En un informe, la Organización Mundial de la Salud (OMS) asegura que por lo menos cada año se registran 3 millones de muertes alrededor del mundo por el consumo excesivo de alcohol, un depresor que, de acuerdo con el Instituto Nacional del Cáncer (NCI) es un componente “que hace más lenta la actividad del cerebro, lo que provoca que los músculos se relajen, y que la persona se calme y alivie”.

Por su parte, la Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos (MedlinePlus) dice que afecta el sistema nervioso, “es decir, es una droga que hace más lenta la actividad cerebral”, por lo que uno de sus efectos es el cambio en el estado de ánimo y en el comportamiento, impactando negativamente las capacidades cognitivas como el pensamiento y la memoria.

Y aunque sugiere evitar su consumo, quienes no lo hacen deberían tener una ingesta moderada, corriendo el riesgo de cáncer y enfermedades cardíacas. No obstante, la enciclopedia médica es contundente en asegurar que menores de 21 años, mujeres en estado de embarazo o quienes consumen medicamentos deberían restringir su consumo.

Enfermedades por el consumo excesivo de alcohol

Aunque en la práctica el consumo de alcohol se puede ver inofensivo, ciertamente la Clínica Mayo lo describe –en algunos casos– como un trastorno en el cual una persona se siente incapaz o se le dificulta controlar la ingesta de este tipo de bebidas, que en otras palabras se le conoce como alcoholismo.

Los síntomas que más se destacan en este hábito malsano son los antojos y las ansias de estar consumiendo en cada momento. En la lista también se encuentra reemplazar actividades laborales y/o sociales, por beber, desarrollando así una tolerancia al alcohol, que incrementa cada vez más.

El consumo excesivo de alcohol puede causar muchos daños. | Foto: Getty

Por esto, los factores de riesgo –para las personas que beben alcohol– son notables para la Clínica Mayo, como la depresión o problemas mentales, antecedentes familiares, entre otros. Entretanto, los siguientes problemas son las consecuencias o complicaciones de consumir demasiado alcohol:

Gastritis

MedlinePlus explica que se debe a la inflamación de la membrana que reviste el estómago. Los principales síntomas pueden ser náuseas y vómitos, ya que en algunos otros casos más graves se presenta sangrado y hasta heces negras.

Por ejemplo, la revista Mejor con Salud, en una de sus publicaciones escritas por Yamila Papa, corrobora esto, señalando que el consumo excesivo de alcohol, de comidas picantes o condimentadas, entre otras, provoca gastritis.

Nadie está exento de sufrir acidez estomacal. | Foto: Getty Images

Por tanto, la Clínica Mayo, también asegura que inhibe la absorción de vitamina B que tiene muchas funciones, entre ellas participar en la producción de glóbulos rojos.

Enfermedad hepática

El consumo excesivo de alcohol provoca una inflamación en el hígado, que de acuerdo con el centro médico estadounidense ocasiona pérdida del apetito, fatiga, debilidad, y con el paso del tiempo cirrosis, que según el National Institute of Diabetes and Digestive and Kidney Diseases, el hígado, al estar cicatrizado, no funciona correctamente, empeorando su condición, por lo que describe la fatiga y la comezón como los principales síntomas que experimentan las personas que padecen esta enfermedad, que se considera crónica.

El cuerpo envía señales cuando el hígado no está bien. | Foto: Getty Images

Hipoglucemia

Es una afección en la cual los niveles de glucosa de la sangre son bajos, por lo que ocasiona debilidad. En muchos casos es causada por el consumo de alcohol: “Esto es peligroso si tienes diabetes y te inyectas insulina o tomas algún otro medicamento para la diabetes para reducir el nivel de glucosa en la sangre”, añade.

Finalmente, no se deben minimizar otras consecuencias por el consumo de alcohol como probables accidentes automovilísticos, implicaciones en relaciones sexuales riesgosas o forzadas, como abusos o violaciones.