La diabetes es un trastorno crónico del metabolismo que se presenta cuando los niveles de glucosa en la sangre (glucemia) se ubican por encima de los límites normales. El portal Cinfasalud de España, explica que si una persona se enfrenta a esta enfermedad, experimenta una alteración en la producción de la insulina.

La insulina es una hormona que se fabrica en el páncreas y cuya función es mantener los valores adecuados de azúcar en la sangre. “Esta sustancia permite que la glucosa de los alimentos pase al interior de las células, donde se transforma en la energía necesaria para que funcionen los músculos y los tejidos, o se almacena hasta que sea necesario”, precisa la citada fuente.

Cuando el cuerpo no produce insulina, como ocurre en los diabéticos tipo 1, o no funciona correctamente, como en el caso de los diabéticos tipo 2, el paciente no absorbe la glucosa adecuadamente, lo que origina una concentración excesiva de azúcar en la sangre.

Con el paso del tiempo y si no se trata adecuadamente, la cantidad elevada de esta sustancia acaba dañando los tejidos, un deterioro que a su vez causa alteraciones, disfunciones e insuficiencias a largo plazo en órganos como ojos, riñones, nervios, corazón y vasos sanguíneos.

La diabetes es una enfermedad crónica en la que se debe controlar la alimentación. | Foto: Libre de derechos

La alimentación es determinante para prevenir o controlar la diabetes. La ingesta de frutas, verduras, cereales integrales, proteínas magras y mucha hidratación es determinante para que la glucosa se mantenga bajo control. Esto acompañado de la práctica regular de ejercicio y otros hábitos saludables como la reducción en la ingesta de alcohol y el abandono del tabaco, si la persona fuma.

Vitaminas clave

Dentro de la alimentación de las personas con este padecimiento hay algunas vitaminas que no deberían faltar debido a que en el cuerpo se producen continuamente reacciones metabólicas, entre ellas los llamados radicales libres, que son sustancias que lesionan la pared de las arterias y facilitan la aparición de la placa ateromatosa.

Según el portal Salud Mapfre, en la diabetes existe una mayor producción de estos radicales y, por tanto, mayor estrés oxidativo, el cual ha sido relacionado con un mayor riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares y lesiones en retina, riñón y nervios en los individuos diabéticos. Por ello, una ingesta adecuada de antioxidantes puede ayudar a reducir estos efectos negativos.

Por esta razón no deberían faltar vitaminas como las siguientes:

La zanahoria es rica en vitamina A. | Foto: HandmadePictures/Getty Images
  • Vitamina E (en su forma de alfa-tocoferol): en este caso es una vitamina que ayuda, además de proteger frente a los radicales libres, a mantener el sistema inmunitario fuerte, formar glóbulos rojos y facilitar la interconexión entre las células. Se puede encontrar en los aceites vegetales de maíz, las nueces, las semillas y las hortalizas de hojas verdes.
  • Vitamina C (como ácido ascórbico): Esta vitamina también ayuda al cuerpo a absorber y almacenar el hierro. Debido a que el organismo no la produce, necesita obtenerla de la dieta y se encuentra en las frutas cítricas, las bayas, las papas, los tomates, los pimientos, el repollo, las coles de Bruselas, el brócoli y las espinacas, según el instituto de investigación Mayo Clinic.
Las frutas cítricas, entre ellas la naranja, le aportan gran cantidad de vitamina C al organismo. | Foto: voloshin311/Getty Images
  • Magnesio: Minerales como el magnesio también son clave para los diabéticos. Según el Centro Nacional de Salud Complementaria e Integral de los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos, el magnesio está presente en muchos alimentos como el cereal integral, las nueces y las hortalizas de hojas verdes, y es esencial para que el cuerpo sea capaz de procesar la glucosa. La deficiencia de magnesio puede aumentar el riesgo de tener diabetes o dificultar el control del azúcar. La mencionada fuente cita un metaanálisis que examinó los resultados de 13 estudios, que observaron la cantidad de magnesio que la gente recibía de su dieta, ya fuera mediante suplementos o alimentos, y su riesgo de tener diabetes. El hallazgo fue que quienes consumían menos magnesio corrían mayor riesgo de padecer esta enfermedad.