Todos los seres humanos son seres sociales, por ende necesitan relacionarse con otros para poder compartir, hablar y ver desde otra perspectiva sus problemas. Algunos son más amigables que otros o tienen una capacidad superior para relacionarse, sin embargo, todos necesitan de un círculo social y de un conjunto de relaciones para poder tener una mejor calidad de vida.
Estas relaciones aportan cosas positivas a la vida del otro, sin embargo, pueden convertirse en relaciones tóxicas cuando se sobrepasan límites o no se dan en términos sanos y claros.
El portal de salud, belleza y cuidado personal Healthline menciona unas señales de alarma que se deben tener en cuenta para determinar si una relación de amistad se está convirtiendo en una relación tóxica.
- Humillaciones: una persona que de verdad quiere a otra no tendría motivos para hacerla sentir mal incluso cuando no se compartan algunas ideas o creencias. Cuando una persona hace sentir mal a la otra de manera constante, por medio de indirectas o comentarios directos hay que estar alerta porque lo más probable es que se trata de una relación que no es sana.
- Traiciona la confianza: de manera poco frecuente se puede caer en una incidencia, pero un amigo tóxico es una persona que no sabe guardar un secreto y que está divulgando las cosas que le comparte el otro de manera descontrolada, afectando su integridad y su derecho a la privacidad.
- Ofrece disculpas de manera hipócrita: cuando se les reclama a estas personas por faltar a la confianza que se les brindó, por lo general estas dan respuestas poco coherentes e incluso muestran poco interés y arrepentimiento ante lo ocurrido.
- Se irrita y se hace el molesto con frecuencia: hay personas que evaden sus responsabilidades frente a un hecho intentando molestarse o haciéndose los dignos, como si el otro fuese quien hubiese faltado a la amistad. Es pertinente mencionar que en todas las relaciones puede haber diferentes, pero una persona que constantemente arma peleas, realiza comentarios hirientes o despectivos son individuos altamente tóxicos.
- Hace sentir incómoda a la otra persona: un individuo aporta satisfacción y bienestar a la otra, pero cuando los encuentros con determinadas personas generan molestia, enojo e inquietud, debido a sus actitudes; habría que validar si se trata de un vínculo sano o tóxico.
- No está en los momentos importantes: hay personas que no suelen estar nunca, es decir, ni en los momentos malos, ni buenos y está bien que esto suceda de manera ocasional, pero por lo general una amistad desinteresada buscar estar de alguna manera en los momentos importantes para el otro.
- Impone su parecer: dentro de una amistad sana y equilibrada se entiende que la otra persona no tiene por qué pensar de la misma manera que el otro y esto no tendría que ser un motivo de discordia o enojos.
- Excluye de ciertos planes al otro: cuando una persona no quiere a la otra en su vida se nota con sus actitudes y entre ellas se destacan que no responde los mensajes o de a al otro fuera de planes que solían compartir entre ellos o con otros amigos en común.
- No brinda apoyo ni se alegra por los triunfos del otro: una verdadera amistad es empática y demuestra interés y preocupación por el otro de manera frecuente, sin importar el momento que se esté atravesando.
- La otra persona tiene que hacer un esfuerzo para hacer parte de su vida: cuando para integrarse en un vínculo o una relación hay que hacer un esfuerzo quiere decir que algo no anda del todo bien, por lo que es importante validarlo con la otra persona y ser sincero consigo mismo.