Se conocen como enfermedades silenciosas aquellas que apenas producen síntomas y que en muchos casos suelen pasar inadvertidas, pero que de dejarlas evolucionar, podrían derivar, incluso, en la muerte.
De acuerdo con los expertos, aunque se presentan algunos signos que podrían causar cierta alerta, son tan generales que las personas no les prestan atención y por, consiguiente, no van al médico para un chequeo.
Sin embargo, el problema es que la mayoría de estas enfermedades silenciosas a medida que avanzan con el tiempo terminan por desarrollar graves complicaciones para la salud.
Por eso es importante un chequeo a la más mínima alerta, esto dentro de un proceso de medicina preventiva que permita, entre otros, un diagnóstico precoz para evitar complicaciones, entre ellos la muerte.
Bastaría con un pequeño análisis de sangre o exámenes de control para detectar estas enfermedades o su posible evolución para que puedan prevenir.
Es importante reiterar que son enfermedades que se caracterizan por síntomas sutiles y, por lo tanto, pasan desapercibidos, por ello se deben tener en cuenta algunas señales que pueden convertirse en alertas importantes:
Dolor de cabeza constante y repetitivo, fluctuaciones notables de peso sin una causa aparente, pérdida de apetito, imposibilidad de hacer la misma cantidad de ejercicio que en épocas previas, fatiga crónica y mareos o desmayos.
Así mismo, anemia sin una causa específica, pigmentación anormal de la piel, pérdidas de sangre (ya sea por vía urinaria, anal, vaginal, nasal), fiebre o febrícula de repetición, piernas hinchadas, alternancia de diarrea y estreñimiento y pérdida de fuerza o temblor de extremidades.
Esas pequeñas alertas pueden servir para detectar enfermedades graves como las llamadas silenciosas y que, en muchos casos, pueden terminar en la muerte de las personas, entre las cuales se encuentran:
- Presión arterial alta: Es también conocida como hipertensión y se da cuando la presión arterial es de 140/90 mm Hg o mayor.
Está asocia con estrés, tabaquismo, alto consumo de sal, ansiedad, consumo excesivo de alcohol, estilo de vida sedentario (no ejercicio), obesidad, factores genéticos, el uso de píldoras anticonceptivas o medicamentos para el dolor, enfermedad renal y enfermedad suprarrenal.
- Diabetes: Existen dos tipos de diabetes, tipo 1, cuando el cuerpo no produce insulina y tipo 2 que es un trastorno metabólico en el que su cuerpo no puede producir suficiente insulina o no puede usarla correctamente.
Cifras de la Federación Internacional de Diabetes, determinan que 387 millones de personas en el mundo tienen diabetes y 1 de cada 2 personas ni siquiera saben que la tienen, por lo que se le considera un asesino silencioso.
- Enfermedad coronaria: La enfermedad arterial coronaria (EAC) es una enfermedad del corazón causada por la acumulación de placa en las paredes de las arterias que podría bloquear parcial o totalmente el flujo de sangre por todo el cuerpo.
Los principales factores son obesidad o sobrepeso, antecedentes familiares de enfermedad cardíaca, una mala alimentación, el tabaquismo y la falta de actividad física.
Enfermedad del hígado graso: Es una condición en la que el hígado tiene dificultad para la descomposición de las grasas, lo que provoca una acumulación en el tejido hepático.
Existen dos clases, de hígado graso alcohólico causado por el consumo excesivo de alcohol y la enfermedad del hígado graso no alcohólico, cuya causa no ha sido determinada, por el momento.
-Osteoporosis: Es una enfermedad que conduce al deterioro del hueso, lo que los hace delgados y quebradizos. No presenta síntomas en las primeras etapas.
De acuerdo con los especialistas, entre los factores de riesgo incluyen el sexo femenino, después de la menopausia y el ser de raza caucásica o ascendencia asiática, así como antecedentes familiares, mala alimentación, falta de ejercicio, el tabaquismo, ciertos medicamentos, y un marco de huesos pequeños. Se presentan casos también en personas de diferentes edades.
- Cáncer de colón: Es el tercer cáncer más común, con miles de personas diagnosticadas cada año. Puede iniciarse como un pequeño crecimiento conocido como un pólipo, aunque en la mayoría de los casos no son cancerosos. Cuando son ignorados o no se tratan, pueden convertirse en cancerosos después de unos años.
La temprana detección y eliminación de las células cancerosas pueden curar el cáncer en 90 %, por eso es importante tener en cuenta algunas señales como estreñimiento, diarrea, sangre en las heces, gas inusual o dolor abdominal, bajo recuento de sangre, pérdida de peso inexplicable, vómitos y fatiga.
- Cáncer de piel no melanoma: Se desarrolla lentamente en las capas superiores de la piel debido a la exposición excesiva a la radiación ultravioleta (UV) del sol o de fuentes de bronceado en interiores, como las camas de bronceado y las lámparas solares.
Puede aumentar el riesgo los antecedentes familiares, piel pálida que se quema con facilidad, y un gran número de lunares o pecas pueden aumentar tu riesgo. Los hombres y las personas mayores de 40 años de edad están en un riesgo aún mayor.
- Chagas o tripanosomiasis americana: Es una enfermedad parasitaria que afecta a 10 millones de personas en todo el mundo, ocasionada por un parásito encontrado en las heces de la vichunca (insecto hemíptero que se alimenta de sangre y suele habitar en viviendas precarias, especialmente en las que están construidas con adobe).
Según los expertos, en el 50 % de las personas, los primeros signos visibles son una llaga (donde el parásito ha entrado en el cuerpo), hinchazón de los párpados (si el parásito ha entrado por el ojo), fiebre, fatiga, dolor del cuerpo, dolor de cabeza, inflamación de los ganglios, pérdida de apetito, náuseas y vómitos.
- Hepatitis: es una condición inflamatoria del hígado que afecta a miles de personas en el mundo. Existen diferentes virus hepatotropos que causan varios tipos de esta enfermedad, incluyendo la hepatitis A, B, C, D y E.
La hepatitis A y E son causados por el consumo de alimentos contaminados o beber agua contaminada. La hepatitis B, C y D son contratados a través de transfusiones de sangre contaminada, contacto sexual y durante el parto. También puede ser causada por el consumo excesivo de alcohol y enfermedades autoinmunes.
Algunos síntomas que hay que tener presentes: fatiga, dolores musculares, ictericia, heces pálidas, fiebre baja, vómitos y diarrea.
- Cáncer Cervical: Es el cuarto cáncer más común y con alta incidencia de mortalidad, especialmente en los países en desarrollo.
Este cáncer se produce en las células del cuello uterino, y por lo general no causa síntomas en sus primeras etapas. De no ser detectado a tiempo, puede extenderse a la vejiga, el hígado, los intestinos o los pulmones. En etapas posteriores, uno puede experimentar dolor en la pelvis o sangrado vaginal.