En el análisis documental de los últimos diez años en el país se ha encontrado que la situación de los niños, niñas y adolescentes sin cuidado parental o con algún tipo de abandono es de magnitudes significativas tanto para el Estado, la familia y la sociedad.
De acuerdo con el estudio ‘Perfil de los niños, niñas y adolescentes sin cuidado parental en Colombia’, de Durán, Ernesto y Valoyes (2019), una tercera parte de los niños, niñas y adolescentes viven solo con uno de sus padres, y más de un millón no vive permanentemente con ninguno de los dos, así estén los dos padres vivos.
A su vez, un análisis sobre la orfandad realizado en 2020 por la revista The Lancet revela que en Colombia más de 850.000 niños, niñas y adolescentes son huérfanos por consecuencia de la violencia, y más de 55.000 por causa del coronavirus.
“Entre los signos de alerta que se presentan reconociendo que los niños y niñas atraviesan por algún tipo de abandono en la primera etapa de la vida, así como en la adolescencia, se evidencian dificultades para el aprendizaje y concentración en el colegio; baja autoestima, necesidad de ser aceptados, miedo al rechazo, a veces son víctimas de maltrato por parte de otras personas, predisposición al consumo de sustancias ilegales y alcohol, timidez, rebeldía, inseguridad, desconfianza”, señala Sandra Camacho, decana del Colegio de Psicología de Unicoc.
Según cifras del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF), 63.994 niños, niñas y adolescentes se encuentran hoy bajo protección del Instituto por distintas razones y con un proceso administrativo en curso para restablecer sus derechos.
De ese total, 4.255 ingresaron a la entidad porque fueron abandonados y, en consecuencia, la mayoría de ellos (69 %) fueron declarados en adoptabilidad y apenas 3,5 % se reintegró a su núcleo familiar. Lo cierto es que desde 2014 la estadística de abandonos ha crecido anualmente. El departamento de Antioquia es la zona que acumula la mayoría de los casos, seguido de la ciudad de Bogotá, los departamentos del Valle del Cauca, Cundinamarca y Caldas.
Consecuencias en la edad adulta por la negligencia emocional infantil
Entre las secuelas que se presentan en los niños y adolescentes que durante su infancia tuvieron algún signo de abandono físico y emocional, está el desarrollo de personalidades fragmentadas y deterioradas que se evidencian durante su vida adulta. Estos son algunos de los rasgos que se pueden presentar:
⦁ Dificultad para identificar y comprender las propias emociones o las de los demás.
⦁ Sensación de que algo falta, pero sin estar seguro de qué es.
⦁ Sensación de vacío interior.
⦁ Sentirse fácilmente abrumado o desanimado.
⦁ Baja autoestima.
⦁ Perfeccionismo.
⦁ Pronunciada sensibilidad al rechazo.
⦁ Falta de claridad en cuanto a las expectativas propias y de los demás con respecto a sí mismo.
De acuerdo con lo anterior, la experta brinda una serie de recomendaciones para un adecuado acompañamiento psicosocial a los niños y niñas que han sido abandonados. Según la decana Camacho, durante el proceso se debe considerar tres grandes ejes: resiliencia, concepto de familia y proyecto de vida, los cuales deben contemplar los siguientes objetivos:
⦁ Indagar las necesidades socioemocionales de los niños y niñas que han experimentado el abandono en cualquiera de sus tipos.
⦁ Explorar la importancia del entorno familiar en la vida de los niños y niñas que vivieron en entornos familiares hostiles.
⦁ Trabajar en la resignificación de experiencias traumáticas en la infancia a corto, mediano y largo plazo.
Por último, y no menos importante, es necesario aclarar que el abandono incluye no solo el físico, sino el abandono emocional, médico y educativo y que se establece por causas como la pobreza, embarazos no deseados, drogas y abuso de alcohol. Este delito está estipulado como un tipo de maltrato y según el código penal colombiano puede llegar a tener una pena entre 32 y 108 meses de prisión.