La Organización Panamericana de la Salud (OPS) afirma que la presión arterial alta es “el principal factor de riesgo para sufrir una enfermedad cardiovascular”. Según la entidad, al año, en la región de la Américas mueren 1,6 millones de personas por enfermedades cardiovasculares, de las cuales medio millón es menor de 70 años, “lo cual se considera una muerte prematura y evitable”.

Del mismo modo, señala que esta enfermedad, también conocida como hipertensión, logra a afectar entre el 20 % y el 40 % de la población adulta en la región, lo que en números estima que cerca de 250 millones de personas sufren de hipertensión.

Texas Heart Institute (THI), una organización sin fines de lucro dedicada a brindar el futuro de la salud cardiovascular, explica que el corazón se encarga de bombear sangre mediante una red de arterias, venas y capilares. La sangre que está en movimiento empuja contra las paredes de las arterias y esta fuerza se mide como presión arterial.

“La presión arterial alta es ocasionada por un estrechamiento de unas arterias muy pequeñas denominadas «arteriolas» que regulan el flujo sanguíneo en el organismo. A medida que estas arteriolas se estrechan (o contraen), el corazón tiene que esforzarse más por bombear la sangre a través de un espacio más reducido y la presión dentro de los vasos sanguíneos aumenta”, señala el THI. La presión arterial alta igual o por encima de 140/90 mmHg es hipertensión.

En palabras del Texas Heart Institute, la presión arterial alta puede llegar a afectar la salud de cuatro maneras principales:

  • Endurecimiento de las arterias: la presión en el interior de las arterias puede causar engrosamiento de los músculos que recubren la pared arterial y estrechamiento de las arterias. Si un coágulo de sangre obstruye el flujo sanguíneo al corazón o al cerebro, puede producir un ataque al corazón o un accidente cerebrovascular.
  • Agrandamiento del corazón: la presión arterial alta hace trabajar más al corazón. Al igual que cualquier otro músculo del cuerpo que se someta a exceso de ejercicio, el corazón aumenta de tamaño para realizar el trabajo adicional. Cuanto más grande sea el corazón, más sangre rica en oxígeno necesitará, pero menos podrá mantener una circulación adecuada. A consecuencia de esta situación, la persona afectada se sentirá débil y cansada, y no podrá hacer ejercicio ni realizar actividades físicas. Sin tratamiento, la insuficiencia cardíaca seguirá empeorando.
  • Daño renal: la presión arterial alta prolongada puede lesionar los riñones si el riego sanguíneo de estos órganos se ve afectado.
  • Daño ocular: en los diabéticos, la hipertensión puede generar rupturas en los pequeños capilares de la retina del ojo, ocasionando derrames. Este problema se denomina retinopatía y puede causar ceguera.

Por su parte, la OPS afirma que la hipertensión es prevenible o puede ser pospuesta a través de un grupo de intervenciones preventivas, “entre las que se destacan la disminución del consumo de sal, una dieta rica en frutas y verduras, el ejercicio físico y el mantenimiento de un peso corporal saludable”.

En ese sentido, hay una serie de frutas que contribuyen a la disminución de los niveles de la hipertensión, descritos por el portal de salud y bienestar Hola Doctor.

En primer lugar, menciona los arándanos. Una porción de esta variedad de frutos rojos a la semana puede ayudar a disminuir los niveles de hipertensión en la sangre, gracias a las antocianinas que contiene.

La ingesta de uva, que también pertenece al grupo de los frutos rojos, provee de potasio al organismo, actuando en la reducción de la presión arterial y el mejoramiento de la salud de los vasos sanguíneos.

La cereza y la ciruela también son recomendadas por el portal, pues mientras que la primera tiene bondades cardioprotectoras en el organismo, reduce los niveles de hipertensión, favorece la circulación sanguínea y la elasticidad de los vasos sanguíneos, la segunda es vasodilatadora y ayuda a prevenir problemas cardiovasculares.

Kiwi, banano, melón, manzana, limón, uva, sandía, guayaba, naranja, pera, toronja y agua de coco son otras frutas que les hacen bien a los pacientes que han sido diagnosticados con presión arterial alta.