Con el paso del tiempo, la ciencia ha avanzado más y más, y esto, es un factor muy favorable para detectar enfermedades en un buen tiempo en su inicio, para prevenirlas y para tratar de curarlas. Sin embargo, hay elementos que la ciencia no puede negar, y uno de los principales es la buena alimentación y el consumo de diferentes vitaminas para, así, prevenir distintas afecciones de salud.

Es oportuno resaltar que son muchas las enfermedades que tan solo con una buena alimentación se pueden evitar y estas son, entre otras muchas más, la diabetes, diferentes tipos de cáncer, los problemas como el insomnio, etc. Además, muchos alimentos también actúan con eficacia sobre distintas enfermedades como el alzheimer, una afección que con el paso del tiempo sus síntomas van aumentando.

En este sentido, en una investigación de la Facultad de Medicina de la Universidad de Wake Forest, en colaboración con el Brigham and Women’s Hospital de Boston, se logró encontrar que el consumo a diario de multivitamínicos puede mejorar la cognición en adultos mayores que padecen de alzheimer. Se destaca, a su vez, que uno de los principales síntomas de esta enfermedad es el deterioro cognitivo.

De igual manera, es necesario destacar que en el estudio, publicado por la revista científica Alzheimer’s & Dementia: The Journal of Alzheimer’s Association, se pudo evidenciar que suplementos como el extracto de cacao no son útiles frente al mismo deterioro cognitivo en pacientes mayores con alzheimer, en comparación con los multivitamínicos.

Mala calidad del sueño aumenta el riesgo de padecer enfermedad cardiovascular y alzheimer

Los trastornos del sueño afectan a la salud y “suponen un desafío para la salud pública, ya que aumentan el riesgo de enfermedad cardiovascular y de desarrollar alzheimer en el futuro”, según advertió la doctora Carmen Bellido, investigadora y Coordinadora del Servicio de Prevención de Riesgos Laborales en el Hospital de Castellón.

“Más del 80 por ciento de los adultos con problemas del sueño tienen otros trastornos mentales o físicos asociados, como diabetes e hipertensión, y siempre hemos pensado que el sueño era un fenómeno secundario a esos trastornos, pero en las últimas tres décadas hemos visto que la mala calidad del sueño es un factor de riesgo de mortalidad por todas las causas”, detalló Bellido, para aclarar que las personas con patrones de sueño más saludables controlan mejor los factores de riesgo cardiovascular.

Por eso, la experta señaló la importancia de incluir el sueño en las estrategias de prevención de enfermedad cardiaca, e invitó a la comunidad médica a preguntar a sus pacientes sobre cuántas horas duermen; si ese sueño ha sido continuo; si ha sido profundo; así como la eficacia de ese sueño, es decir, si no sienten somnolencia al día siguiente. En este sentido, indicó que cuando se modifica el tiempo de sueño, se baja la presión arterial y disminuyen los mecanismos inflamatorios relacionados con la enfermedad cardiovascular.

En lo que respecta a salud laboral, Bellido advirtió de la alta incidencia de los trastornos del sueño en las personas que trabajan a turnos, que suponen entre un 20 y 30 por ciento de la población activa. “Hay una relación bidireccional entre sueño y trabajo: los accidentes de trabajo mortales suelen ser accidentes de tráfico, y el 30 por ciento de los mismos se producen por somnolencia. Además, las personas que duermen mal están más irritables en el trabajo y, por otro lado, el trabajo también puede repercutir en el sueño”, expresó la experta en salud laboral.

*Con información de Europa Press.