La próstata es una parte del aparato reproductor masculino, el cual está formado por el pene, la próstata, vesículas seminales y los testículos, de acuerdo con los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC, por su siglas en inglés).
Sin embargo, esta se puede inflamar (prostatitis) y puede ser causado por una infección con bacterias.
De hecho, Mayo Clinic, entidad sin ánimo de lucro dedicada a la práctica clínica, la educación y la investigación señaló que por lo general, hay cuatro tipos de prostatitis:
- Prostatitis bacteriana aguda: una infección bacteriana de la próstata que suele estar acompañada de síntomas repentinos y graves.
- Prostatitis bacteriana crónica: una infección bacteriana continua o recurrente que suele estar acompañada de síntomas menos graves.
- Prostatitis crónica o síndrome de dolor pélvico crónico: dolor pélvico continuo o recurrente y síntomas en las vías urinarias sin signos de una infección.
- Prostatitis inflamatoria asintomática: signos de inflamación de la próstata sin síntomas.
Asimismo, entre los factores de riesgo de la inflamación de la próstata (prostatitis) se incluyen los siguientes:
- Ser un adulto joven o de mediana edad.
- Tener prostatitis previa.
- Tener infección del sistema urinario o reproductor.
- Usar un tubo dentro de la uretra para vaciar la vejiga (catéter urinario).
- Haberse obtenido una muestra de tejido de la próstata (biopsia) para un diagnóstico.
Además, Medline Plus, la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos, explicó que los síntomas pueden comenzar rápidamente e incluir:
- Escalofríos.
- Fiebre.
- Enrojecimiento de la piel.
- Sensibilidad en la parte baja del abdomen.
- Dolor de cuerpo.
Dicho lo anterior, el portal Ecología Verde reveló que las hierbas que sirven para desinflamar la próstata son:
- Pao d’arco.
- Cardo o eringio marítimo.
- Harpagofito.
- Té de Java.
- Pigeum.
- Ajo.
- Jengibre.
- Cola de caballo.
- Calabaza.
- Nogal.
- Ortiga mayor, común o verde.
- Uña de gato.
De todos modos, de acuerdo con la web de la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos, las hierbas medicinales (o remedios herbales) son plantas usadas como medicamento y las personas las usan para ayudar a prevenir, curar una enfermedad, para aliviar síntomas, incrementar la energía, relajarse o perder peso. Sin embargo, las hierbas no son reguladas ni probadas como los medicamentos.
Es por ello que muchas personas creen que utilizar plantas para tratar una enfermedad es más seguro que tomar un medicamento, ya que las personas han estado usando plantas en medicina popular durante cientos de años y por ello, es fácil ver el atractivo. No obstante, “natural” no quiere decir seguro a menos que se tomen de la manera indicada, pues algunas hierbas pueden interactuar con otros medicamentos o ser tóxicas en dosis altas. También pueden causar efectos secundarios.
Por tal razón, antes de consumir alguna planta, lo primero que hay que hacer es consultar al médico tratante o a un nutricionista para que sea este quien guíe el proceso e indique qué es lo más adecuado para cada persona, pues las anteriores recomendaciones no son las indicadas para todas las personas, ya que la información antes dada de ninguna manera sustituye la asesoría médica.
Cómo elegir y usar hierbas medicinales de manera segura
- No hay que darle suplementos herbales a los niños ni se deben emplear si se tiene más de 65 años de edad.
- No usar remedios herbales sin hablar primero con un experto de la salud y en especial si se está tomando cualquier medicamento.
- No utilizarlos si se está en embarazo o amamantando.
- No usarlos si se va a tener una cirugía.
Datos que se deben saber acerca de las hierbas medicinales:
- No son reguladas como los medicamentos.
- No necesitan someterse a estrictas pruebas antes de venderse.
- Es posible que no funcionen como se anuncia.
- Las etiquetas no necesitan aprobación. Podrían no mostrar la cantidad correcta de un ingrediente.
- Algunas hierbas medicinales pueden contener ingredientes o contaminantes no mencionados en la etiqueta.