El preocupante incremento de enfermedades crónicas en Colombia ha encendido las alarmas en el campo de la salud. Según la Asociación Colombiana de Endocrinología, Diabetes y Metabolismo, el 80 % de los pacientes que acuden a los endocrinólogos presentan diabetes y obesidad, lo que refleja una creciente tendencia en el país hacia estas patologías.

Enrique Caballero, endocrinólogo y director de programas internacionales de la Universidad de Harvard, destaca la importancia de tomar en cuenta estas enfermedades ya que son las más comunes entre las personas que están siendo tratadas por endocrinólogos en Colombia. Afirmó que enfermedades como la diabetes, cuando no están bien controladas, pueden tener consecuencias graves, incluso más letales que algunos tipos de cáncer y el VIH.

La diabetes es una enfermedad crónica silenciosa, pero cuando se manifiesta evidencia diversos síntomas. | Foto: Justin Paget Photography Ltd/Getty Images

El sobrepeso, la obesidad y la diabetes no solo representan un riesgo para la salud, sino que también pueden ocasionar problemas renales, infartos, eventos cerebrovasculares e incluso amputaciones. Es vital tomar medidas para prevenir y diagnosticar a tiempo estas patologías, pues según la Organización Mundial de la Salud (OMS), las enfermedades no transmisibles como las cardiovasculares y la diabetes son algunas de las principales causas de muerte a nivel mundial.

La Asociación Colombiana de Endocrinología, Diabetes y Metabolismo estima que tres de cada 100 personas en Colombia sufren de diabetes, mientras que más de la mitad de la población (56 %) presenta sobrepeso u obesidad. Los hábitos alimentarios en ciudades grandes como Bogotá, Medellín y Cali han cambiado, y esto se refleja en un mayor estrés y sedentarismo, factores que contribuyen al desarrollo de estas enfermedades.

La obesidad es un factor de riesgo para el desarrollo de muchas enfermedades. | Foto: Getty Images

La endocrinología se encarga del estudio, diagnóstico y tratamiento de diversas enfermedades, entre ellas la diabetes, la obesidad, los trastornos de la tiroides, desequilibrios hormonales, la menopausia, la osteoporosis, la hipertensión arterial y la infertilidad. Si bien todas estas enfermedades requieren atención, la diabetes y la obesidad son las que demandan una mayor prioridad por parte de estos especialistas.

¿Cómo prevenir la diabetes?

De acuerdo con Medline Plus, la prevención o retraso de la aparición de la diabetes tipo 2 implica realizar cambios en el estilo de vida para adoptar hábitos más saludables. Entre las medidas destacan la pérdida y mantenimiento de peso, ya que reducir entre el 5 % y 10 % del peso actual puede prevenir o retrasar la diabetes.

Además, seguir un plan de alimentación saludable, reducir el consumo de calorías, grasas y azúcares, e incluir alimentos de todos los grupos alimenticios, como granos integrales, frutas y verduras, es crucial para mantener una dieta equilibrada.

Asimismo, el ejercicio regular, al menos 30 minutos al día, cinco días a la semana, ayuda a perder peso y reducir los niveles de azúcar en la sangre, disminuyendo el riesgo de diabetes tipo 2. El Instituto Nacional de la Diabetes y las Enfermedades Digestivas y Renales (NIH) indica que abandonar el hábito de fumar también es esencial, ya que el tabaquismo puede contribuir a la resistencia a la insulina.

Es recomendable consultar con un proveedor de atención médica para evaluar el riesgo individual y discutir otras posibles acciones preventivas, como la medicación en casos de alto riesgo. Adoptar estos cambios en el estilo de vida no solo previene la diabetes, sino que también proporciona otros beneficios para la salud, mejorando la calidad de vida y aumentando los niveles de energía.

La OMS enfatiza la importancia de dejar de fumar, reducir el consumo de sal, adoptar una dieta rica en frutas y verduras, realizar actividad física regularmente y evitar el consumo nocivo de alcohol. | Foto: Getty Images

Factores de riesgo de las enfermedades cardiovasculares

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), existen varios factores de riesgo que contribuyen significativamente al desarrollo de enfermedades cardiovasculares (ECV) y accidentes cerebrovasculares (ACV). Entre estos factores, destacan una dieta poco saludable, la inactividad física, el consumo de tabaco y el consumo excesivo de alcohol. Estos hábitos pueden conducir a condiciones como la hipertensión arterial, la hiperglucemia, la hiperlipidemia y el sobrepeso u obesidad, considerados factores de riesgo intermediarios.

Para reducir el riesgo de ECV, la OMS enfatiza la importancia de dejar de fumar, reducir el consumo de sal, adoptar una dieta rica en frutas y verduras, realizar actividad física regularmente y evitar el consumo nocivo de alcohol. Además, para aquellos que ya presentan condiciones como la diabetes, la hipertensión o la hiperlipidemia, se pueden requerir tratamientos farmacológicos para prevenir ataques cardíacos y accidentes cerebrovasculares.

Sin embargo, la prevención efectiva de estas enfermedades crónicas también requiere un enfoque más amplio, abordando determinantes subyacentes como la globalización, la urbanización, el envejecimiento de la población, la pobreza, el estrés y los factores hereditarios.