SEMANA: ¿Cómo incursionó en el mundo de las terapias y el coaching viniendo del cine?

Susy Guevara: Desde mi infancia estuve expuesta a las filosofías hinduistas, el yoga y el vegetarianismo, pero no fue hasta entrando en mi adultez, cuando viajé a Alemania para iniciar mis estudios universitarios que tuve la verdadera consciencia de lo que esto representaba. De repente me vi rodeada de artistas e intelectuales, seguidores de Rudolf Steiner, corriente que busca relacionar la divinidad con la sabiduría humana, es decir, relaciona el ámbito espiritual universal con las espiritualidad del ser humano. Esto me sedujo y comencé a estudiar todo lo que se cruzara frente a mí, desde medicina homeopática; meditación, comida sana y técnicas de relajación. Esto no impidió que siguiera mi formación en lenguas modernas y cine. Al contrario, me ofrecía equilibrio interior.

Tras mi divorcio y pasar por una crisis personal, decidí aparcar durante un periodo corto mi trabajo como productora audiovisual, para formarme como coach en inteligencia emocional y familia por el ICF (International Coach Federation). Poco a poco incursioné en el mundo de las terapias sistémicas hasta dar finalmente con una terapia de energía cuántica, que abarca desde la medicina china hasta PNL (programación neurolingüística). Desde entonces combino ambos oficios, el de realizadora audiovisual con el de terapeuta, siendo lo más oportuno en estos tiempos que corren en los que el hombre se ve confrontado con respecto al futuro.

SEMANA: ¿Será que el cine es una terapia o necesita una terapia?

Susy Guevara: Considero que el cine es una herramienta artística y como tal, una vía terapéutica para el alma ya que da voz al inconsciente, a las heridas, a las frustraciones y a los sueños. Hace de espejo y nos lleva a la reflexión. Es curativo evidentemente. Aristóteles decía que el teatro conseguía liberar al público del peso que pudiera albergar su conciencia, yo diría lo mismo sobre el cine.

SEMANA: ¿Qué es una terapia cuántica?

Susy Guevara: Basándonos en el principio de que somos energía, ya que estamos compuestos de materia, al igual que todo lo que está vivo, podríamos decir que una terapia cuántica actúa en tu campo energético y te ayuda a transformar el estado de tu energía o vibración. Todo vibra, todo es energía.

SEMANA: ¿Qué significa eso?

Susy Guevara: En las terapias cuánticas usamos el mismo principio el “concepto de unidad cuántica” cada persona, animal, cada célula y molécula están insertas en el orden vibratorio implícito del universo, denominado coherencia vibratoria. Cuando un organismo pierde su capacidad para mantener armónicamente las funciones que le son propias, surge la enfermedad; esta pérdida de coherencia puede expresarse en cualquier tejido, órgano o sistema del cuerpo humano y puede ser originada por un bloqueo mental, emocional o meramente físico. Con este tipo de terapia vamos a la raíz, buscamos el origen emocional, desbloqueamos y esto da como resultado un estado de bienestar o simplemente la persona puede sanar, con esto no se busca reemplazar la medicina tradicional, sino que se desea con ello llegar a lo más profundo del ser, llevándonos a comprender nuestra conexión con nosotros mismos; con el entorno familiar, social y ambiental.

SEMANA: ¿En qué se diferencia esta terapia de otras?

Susy Guevara: Las terapias cuánticas pretenden llegar al origen más profundo del trastorno y no curar nada más los síntomas. Además no tienen efectos secundarios, ni se hace uso de medicina. El resultado es la sensación inmediata de bienestar.

SEMANA: ¿Qué tan importante es creer en este tipo de sabidurías para que sea efectiva? ¿Es contrario a otras creencias como la religión?

Susy Guevara: No es para nada importante tu creencia o conocimientos. No es necesario haber tenido algún acercamiento a este tipo de terapias. Incluso es mejor si se carece de experiencia previa, ya que como la ciencia, los resultados son tangibles, medibles y precisos, sobre todo tratándose de patologías del comportamiento o de bloqueos emocionales ( estrés, ansiedad o ciertos niveles de depresión) A diferencia de la religión, no debes ejercer la fe para ver resultados. Con este tipo de terapias, puedes concluir “Ver para creer”. Yo desmentiría el efecto placebo, ya que he tratado a niños en la fase REM del sueño y se han visto resultados positivos.

SEMANA: ¿Este tipo de terapias se le puede realizar a personas que no creen en nada?

Susy Guevara: Estos son en la mayoría, mis mejores pacientes, ya que llegan con cierto escepticismo y salen de la consulta con una sonrisa genuina y cierto desconcierto, ya que llegan en busca de alguien que les escuche los problemas, y se van con una experiencia liberadora y muchas preguntas, que les despierta la curiosidad e inician así, un largo y enriquecedor viaje personal, sin tener que abandonar sus vidas corrientes, todo lo contrario, te ayuda a vivir el presente con mayor intensidad. Muchas veces vuelven solo por curiosidad y terminan experimentando un cambio tal que no tengo necesidad de hablarles sobre el contenido teórico, ya que lo que experimentan durante las sesiones, responde a sus preguntas. Normalmente, cuando un paciente termina un proceso terapéutico, comienzan un camino de autoconocimiento y búsqueda personal, a lo que yo llamo: el verdadero proceso curativo. Un momento de relajación o desahogo, puede representar la primera fase de transformación de un individuo. No busco convencer, busco aportar bienestar en las personas

SEMANA: ¿Hasta dónde llega el efecto de un pensamiento, un recuerdo o una emoción?

Susy Guevara: “El ser humano es memoria”. Somos el resultado de todas las impresiones que hemos ido a almacenando desde nuestra concepción. Muchas veces podemos somatizar en el cuerpo desde un recuerdo de la infancia hasta la reacción a un pensamiento u acontecimiento que no recordamos, pero que el inconsciente registra y puede enfermar el cuerpo y la mente.

SEMANA: ¿Se podría decir que con este tipo de terapias es como se resetea el cerebro que es nuestro computador?

Susy Guevara: Podríamos hacer la analogía con un computador, y decir que nuestro cerebro es nuestra central de información (memoria) en la que vamos almacenando todo. Un recuerdo de nuestra primera infancia puede activarse en el transcurso de nuestras vidas en forma de enfermedad crónica, una fuerte depresión; alergias, fobias etc. Hay muchas enfermedades que tienen su origen en estas memorias que hemos ido acumulando a lo largo de nuestra vida. Somos el resultado de los recuerdos, hábitos y maneras de pensar transmitidos. Cuando iniciamos un proceso terapéutico logramos resetear, liberar e introducir nueva información útil para nuestro crecimiento y sanación. De ahí la importancia de aprender a deshacernos de lo que ya no es necesario en nuestro disco duro, que es el verdadero objetivo al iniciar una terapia.