Hace pocos meses, los televidentes de Caracol Noticias se vieron gratamente sorprendidos con la aparición en pantalla de la periodista barranquillera Camila Jiménez, la primera mujer transgénero en formar parte de este equipo de noticias.
Si bien no ha sido la única comunicadora de esta comunidad que consigue visibilidad en un medio nacional, para Camila se trata de un hecho que envía un mensaje poderoso, pues quiere decir que “las mujeres transgénero nos estamos abriendo espacios a pulso”.
De 30 años, Camila estudió Comunicación Social y Periodismo en la Universidad del Norte en su natal Barranquilla y su lugar en el noticiero se lo ganó gracias a que su tenacidad le permitió construir una sólida hoja de vida académica: es especialista en pedagogía e investigación de la Universidad de La Sabana y tiene una maestría en Ciencias Sociales de la Universidad Autónoma de Zacatecas en México.
Arribar al mundo de la televisión no ha sido fácil para ella. La periodista sentía temor de cómo la tratarían sus futuros colegas y el equipo técnico, pues, al estar dominado por hombres en su mayoría, pensaba que seguro tendría varias de esas prácticas machistas que con el tiempo se han normalizado en la cultura nacional. También temía la reacción de los televidentes en redes sociales. Pero, con el pasar de los días, la audiencia no solo ha respondido de manera positiva, sino que sus propios compañeros “me han hecho sentir que, como cualquier otra persona, tengo derecho a informar al país”, asegura.
Otra costeña ya había conseguido un logro parecido, pero en el Canal RCN. Se trata de Linda Yepes, quien trabajó como corresponsal en Barranquilla del programa Buen día Colombia y en dos oportunidades fue reina del Carnaval. “Esta mujer ha dado unas luchas impresionantes, con la sociedad, contra el medio, contra el qué dirán”, fue como la presentaron en este espacio en su momento.
Como consecuencia de la discriminación de la que fue víctima, Linda creyó “que ya no había opciones para este sueño de estar en una cadena nacional, me detuve y seguí adelante con mi emprendimiento”, pues además es administradora de empresas y tiene su propia peluquería. Pero entonces, tras varias pruebas, logró incorporarse primero al equipo del canal regional Telecaribe y luego al Canal RCN, donde trabajó hasta hace poco.
“Ser la primera presentadora trans en un noticiero me llenó de orgullo y de satisfacción, porque era algo que venía buscando hace mucho tiempo”, confiesa Linda.
Caminos parecidos, tropezando con puertas que se cierran debido a su orientación de género, también los han vivido otras mujeres transgénero como la modelo Mara Cifuentes y la actriz Endry Cardeño, que hace unos años conquistó la televisión nacional con su personaje de la tía Laisa en la comedia Los Reyes, de RCN.
En ese momento, año 2005, al tratarse del hecho inédito de una actriz abiertamente transgénero que tenía un papel en horario estelar, su participación en la novela fue considerada como una de las más grandes conquistas en la televisión colombiana.
Desde entonces, su talento la llevaría a otras producciones como Chepe fortuna, Enfermeras y El día de la suerte. Y a sus 46 años aún sigue vigente. Hace poco la vimos en una reciente edición del programa de cocina MasterChef Celebrity, en el que se ubicó como uno de los diez mejores aprendices por sus destacadas preparaciones.
“Me alegra ser un referente de la comunidad LGBTI. Ya tengo un legado bastante importante y de eso me siento de verdad orgullosa. Y que las nuevas generaciones puedan decir, si ella pudo, yo también puedo”, asegura la actriz.
La modelo e influenciadora Mara Cifuentes también dio de qué hablar cuando le confesó al país, en televisión nacional y en horario estelar, durante su participación en el reality La agencia, del Canal Caracol, que antes de Mara había sido Kevin Cifuentes: que era una mujer transgénero.
“Decidí ser sincera. Decirles a todos soy una persona trans, soy una mujer y no me arrepiento”, cuenta ahora.
En su transición de niño a mujer completa más de 13 años y ha pasado por tratamientos hormonales, depresiones y hasta intentos de suicidio.
En su caso, aparecer en televisión, si bien fue recibido con beneplácito por muchos que consideran que el país debe avanzar hacia la diversidad, en otros despertó un morbo incontrolable y una necesidad de escarbar en su pasado, lo que afectó severamente a la modelo paisa. Con el tiempo fue creciendo la presión para que confesara hasta dónde había llegado su transformación. Y aunque en un comienzo aseguró que se había practicado un cambio de sexo, luego se retractó. En la actualidad se considera pansexual y sostiene una relación poliamorosa, con la que dice sentirse tranquila.
Más allá del desmedido interés que su historia despertó, la modelo considera que su exposición en medios tuvo un “costo muy alto”, pero contribuyó para que la televisión se hiciera más diversa.
Así lo cree también Isabella Santiago, una venezolana que protagonizó en RCN la telenovela Lala’s Spa. Muchos también la recordaban por su actuación en Nadie me quita lo bailao. Hace poco volvió a ser noticia en el mundo del entretenimiento con su paso por el reality MasterChef Celebrity.
En el cine colombiano también se han conocido algunos ejemplos de inclusión de mujeres transgénero. Uno de ellos es el de Juana Jiménez, actriz y directora de Cali, quien ha conseguido abrirse camino en la industria del séptimo arte europeo. En 2020 con su filme Harmonie: la reina de la noche se quedó con los premios a mejor película en el International New York Film Festival y mejor edición de cine en el Barcelona Planet Film Festival.
Sin ir tan lejos, hace cinco años a las pantallas de cine llegó la historia de María Luisa Fuentes, que se hizo visible por su papel protagónico en el documental Señorita María, la falda de la montaña, dirigido por Rubén Mendoza.
En él se narra cómo una mujer de campo logra romper estereotipos. “Hay veces que me pongo pantalón por necesidad, pero yo lo odio. Mi vestuario es una alegría para mí”, dice María.
Tímido, pero significativo avance
Entonces, en un país donde la intolerancia ha matado en el último año a 46 mujeres transgénero y donde se suman cerca de 250 denuncias de violencias de todo tipo con ellas, que estas mujeres hayan llegado a la televisión nacional es celebrado por organizaciones que trabajan contra justamente la transfobia.
Es que en Colombia ha existido por décadas una discriminación y vulneración de derechos hacia esta población. La consecuencia es una posición de desventaja social y económica, pues las confinan en lugares de alta criminalización, segregación, marginación y pobreza. Con este panorama, que cada vez haya más hombres y mujeres trans que asuman su identidad de manera libre y pública contribuye a dar un mensaje de respeto y aceptación.
El estudio Línea Base PPLGBT mostró que la población trans en Bogotá, por ejemplo, tiene escaso nivel educativo: solo el 7,89 por ciento accede a la universidad, y el bachillerato solo lo completa un 57,89 por ciento.Esa falta de educación y que el empleo informal sea para muchas el camino provoca que decenas terminen en ámbitos laborales precarios y altamente criminalizados, como la prostitución.
Otras han superado los tabúes y torcer el destino para demostrar que, aunque lentamente, Colombia camina hacia la diversidad.