El insomnio es un trastorno frecuente del sueño. Se presenta cuando una persona tiene dificultades para conciliar el sueño, para mantenerse dormido o para dormir bien, incluso cuando se tiene el tiempo y el entorno correcto para descansar bien.

Según el National Heart, Lung and Blood Institute cuando esta afección se presenta por corto tiempo puede ser causada por estrés o por cambios en sus horarios o en su entorno. Puede durar unos días o semanas. Sin embargo, hay ocasiones en las que se vuelve crónica y ocurre tres o más noches por semana, dura más de tres meses.

Cuántas horas de sueño son suficientes es algo que varía según la persona, pero la mayoría de los adultos necesitan entre siete y ocho horas por noche, precisa el instituto de investigación Mayo Clinic.

La diabetes es una enfermedad generada por altos niveles de azúcar en la sangre. | Foto: Getty Images

Síntomas

Las señales de que se padece de insomnio pueden incluir lo siguiente:

  • Dificultad para conciliar el sueño a la noche
  • Despertarse durante la noche
  • Despertarse muy temprano
  • No sentirse bien descansado después del sueño nocturno
  • Cansancio o somnolencia diurnos
  • Irritabilidad, depresión o ansiedad
  • Aumento de los errores o los accidentes
  • Preocupaciones constantes respecto del sueño
El insomnio puede aumentar el riesgo de sufrir de glucosa elevada. | Foto: Getty Images

Relación entre insomnio y diabetes

Los expertos aseguran que el insomnio puede afectar la memoria y la concentración. Además, cuando este padecimiento se presenta de manera crónica es posible que aumente el riesgo de tener presión arterial alta, cardiopatía isquémica, diabetes y cáncer.

Precisamente, una de las afecciones que puede generarse por la falta de un buen sueño es el desarrollo de diabetes tipo dos. Una investigación efectuada por la Universidad de Harvard concluye que las personas no durmen bien y son más activas en la noche tienen más riesgo de desarrollar esta afección crónica y también son más propensas a fumar o hacer menos ejercicio, lo cual también incide de manera negativa para el desarrollo de esta enfermedad.

Por otro lado, un análisis dado a conocer en Diabetes Care, encontró también un aumento significativo en el riesgo de diabetes tipo 2 en personas con insomnio. Los participantes que no tenían quejas de sus hábitos de sueño o que podían dormir más de seis horas por la noche tenían una probabilidad tres veces menor de contraer la enfermedad.

Frente a este tema, el Instituto Europeo del Sueño indica que quienes duermen menos de seis horas corren el riesgo de enfrentar este padecimiento crónico. Esto se debería a que dormir poco reduce la curva de tolerancia a la glucosa. Otra situación es que cuando las personas sufren de diabetes se exponen a una serie de condiciones que no permiten conciliar un sueño reparador.

La diabetes puede incrementarse como consecuencia de no dormir bien. | Foto: Getty Images

La mencionada fuente indica que el sueño saludable permite que el organismo estabilice sus funciones químicas y fisiológicas. “Cuando el páncreas no produce insulina suficiente o el organismo no utiliza bien la que produce se genera un aumento de la azúcar en la sangre y, por tanto, la probabilidad de generar diabetes”, precisa.

Un paciente que no duerme adecuadamente y no ha sido diagnosticado con diabetes experimenta una elevación en sus niveles de cortisol así como de sustancias que aumentan la resistencia a la insulina. Puede que comience a desarrollar la enfermedad y no sienta ningún síntoma aun. Los expertos aseguran que el insomnio así como las apneas del sueño son trastornos muy comunes relacionados con la diabetes.

¿Qué es la diabetes?

La diabetes es una enfermedad metabólica crónica caracterizada por niveles elevados de glucosa en la sangre, que con el tiempo conduce a daños graves en el corazón, los vasos sanguíneos, los ojos, los riñones y los nervios, según la Organización Panamericana de la Salud (OPS).

La más común es la diabetes tipo 2, que se presenta generalmente en adultos, que ocurre cuando el cuerpo se vuelve resistente a la insulina o no produce suficiente de esta hormona encargada de permitir que el azúcar pase de la sangre a las células para que estas lo conviertan en energía.