La diabetes es una enfermedad con la que los niveles de azúcar en la sangre se elevan, de acuerdo con el Ministerio de Salud y Protección Social de Colombia.
Asimismo, la Organización Mundial de la Salud (OMS) mundial reveló que existen varios tipos de diabetes: la diabetes sacarina de tipo 2 que se debe a que el organismo no utiliza eficazmente la insulina que produce, y la diabetes sacarina de tipo 1 que se caracteriza por una producción deficiente de insulina y requiere la administración diaria de esta hormona.
Dicho lo anterior, de acuerdo con Mayo Clinic, entidad sin ánimo de lucro dedicada a la práctica clínica, la educación y la investigación, algunos de los signos y síntomas de la diabetes tipo 1 y tipo 2 son:
- Aumento de la sed.
- Micción frecuente.
- Hambre extrema.
- Pérdida de peso sin causa aparente.
- Presencia de cetonas en la orina (las cetonas son un subproducto de la descomposición de músculo y grasa que ocurre cuando no hay suficiente insulina disponible).
- Fatiga.
- Irritabilidad.
- Visión borrosa.
- Llagas que tardan en cicatrizar.
- Infecciones frecuentes, como infecciones en las encías o en la piel, e infecciones vaginales.
Con respecto a lo anterior, es válido señalar que las personas que padecen esta enfermedad deben seguir una dieta clara y establecida por un especialista en el tema, porque, de no seguir los lineamientos médicos, las consecuencias pueden llegar a ser mortales.
En este sentido, el portal La Vida Lucida hace hincapié en dos alimentos, en particular, que por nada del mundo pueden consumir todos aquellos individuos que sufren de diabetes; estos son los postres y las bebidas gaseosas, dado que, además de no tener componentes nutritivos, hacen que el nivel de azúcar en la sangre tenga un aumento descontrolado que puede llegar a ser fatal.
¿Qué hábitos influyen en el desarrollo de diabetes de tipo 2?
Hay una serie de condiciones que al juntarse pueden propiciar el desarrollo de la diabetes tipo 2 y por ello son consideradas factores de riesgo por los especialistas. La primera de ellas es la mala alimentación.
La Organización Mundial de la Salud indica que una dieta balanceada es vital para reducir las probabilidades de padecer de diabetes. En ese sentido, una alimentación que se caracterice por la ingesta excesiva de productos con cantidades elevadas de azúcar puede representar un riesgo para la salud de las personas.
Al listado de hábitos que pueden aumentar el peligro de padecer de esta enfermedad crónica se encuentra el sedentarismo. Se ha dicho que la actividad física regular y moderada puede ser beneficiosa tanto para el estado emocional como físico. Entre las ventajas del ejercicio se resalta que implica la activación de varias partes del cuerpo y estimula el trabajo del sistema circulatorio.
Esta práctica también es importante para que el cuerpo gaste toda la energía que se produce en el organismo a partir de los nutrientes que se consumen y que, de lo contrario, se pueden acumular. Como explican desde los Centros para el Control y la Prevención de las Enfermedades, el ejercicio puede contribuir a regular la cantidad de glucosa en el torrente sanguíneo, mitigando su efecto en los pacientes de diabetes, pero que también puede ser beneficioso para las personas prediabéticas o que tengan riesgo de padecer de esta condición.
Si bien ejercitarse es importante, también lo es descansar correctamente. Un cuarto factor que puede desmejorar la calidad de vida y al tiempo conducir a la aparición de diferentes enfermedades es el mal descanso. La referida entidad subraya en otro artículo que dormir mal puede ser un aspecto desencadenante de la diabetes en el futuro, sobre todo porque no respetar los horarios del sueño también suele cambiar los tiempos de las comidas.