La alcachofa es una planta a la que se le atribuyen diversos beneficios medicinales. Su nombre científico es Cynara scolymus y es un alimento rico en agua y fibras, además de vitamina C y minerales, como el potasio y el fósforo, precisa el portal de bienestar y salud Tua Saúde.

Sus componentes le otorgan beneficios antioxidantes, antiinflamatorios, diuréticos, probióticos y antidispépsicos. Una publicación del portal Mejor con Salud, escrita por Daniela Echeverri, indica que este alimento contiene unas sustancias conocidas como cinarina y luteolina, que ayudan a mejorar las funciones hepáticas, lo que favorece la labor del hígado en la digestión de las grasas. También actúa como diurético natural, facilitando la eliminación de líquidos retenidos en los tejidos.

Al ser fuente de vitaminas A y C, la alcachofa ayuda a subir las defensas y fortalecer el sistema inmunológico, a la vez que inhibe algunos efectos negativos de la inflamación y la oxidación.

Son diversos los beneficios que las personas pueden obtener con el consumo regular de alcachofa, esto si, su ingesta se realiza en el marco de una dieta equilibrada y la práctica regular de actividad física, pues si bien ofrece propiedades saludables, por sí sola no brindará resultados específicos.

Rica en fibra

Un artículo publicado en el diario La Vanguardia, de España, asegura que al ser una hortaliza rica en fibra, ayuda a reducir la glucosa en la sangre, al tiempo que protege contra el estreñimiento y las diarreas. También alivia la acidez del estómago, eliminando el dolor, distensión y otras molestias.

Las fibras vegetales, además, ayudan a generar sensación de saciedad, lo que se asocia con la pérdida de peso, pues evita que las personas consuman alimentos de manera permanente con riesgo de incrementar sus kilos. “Este vegetal es fuente de una fibra llamada inulina, que es digerida más lentamente, prolongando la saciedad entre comidas y disminuyendo el apetito”, precisa Tua Saúde.

La inulina es considerada una fibra prebiótica que sirve de alimento para las bacterias benéficas del intestino, manteniendo la flora intestinal saludable.

Otra de las bondades que se le atribuyen es que ayuda a reducir los niveles de colesterol. Por ser rica en fibras aumenta la eliminación de grasas a través de las heces, promoviendo la reducción de los niveles de colesterol LDL, conocido como “malo” y de paso, la cantidad total de esta sustancia en la sangre.

Adicionalmente, este vegetal contiene antioxidantes, como flavonoides, carotenoides y vitamina C, que evitan la generación de radicales libres y la formación de placas en las arterias, previniendo la aterosclerosis, que puede ocasionar enfermedades cardiovasculares.

Estos mismos componentes protegen el hígado y ayudan a eliminar las toxinas del organismo por la orina, por las heces y el sudor. Al limpiar este órgano se minimizan los síntomas de las alergias alimentarias, indica Mejor con Salud.

“Con esta característica se pueden prevenir enfermedades como la artritis, hepáticas, problemas de circulación, gota y hasta ayuda en la reducción de las grasas”, precisa La Vanguardia.

Efectos adversos

Si bien se trata de un alimento natural, su consumo excesivo puede ocasionar algunos efectos adversos. Por ejemplo, debido a su alto contenido de fibra dietética puede causar gases y flatulencias, no es un alimento recomendado para madres lactantes, está contraindicada en caso de obstrucción biliar, por su efecto sobre la vesícula y se debe evitar en caso de estar consumiendo medicamentos para la hipertensión o cardiopatía. Este último aspecto obedece a que esta verdura es rica en potasio, mineral que regula la presión arterial.

Ante esta situación, lo mejor es siempre consultar con el médico antes de iniciar una ingesta regular del producto con el fin de determinar su viabilidad.