El sistema inmunitario es la capacidad natural del organismo para defenderse de los organismos patógenos como virus o bacterias, y resistir a las infecciones, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud.
“Cuando el sistema inmunitario reconoce un antígeno, lo ataca. A esto se le llama respuesta inmune y parte de ésta es producir anticuerpos, que son proteínas que actúan para atacar, debilitar y destruir antígenos. El cuerpo también genera otras células para combatir el antígeno. Luego, el sistema inmunitario recuerda el antígeno. Si vuelve a reconocerlo, puede identificarlo y enviar rápidamente los anticuerpos correctos. Gracias a esto, en la mayoría de los casos, las personas no se enferman. A esta protección contra una determinada enfermedad se le conoce como inmunidad”, explicó Medline Plus, la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos.
Además, el Instituto Nacional del Cáncer indicó que el sistema inmunitario se compone de glóbulos blancos, y órganos y tejidos del sistema linfático, como el timo, el bazo, las amígdalas, los ganglios linfáticos, los vasos linfáticos y la médula ósea.
No obstante, existen alimentos que debilitan el sistema inmune y reducen las defensas, según The Objetive:
- Alcohol.
- Exceso de sal.
- Exceso de azúcar.
- Exceso de cafeína.
- Grasas saturadas.
Así las cosas, la Clínica San Felipe reveló que cuando el sistema inmunológico está debilitado pueden aparecer signos como:
- Infecciones y/o resfríos recurrentes.
- Enfermedades simples, que duran más de lo normal, demoran en curarse o se agravan.
- Fiebre frecuente.
- Ojos secos.
- Cansancio habitual.
- Náuseas y vómitos.
- Diarreas.
- Manchas en la piel.
- Caída del cabello.
¿Cómo fortalecer el sistema inmune?
Para ayudarle al cuerpo a fortalecer el sistema inmune es indispensable consumir alimentos que contengan vitaminas y minerales, pues estos contribuyen en buena medida a prevenir enfermedades y fortalecer las defensas del cuerpo, según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).
En consecuencia, La FAO recomendó consumir alimentos que contengan vitamina C, ya que ayudan al sistema inmune a defenderse de infecciones y brindan propiedades antioxidantes que protegen las células y los tejidos del cuerpo.
Por ejemplo, las frutas cítricas como naranjas y pomelos/toronjas y sus jugos, así como pimientos rojos y verdes y kiwi, son ricos en vitamina C, mientras que frutas y verduras, como brócoli, fresas, melón, papas horneadas y tomates también contienen vitamina C.
Asimismo, sugirió el consumo de alimentos ricos en vitamina A que está presente en: hígado; productos lácteos como leche, huevos o mantequilla, y frutas y verduras de color amarillo o naranja intenso como zanahorias, ahuyama, mango y papaya. La FAO también recomienda consumir las verduras de color verde oscuro como acelgas y espinacas, entre otras.
Sobre la misma línea, señaló que es importante comer alimentos que contengan vitamina B, pues ayudan a las células del cuerpo a generar la energía que aportan los alimentos y a usar los nutrientes para reparar los tejidos y la mejor manera de adquirir vitamina B es consumiendo cereales integrales, avena, trigo, maní, algunas frutas, carne de cerdo, pescado, verduras de hoja verde, espárragos y alimentos que contengan proteína.
De igual manera, para aumentar las defensas del cuerpo es ideal consumir pescados y mariscos, ya que son considerados fuente principal de ácidos grasos como omega 3 y de proteínas que favorecen el buen funcionamiento del sistema inmune.
Asimismo, los omega 3 están presentes en las nueces y semillas como de linaza, chía y nueces negras, y en los aceites de plantas como de linaza, soja (soya) y canola.
De todos modos, la información antes dada de ninguna manera sustituye la asesoría médica y por ello lo primero que hay que hacer es consultar a un experto de la salud para que sea este quien guíe el proceso e indique qué es lo más adecuado para cada persona.