El pan de cada día en algunas de las grandes ciudades es el tráfico. En los conductores, esta situación puede ser desde estresante hasta normalizada, tanto así que se ha vuelto costumbre pasar más de una hora en un embotellamiento para llegar a casa o a un sitio en concreto. Sin embargo, un informe reveló que los trancones generan efectos nocivos en la salud.

Al haber tantos automóviles conglomerados en un mismo espacio, la contaminación del aire se ve deteriorara consecuentemente. Eso genera que los conductores y pasajeros estén propensos a ingerir esa contaminación cada día, lo cual termina siendo un detonante para enfermedades pulmonares y otras complicaciones.

Los expertos de Harvard -autores del informe El fuerte ruido del tráfico puede aumentar la presión arterial- revelaron que está comprobado que los trancones pueden provocar a largo plazo crisis de asma, agudización de la enfermedad pulmonar, obstructiva crónica, entre otras. De igual modo, la contaminación auditiva también es otro punto importante frente al deterioro de la salud, debido a que en el tráfico los ruidos tienden a superar los 75 decibeles, una cifra negativa.

El ruido de los trancones afecta los oídos. | Foto: Getty Images

Los efectos del ruido terminan ocasionando alteraciones a nivel psicológico, conducta y, en el peor de los casos, generará trastornos que tarde que temprano se visibilizarán en las personas, conllevando a afectar la rutina.

A partir de todos los factores negativos del tráfico, los investigadores señalaron que el principal daño de la contaminación es el cambio den la actividad eléctrica cardíaca, lo cual reduce el oxígeno disponible y aumentando el estrés cardíaco. Del mismo modo, el funcionamiento cognitivo también será perjudicado porque las emociones de los usuarios serán llevados a puntos en los que rebasen sus casillas.

Como se mencionó anteriormente, los ruidos son otro detonante. Los autores indican que estar expuesto constantemente a los decibeles excesivos implica la pérdida paulatina de audición. En adición, comprobaron que genera fatiga auditiva, dolores de cabeza, irritabilidad y aumento indebido de adrenalina; esto último también con influencia en la salud cardíaca.

El tráfico genera que las personas se vuelvan más enojadas e irritantes. | Foto: Jamie Grill Photography

Uno de los órganos mayormente perjudicados son los ojos. El informe señala que el contacto de la retina con los desechos del aire generados por los carros es un factor de riesgo para experimentar irritación ocular y fatiga visual. El aumento de adrenalina también genera que las pupilas se dilaten a tal punto de alterar el enfoque visual.

La nariz también es una zona altamente perjudicada por el tráfico, debido a que al igual que los ojos, la exposición a contenido nocivo genera que los residuos queden en las fosas y la aparición de alergias sea más fuerte. El resultado es tener constantemente rinitis, secreciones mucosas, dificultad para respirar y comezón.

La inhalación de estas sustancias también permite que lleguen al sistema respiratorio, lo cual afectará a la laringe, tráquea y bronquios. Entre las complicaciones, se destacan disfonía, tos, aumento de secreción bronquial y congestión respiratoria. En ese orden de ideas, los pacientes asmáticos son más perjudicados por el tráfico.

La parte muscular también se ve afectada por la quietud en la postura. | Foto: Getty Images

Con respecto a la postura, estar sentado tanto tiempo por el trancón genera que la tensión muscular del cuello y espalda se vea afectada, implicando que aparezcan dolores en aquellas zonas, siendo más visibles a cambiar la postura. De igual forma, la parte lumbar será afectada porque la postura fija hace que los músculos de la espalda dorsal presenten contracciones, espasmos y dolores severos.

Por la postura estática durante mucho tiempo, en cierto punto las rodillas, caderas y tobillos se verán afectados, debido a que permanecen mucho tiempo fijas y las retracciones manifestarán dolor al poco rato, sumado a complicaciones inflamatoria y retención de líquidos.

La quietud también genera reducción en el retorno sanguíneo, permitiendo la formación de coágulos en las venas. Esta prolongación temporal también genera que la vejiga acumule orina sin poder eliminarla, por lo que puede transformarse en incontinencia o complicaciones urinarias.

Finalmente, la última consecuencia de los trancones es el deterioro del corazón, debido a que el aumento hormonal por la adrenalina genera que el sistema cardiovascular aumente la frecuencia y tensión arterial. De esa forma, las personas con altos índices de irritabilidad y estrés se verán afectadas en mayor medida.