De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), la sal “es la principal fuente de sodio en nuestra alimentación”; sin embargo, su alto o bajo consumo puede provocar problemas en la salud.

Por ejemplo, el consumo de sodio por debajo de los 5 gramos al día puede disminuir la tensión arterial, explica la organización internacional, precisando que esto también contribuye en la reducción del riesgo de padecer una enfermedad cardiovascular.

Entre tanto, la OMS recomienda reducir el consumo de sal, ya que se estima que una parte de la población mundial consume al menos entre 9 y 12 gramos, una medida superior a la sugerida que puede perjudicar el organismo.

Cabe señalar que varios alimentos que son de consumo diario tienen como nutriente la sal que se encuentra de forma natural en ellos.

Consejos prácticos para reducir la sal

Entre las acciones que se pueden llevar a cabo para disminuir el consumo de sal, sugiere la entidad:

  • Quitar los saleros de la mesa.
  • Moderar el uso de la sal en la preparación de las comidas.
  • Un consumo menor de productos salados entre comidas.

Los 7 mitos de reducir el consumo de sal, según la OMS

La organización señala las ideas equívocas que se encuentran en el pensamiento colectivo sobre la reducción de sal; por ejemplo:

1. “Los alimentos o productos con sal no tienen sabor”: ante esta premisa, la OMS explica que las papilas gustativas se acomodan de acuerdo a los hábitos que se tengan, es decir, se acostumbran a los alimentos bajos en sal, encontrando en ellos un sabor natural.

2. La reducción de sal es nociva para el organismo: el ente asegura que evitar 100 % el consumo de sal es imposible, porque como se mencionó anteriormente, el sodio está presente en algunos alimentos que se ingieren a diario.

Actualmente una dieta sana y equilibrada, incluye alguno o varios de los siguientes alimentos: chia, cúrcuma, bimi, acai, jengibre, maca, kimchi. | Foto: Getty

3. Los adultos mayores son los únicos que deben consumir alimentos bajos en sal: cabe indicar que el consumo de sodio puede aumentar la tensión arterial, precisa.

4. Cuando uno transpira en un ambiente caluroso, se debe consumir más sal en los alimentos: la OMS señala que “el sudor contiene poca sal y, por lo tanto, no es necesario agregar más”, sin importar el clima; así mismo, aconseja beber suficiente agua.

5. “La sal marina no es ‘más buena’ que la refinada por el simple hecho de que sea natural”, indica la OMS: el sodio es el elemento que provoca afecciones en la salud, sin importar su tipo.

6. “La sal que se añade en la cocción no es la fuente principal de la ingesta de sal”, expresa la entidad. Así mismo, señala la OMS que el 80 % de sal que se consume, proviene de alimentos elaborados.

7. Los alimentos que son fuente de sal son salados: la organización aconseja leer los compuestos con los que está elaborado el producto antes de consumir. Así mismo, explica que algunos alimentos que son ricos en sal no tienen un sabor salado porque se les incorpora otros ingredientes como el azúcar ”para disimular el sabor”.

“Demasiado sodio en tu dieta puede hacer que tu cuerpo retenga líquido, lo que aumenta la presión arterial”, explica la Clínica Mayo al referirse sobre una de las causas de la presión arterial, que también es conocida como hipertensión.

¿Qué produce una presión arterial alta?

La hipertensión puede provocar aneurisma, causando “debilitamiento de los vasos sanguíneos y la aparición de protuberancias en ellos”, que de acuerdo con la Clínica Mayo genera aneurismas que si se rompen puede ocasionar la muerte.

A lo anterior se suma una insuficiencia cardíaca, demencia, complicaciones en la memoria, entre otras afecciones que conllevan a una presión arterial alta.

Si no se realiza un tratamiento médico oportuno, la hipertensión puede llevar a padecer otras afecciones como enfermedades del corazón, accidente cerebrovascular, insuficiencia renal y problemas en los ojos. | Foto: Getty Images

¿Quiénes pueden padecer de presión arterial alta?

Aquellos que no suelen hacer ejercicio, pero sí consumen tabaco y/o alcohol pueden experimentar altos niveles de estrés, o personas con diabetes, o con enfermedades renales pueden ser más propensas de sufrir presión arterial.

Con lo anterior se recomienda tener hábitos saludables que prevengan problemas en la salud.