantes se están viendo actualmente” en países de medios y bajos ingresos, explica en su página web.
Si bien es cierto que hay una inclinación al alza, no hay que olvidar la continuidad de múltiples factores opuestos a ese objetivo, presentes en el estilo de vida, tanto en actividad física como alimenticio. No en vano es que los expertos siguen haciendo hincapié en la importancia de dejar atrás el sedentarismo y prestar atención a la comida que se ingiere.
La recomendación de Harvard
En línea con una alimentación ‘óptima’, la Universidad de Harvard recomienda cuatro dietas a seguir, independientemente de la edad, pero en aras de ayudar a prolongar la esperanza de vida. El estudio ‘Patrones de alimentación saludable y riesgo de mortalidad total y por causas específicas’ fue publicado por JAMA Internal Medicine.
Este se basó en el análisis en una muestra de 75.230 mujeres y 44.085 hombres (ambos en un rango de 50 - 53 años). Sus principales hallazgos fueron la asociación entre la alimentación equilibrada con una menor incidencia de mortalidad y que prevalecieron, pese a diferencias étnicas.
La primera dieta sugerida es la basada en el Índice de Alimentación Saludable Alternativa. Esta consiste en priorizar la comida baja en azúcares, evitar las grasas innecesarias, así como el alcohol en exceso y ubicar en un primer plano los cereales integrales, verduras y frutos secos
“Revisamos gran cantidad de bibliografía, ideamos distintos componentes y creamos una puntuación para reflejar las mejores pruebas disponibles en cuanto a alimentación sana y reducción de enfermedades crónicas”, destacó el doctor en la Escuela de Salud Pública de Harvard, Frank Hu, citado por La Razón. Pero aclaró que “no hay una varita o receta mágica que pueda prolongar la vida o que una dieta sea mejor cura que otra dieta”.
En segundo lugar, está la dieta mediterránea, descrita por el portal MedlinePlus como la que incluye más alimentos basados en grasa ‘buenas’ (como el aceite de oliva) y vegetales. Esta se destaca por una menor cantidad de pollo y carne de res, mientras que las fracciones de pescado, granos, legumbres y frutas son mayores.
La tercera alternativa aconsejable es la vegana que prioriza la ingesta de vegetales y cierra las puertas a cualquier comida de origen animal. Según informó El Español, los participantes en el estudio que han basado su estilo de vida en esta opción, vieron reducido el riesgo de muerte por enfermedad hasta en un 13 %.
Una cuarta dieta es descrita como pautas para el índice de alimentación saludable. Esta tiene rasgos muy parecidos a la primera mencionada, pero con algunas modificaciones como la menor ingesta de carnes rojas, mientras que también recalca bajar los niveles de azúcar, alcohol y grasas no saludables.