Aunque se cree que cualquier tipo de alimento orgánico es bueno para la salud, no es así. No todos los alimentos son aptos para todos los organismos, por ejemplo, hay quienes son intolerantes a la lactosa, y otros al gluten. Por esto, es indispensable consultar con un nutricionista para incluir en una dieta balanceada los productos que son favorables y colaboran en la salud del cuerpo.
Frutas, verduras, proteínas y de más siempre han sido elementos prescindibles en planes de alimentación que prometen la pérdida de peso, pero aunque puedan ser saludables, no significa que eliminen la posibilidad de un efecto contraproducente.
Por ejemplo, el aguacate, aunque es un alimento predilecto para reemplazar todos aquellos productos que tienen grasas saturadas y trans, su alto consumo puede provocar aumento de peso, pese a que es un producto que gracias a sus efectos contrarresta el estreñimiento.
Asimismo, pasa con el arroz blanco, si hay un alto consumo de este, el aumento de peso puede ser evidente, siendo contrario a un plan que busque la pérdida de peso. A la lista se puede añadir la avena, que es un cereal integral que si no es consumido de manera adecuada y en un horario específico, no solo desfavorece el gasto energético, sino que perjudica actividades tan vitales como el sueño, una actividad primordial para la renovación del cerebro y la recuperación del cuerpo.
Las semillas que ayudan a bajar de peso
Existe un grupo de alimentos (semillas) que en la actualidad han tomado más fuerza al ser implementados en un plan de alimentación sano.
Semillas de chía
Tal y como lo señala el portal de salud Tua Saúde en uno de sus artículos revisado por la nutricionista Tatiana Zanin, las semillas de chía estimulan los movimientos intestinales, contrarrestando así, el estreñimiento; por lo que se aconseja consumirlas hidratadas. A su vez, tienen un efecto de saciedad, ya que no permite que se ingieran alimentos más de lo debido.
Por consiguiente, contribuyen en la regulación de colesterol, reduciendo los índices de grasa que tienen los alimentos, disminuyendo las posibilidades del desarrollo de enfermedades cardíacas.
Semillas de girasol
Estas semillas son ricas en minerales como el cobre, el zinc y el hierro que contribuyen en la salud del cuerpo que pueden ser añadidas a cualquier tipo de comida.
Entre sus beneficios se encuentra aumentar la masa muscular, ya que es rica en proteína. Al igual que las semillas de chía, las de girasol tiene un efecto de saciedad que no permiten la ingesta de otros alimentos, por lo que contrarrestan el apetito.
Estas semillas deben ser consumidas de manera moderada porque al ser ricas en grasas, es decir, que tienen un alto índice calórico, su efecto puede ser contrario.
La OMS y la obesidad
De acuerdo con un informe de la Organización Mundial para la Salud (OMS) se estima que en el 2016 aproximadamente más de 1.900 millones de personas mayores de 18 años tenía sobrepeso, y unos 650 millones eran obesos.
La obesidad se debe a las alteraciones que hay entre las calorías consumidas y las que se gastan, que aunque se podría relacionar con una condición inofensiva, no es así, ya que pueden desarrollar enfermedades del corazón.
Entre los factores de riesgo que inciden en un aumento de peso se encuentran: la genética, los hábitos no saludables, como la falta de ejercicio o el consumo de alimentos ricos en grasas.
Además, también influyen las compañías, es decir, si las relaciones interpersonales tiene actividades no saludables, ya sea la ingesta de comidas no sanas, o la inactividad (ejercicio), eso también afecta la pérdida o no de peso.