Al igual que el cuerpo, el cerebro se nutre de la alimentación diaria y de allí la importancia de llevar una dieta equilibrada y saludable que aporte las vitaminas y nutrientes que este órgano necesita para mantenerse sano y evitar su deterioro.
Las proteínas, vitaminas y ácidos grasos son ideales para mantener un cerebro en buen estado, mejorar la memoria, aumentar la concentración, e incluso prevenir el Alzheimer. No incluir estos componentes en la dieta puede afectar no solo el rendimiento intelectual a corto plazo, sino la salud general del cerebro a futuro.
De acuerdo con la Escuela de Medicina de Harvard, las personas que consumen una dieta basada en verduras, frutas, pescado, fuentes vegetales de proteínas, nueces y aceites como el de oliva, son menos propensas a desarrollar demencia o deterioro cognitivo.
Las vitaminas que se consuman son clave en este proceso y en los últimos años, los investigadores han logrado determinar cuáles son las que mejoran el funcionamiento cerebral y ayudan a conservar y fortalecer la memoria, según el portal Psicología y Mente.
Vitamina E
Esta vitamina puede beneficiar a la memoria en las persona mayores. Un estudio de la Asociación Americana de Medicina encontró que niveles altos de vitamina E previenen y retrasan el desarrollo de Alzheimer. Un artículo publicado por Psicología y Mente asegura que durante mucho tiempo se pensó que el componente de la Vitamina E llamado alfa tocoferol era el más importante, pero se logró determinar que otro llamado gamma tocoferol es el que tiene las propiedades neuroprotectoras.
Vitamina C
No solo fortalece el sistema inmune, sino que también previene el deterioro cognitivo. El doctor Henrique von Gersdorff, coautor de un estudio realizado en la Universidad de Ciencias de la Salud de Oregón (Estados Unidos), asegura que algunos receptores neuronales dejan de funcionar cuando escasea la vitamina C, según cita el portal Cuerpo Mente.
Sus propiedades antioxidantes evitan que los receptores de las neuronas que permiten su comunicación se degraden prematuramente. También es necesaria para sintetizar el neurotransmisor dopamina, que controla el flujo de información desde diferentes áreas del cerebro. La ingesta diaria recomendada de vitamina C se sitúa entre 60 y 100 miligramos al día.
Vitamina B1
Un estudio de la Universidad de Oxford muestra que la ingesta de suplementos de esta vitamina, llamada tiamina, puede mejorar la función cerebral de los pacientes con Alzheimer. Esta vitamina desempeña un papel importante en la conducción de los impulsos nerviosos, según concluyó un artículo publicado en The Journal of International Medical Research. Los expertos indican que tener deficiencia grave de esta vitamina puede conducir al síndrome de Korsakoff, un trastorno de la memoria.
“Es importante mencionar que el alcohol interfiere con la absorción de este nutriente. El síndrome de Korsakoff es frecuente en las personas alcohólicas”, precisa Cuerpo Mente.
Vitamina B12
Esta vitamina tiene varios roles en el cuerpo incluyendo la formación de mielina, una capa que recubre el axón de algunas neuronas. El déficit de ésta puede causar pérdida de memoria, enlentecimiento mental o afectar negativamente al humor. Se puede encontrar principalmente en carnes y pescados, y por tanto, las personas vegetarianas son más propensas a presentar deficiencias.
Vitamina B9
La vitamina B9 tiene un papel importante en la formación de dopamina, epinefrina (adrenalina), y serotonina, neurotransmisores del cerebro. Juega un papel determinante en la preservación de las funciones cerebrales y la agudeza mental. El ácido fólico, como se le conoce, es esencial en el desarrollo prematuro del cerebro.
Vitamina D
La deficiencia de esta vitamina se asocia con un estado anímico bajo y el deterioro del rendimiento cognitivo. La forma más fácil de obtenerla es la exposición al sol entre 20 y 30 minutos al día y se encuentra también en algunos alimentos como la leche, el salmón o algunos cereales.