La actriz Lorena Meritano aprendió a encontrar en el cáncer a un maestro y no a un verdugo. Pero no fue una tarea sencilla: diagnosticada con cáncer de mama en 2014, tuvieron que pasar varios años, muchas lágrimas y algunas cicatrices para sanarse. Del cuerpo y también del alma.

Mucho antes de que la salud la pusiera a prueba, la argentina estaba convencida de que los mayores retos de su vida habían consistido en dejar la casa de sus padres con apenas 15 años para abrirse un camino en el competido y no siempre amable campo del modelaje y de la actuación. Con los años logró consolidar una carrera, en la que se destacó en producciones como Pasión de gavilanes.

Actriz argentina. | Foto: Instagram: @lorenameritanooficial

La actriz nació en la provincia de Entre Ríos y en los años noventa comenzó su carrera en las telenovelas gracias a Prisionera de amor, una producción de Televisa. En los buenos tiempos, actuó también en México en telenovelas de TV Azteca como Tric-Trac y Rivales por accidente, pero sus títulos más famosos los desarrolló en Colombia: EcoModa –la secuela de Yo soy Betty, la fea–, Amas de casa desesperadas y la adaptación colombiana de Mujeres asesinas.

Ignoraba en ese momento que el más grande papel de su vida le llegaría –y sin hacer casting– con el cáncer y, tras él, cinco años de lucha, diez cirugías y unas 16 quimioterapias. “Es una enfermedad que te pone a prueba en todo sentido. Que por momentos saca lo peor, pero también lo mejor de vos”, asegura la actriz en una fecha clave: el 19 de octubre, cuando el mundo pone sus ojos en esta enfermedad y conmemora el Día de la Lucha contra el Cáncer de Mama.

La historia de Lorena comenzó en 2014 cuando le detectaron una masa, por fortuna en una fase temprana. “En ese año me hice un chequeo general. Lo hacía todos los años de manera preventiva. Estaba en un avanzado tratamiento in vitro con mi expareja (el actor venezolano Ernesto Calzadilla). Pero, un mes más tarde, cuando regresamos a Bogotá, descubrí una bolita durante un autoexamen, palpándome los senos, y actué rápido”.

Primero, le extirparon dos tumores. “A los 15 días tuvieron que extirparme toda la mama y los ganglios, una mastectomía radical. Después comencé mi tratamiento de quimioterapias; 16 en total. Luego me hicieron el examen para BRCA 1 y 2 y me dio positivo. Eso quiere decir que tengo una mutación genética (que aumenta el riesgo de desarrollar cáncer de mama y de ovario)”.

Al año siguiente, le contó al mundo que había superado esa dura prueba de salud. Sin embargo, la enfermedad se complicó porque los tumores no dejaron de aparecer y, en 2016, la artista decidió extirparse el seno izquierdo, los ovarios y las trompas para evitar una metástasis.

La historia de Lorena comenzó en 2014 cuando le detectaron una masa, por fortuna en una fase temprana. @LorenaMeritano

“Elegí no ser víctima”

Confiesa sin dudar que fue el año más difícil de su vida. Tiempos de angustia y mucho dolor. “Fue como un momento en el que todo se me acabó. No tenía ahorros, no tenía pareja, no tenía senos, no tenía cabello, no tenía salud y en un momento, incluso, no quería vivir tampoco”, dice.

Así, de ser la villana sexi pelirroja en Pasión de gavilanes, “pasaron a verme calva, sin senos, sin cejas, sin pestañas, sufriendo”.

Tiempos también en los que muchos de los que creía sus amigos se alejaron. “Pero no soy de las que se queda con lo que no hay, sino con lo que tengo. No soy una persona de resentimientos”, asegura Meritano.

Hubo, claro, reconoce hoy, momentos en los que se victimizó y no escapó a la sensación del temor a que el cáncer reapareciera. “Eso es complejo. Cuando llegan los controles y los chequeos, el miedo está allí. Pero yo aprendí a darle la vuelta eso, lo convertí en un propósito, en una invitación para que otras mujeres presten más atención a su salud y a su cuerpo. Que incorporen el autoexamen como parte de sus rutinas. Elegí no ser víctima, sino inspiración”, sostiene.

Lorena cuenta que lo más difícil fue aprender a encontrar la fuerza interior necesaria para sobreponerse y escribir los nuevos capítulos de su vida. Esa reconstrucción comenzó en 2017.

La actriz, en su personaje de 'Pasión de Gavilanes'. Foto: Lorenameritano.com.

Una tarea compleja y de altibajos, como cuando se asomaba al espejo, veía las cicatrices de sus senos y toda la película del cáncer pasaba en frente suyo, escena por escena. “Al comienzo, eso me lastimaba mucho, por eso me puse las prótesis. Cada cual busca el camino que le permita sanarse espiritualmente y sentirse mejor consigo misma”, relata la actriz.

Meritano abrazó el reiki, una técnica japonesa para sanar a través de la energía. Lo hizo durante las quimioterapias. “Comencé también una dieta alcalina. Después de las quimioterapias también recurrí a la medicina biológica, porque los efectos secundarios de la quimio ocurren después. Perdí la concentración, la memoria; los calambres y los dolores de articulaciones eran durísimos. La homeopatía me sirvió bastante también en cierto momento de depresión y, por supuesto, un acompañamiento psicológico constante. Empecé a meditar. Sigo en una búsqueda de herramientas para sanar”.

Lorena Meritano es una convencida de que todo ayuda, todo suma: “La tranquilidad, el tener relaciones amorosas, el poner límites, el saber perdonar. Todo es un proceso y es de un día a la vez".

Lorena Meritano es una convencida de que todo ayuda, todo suma: “La tranquilidad, el tener relaciones amorosas, el poner límites, el saber perdonar. Todo es un proceso y es de un día a la vez. Ser paciente de cáncer te exige paciencia, no tomarte las cosas de manera personal, especialmente los comentarios en las redes sociales de esa gente imprudente y hasta desalmada, que no tiene empatía ni corazón. Otra cosa importante es tratar de cortar todo vínculo con personas que no ayudan, que no son amorosas y que no son respetuosas”.

Hoy, con una autoestima completamente restaurada, está segura de que “las mujeres somos mucho más que un par de tetas y un par de ovarios”. Porque en su caso, donde antes había solo cicatrices por cuenta de la mastectomía que debió practicarse, hay un par de tatuajes de mariposas que representan la libertad y las imparables ganar de vivir que siente ahora. “No miro para atrás. Mirar atrás es conectarte con la angustia y con lo que ya pasó y no se puede cambiar. Entonces, realmente es una pérdida de tiempo. Vivo el aquí y el ahora conectada”.

Importancia del autoexamen

  • El autoexamen es el primer paso para detectar el cáncer de mama y puede hacer la diferencia en una enfermedad catalogada como el cáncer más mortal en mujeres y que cada año cobra la vida de unas 2.200 colombianas.
  • Al practicarse el autoexamen, deben estar atentas a cambios en los senos o las axilas. Estos pueden estar relacionados con la textura de la piel, masas o transformaciones anormales en los pezones.
  • Dicha práctica debe hacerse desde que las mujeres tienen 20 años y en unos momentos específicos del mes. En aquellas con menstruación regular o irregular, lo ideal es hacérselo una semana después de empezada la menstruación.
  • En mujeres con menopausia, basta con efectuarlo el mismo día de cada mes.
  • Quienes tienen antecedentes familiares de cáncer de mama son las primeras llamadas a comenzar chequeos periódicos.