El color amarillo en los ojos se conoce con el término médico de ictericia. Aunque generalmente es común en los niños, también puede presentarse en los adultos.

De acuerdo con Medline Plus, sitio web de la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos, el color amarillo en los ojos, generalmente, es un signo de problemas con el hígado, el páncreas o la vesícula biliar. Asimismo, puede alertar sobre otras afecciones como:

  • Infecciones comúnmente virales
  • Uso de ciertos fármacos
  • Cáncer del hígado, los ductos biliares o el páncreas
  • Los trastornos sanguíneos, los cálculos biliares, las anomalías congénitas y muchas otras afecciones
La ictericia puede advertir sobre un posible cáncer de hígado. | Foto: Getty Images

En caso de presentar este síntoma es importante consultar a un doctor para recibir un diagnóstico profesional y un tratamiento oportuno.

Ictericia infantil

La ictericia infantil, que es muy frecuente en los bebés recién nacidos, ocurre “porque la sangre del bebé contiene un exceso de bilirrubina, un pigmento amarillo en los glóbulos rojos”, apunta Mayo Clinic, entidad sin ánimo de lucro dedicada a la práctica clínica, la educación y la investigación

Se debe prestar mucha atención a los cambios de humor y de otros síntomas en los bebés recién nacidos. | Foto: Getty

Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) señalan los síntomas que advierten sobre esta afección en los niños. Es importante que los padres y cuidadores los conozcan para buscar ayuda médica en caso de identificarlos.

El bebé:

  • Tiene un aspecto muy amarillento o anaranjado (los cambios de color de la piel comienzan en la cabeza y se esparcen hasta los dedos de los pies).
  • No puede despertarse fácilmente o no duerme nada.
  • No puede tomar bien el pecho o del biberón.
  • Está muy inquieto.
  • No ensucia ni moja los pañales en cantidad suficiente.

En caso de que tenga los siguientes síntomas se debe acudir inmediatamente a un centro de salud:

El bebé:

  • Llora desconsoladamente o con un llanto agudo.
  • Se arquea hacia atrás (la cabeza o cuello y talones se curvan hacia atrás y el cuerpo hacia adelante).
  • Tiene el cuerpo rígido, flácido o débil.
  • Mueve los ojos de manera extraña.
En caso de que los síntomas empeoren se debe acudir a un centro de salud. | Foto: Getty Images

Enfermedades hepáticas

Hepatitis tóxica

Según Mayo Clinic, entidad sin ánimo de lucro dedicada a la práctica clínica, la educación y la investigación en algunos casos la hepatitis tóxica se presenta horas o días después de la exposición a la sustancia tóxica. Por eso, sus síntomas pueden desarrollarse luego.

Cuando la hepatitis tóxica es leve puede que no se evidencien síntomas y que solo se identifique a través de un análisis de sangre. No obstante, a continuación algunos de los signos que pueden indicar que se tiene esta afección:

  • Color amarillento de la piel y en la parte blanca de los ojos (ictericia).
  • Picazón.
  • Dolor abdominal en la parte superior derecha del abdomen.
  • Cansancio.
  • Pérdida de apetito.
  • Náuseas y vómitos.
  • Erupción cutánea.
  • Fiebre.
  • Pérdida de peso.
  • Orina de color oscuro o color parecido al té.

Cáncer de hígado

Quienes padecen cáncer de hígado, generalmente, al inicio de esta enfermedad, las personas no presentan síntomas. Luego, con el paso del tiempo algunas de las señales pueden ser:

  • Pérdida de peso sin motivo alguno.
  • Dolor en la parte alta del abdomen.
  • Náuseas y vómitos.
  • Debilidad y fatiga general.
  • Hinchazón abdominal.
  • Decoloración amarillenta de la piel y la parte blanca de los ojos (ictericia).
  • Heces blancas o blanquecinas.

Causas

Existen algunos afecciones o hábitos poco saludables que incrementan el factor de riesgo de padecer cáncer de hígado. Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) los mencionan:

  • Tener sobrepeso o estar obeso.
  • Tener una infección duradera del virus de la hepatitis B o virus de la hepatitis C.
  • Fumar cigarrillos.
  • Beber alcohol.
  • Tener cirrosis (cicatrización del hígado, la cual también puede ser causada por la hepatitis y el consumo de alcohol).
  • Tener enfermedad del hígado graso no alcohólico (grasa adicional en el hígado que no es causada por el alcohol).
  • Tener hemocromatosis, una afección en la que el cuerpo absorbe y almacena más hierro del que necesita.
  • Consumir alimentos que tienen aflatoxina (un hongo que puede crecer en productos como los granos y las nueces que no se almacenan adecuadamente).