A pesar de que la humanidad logró desarrollar en tiempo récord la vacuna contra el coronavirus, y que en la mayoría del mundo los programas de vacunación van avanzando, aún hay personas reacias a dejarse inmunizar.

Las redes sociales han sido fuentes y escenarios de desinformación que han llevado a los más crédulos a afirmar que las vacunas se usarán para controlar mentalmente a las personas, o incluso para diezmar a la población.

Si bien la mayoría de gobiernos y naciones del mundo han implementado programas de vacunación que son voluntarios (a nadie se le obliga a vacunarse) los expertos consideran que los individuos que no se vacunen son un riesgo para la sociedad.

“Las personas no vacunadas son posibles fábricas de variantes”, dijo a CNN el viernes el doctor William Schaffner, profesor de la División de Enfermedades Infecciosas del Centro Médico de la Universidad de Vanderbilt.

“Cuantas más personas no vacunadas haya, más oportunidades tendrá el virus de multiplicarse. Cuando lo hace, muta y podría desencadenar una mutación variante que es aún más grave en el futuro”, agregó el médico experto.

Uno de los ejemplos más claros de la peligrosidad de las mutaciones del coronavirus son las variantes que se han encontrado desde meses atrás, sobre todo la Delta (de origen indio) pues es más contagiosa y resistente que las demás.

“A medida que surgen mutaciones en los virus, las que persisten son las que facilitan la propagación del virus en la población”, dijo a CNN Andrew Pekosz, microbiólogo e inmunólogo de la Escuela de Salud Pública Johns Hopkins Bloomberg.

“Cada vez que los virus cambian, eso le da al virus una plataforma diferente para agregar más mutaciones. Ahora tenemos virus que se propagan de manera más eficiente”, añadió.

Es verdad que todos los virus son propensos a mutar y evolucionar, pero si este no es capaz de seguir reproduciéndose y propagándose, no va a poder mutar ni adquirir nuevas características.

Es por lo anterior que la Organización Mundial de la Salud (OMS), expertos y gobiernos de todo el mundo han hecho campañas que invitan a la gente a vacunarse, pues así se puede frenar la propagación de la covid-19.

“Cuanto más permitimos que el virus se propague, más oportunidades tiene el virus de cambiar”, advirtió la Organización Mundial de la Salud el mes pasado.

Hay que mencionar que existe una dificultad en algunos países (sobre todo los de menos recursos) para acceder a las vacunas contra el coronavirus, pero lo que sorprende es que en países del primer mundo, como Estados Unidos, donde hay una sobreoferta del inmunizante, hay personas que no desean aplicarse la vacuna.

“Actualmente, unos 1.000 condados en Estados Unidos tienen una cobertura de vacunación de menos del 30 %. Estas comunidades, principalmente en el sureste y el medio oeste, son las más vulnerables. En algunas de estas áreas, ya estamos viendo tasas crecientes de enfermedad”, dijo el jueves la directora de los CDC, la doctora Rochelle Walensky, en una sesión informativa en la Casa Blanca.

“Cada vez que vemos el virus circulando en la población, particularmente en una población que tiene focos de personas inmunes, personas vacunadas y focos de personas no vacunadas, tenemos una situación en la que el virus puede explorar”, dijo Pekosz.

Ahora bien, es de mencionar que ninguna vacuna contra el coronavirus impide en 100 % que una persona se pueda contagiar, sino que hace que la infección sea leve o sintomática, impidiendo así que las personas fallezcan por el virus.

De acuerdo con expertos, una persona vacunada, si bien puede aún contagiarse del virus, este, en el caso de que se propague, no lo hará de la misma manera y con la misma facilidad que alguien que no está inmunizado.

Si un virus intenta infectar a alguien con inmunidad, puede fallar o puede tener éxito y causar una infección leve o asintomática. En ese caso, se replicará en respuesta a la presión de un sistema inmunológico preparado.